Los verdaderos intereses del “grupo opositor” en las elecciones de la ANEP

Estimadas compañeras y estimados compañeros:

Respetuosos saludos.

La principal figura del “grupo opositor” es ahora la figura principal del autodenominado “PT”, en su lucha por alcanzar un escaño en la próxima Asamblea Legislativa, postulada al primer lugar por la provincia de San José. Igual es el caso de otras de las candidaturas que llevaron al proceso electoral de la ANEP, que se postulan en otras provincias.

Por eso estuvimos indicando que en estas elecciones que acabamos de ganar, fueron entre la ANEP y el tal “PT”. El nombre que usaron como ANEP para nuestro torneo electoral, no fue más que una mampara. Es más, siempre fueron una mampara desde que aparecieron en las elecciones del 2011. Afortunadamente, en las dos ocasiones les hemos derrotado.

Nosotros, que vivimos los tiempos cuando el sindicato se concebía como “correa de transmisión del partido”, podemos hablar con propiedad de esas situaciones que enfrenta la ANEP de hoy. Por eso nos hemos esmerado todos estos años, en defender la independencia partidaria de la ANEP porque ello nos permitió construir nuestro propio perfil de identidad, nuestro propio posicionamiento, nos obligó a estudiar y no ir al “manual ideológico”, nos obligó a buscar alianzas de nuevo tipo… en fin, nos obligó a pensar.

Esta gente solamente ha visto a la ANEP con su plataforma de lanzamiento. Han pretendido posicionarse con un nombre, pretendiendo ensuciar el nuestro propio. Ellos han venido practicando una de sus más acariciadas tácticas: el “entrismo” con un sesgo violentista, basado en la infamia, en la calumnia, en la injuria y en la promoción del desprestigio de nuestra organización y de sus principales dirigentes. En lo personalísimo, doy fe de ello.

Esta táctica del “entrismo violentista”, es además, de corte sectario-dogmático: quien no piensa como ellos es un “vendido”, un “traidor”, un “colaboracionista” y, prácticamente, un “corrupto”.

Ellos tienen derecho a su ideología y a difundirla. La ANEP tiene la suya. Pero mientras el 99.9% del pueblo costarricense no aceptaría vivir bajo la ideología del autodenominado “PT”; gran parte del pueblo costarricense acepta los planteamientos de la ANEP, de profundo carácter costarricense y con base en la diversidad filosófico-política de nuestra nacionalidad.

Nosotros, que algo hemos leído, sabemos lo que le pasa a las organizaciones penetradas por el “entrismo” y, peor aún, por el “entrismo violentista”. Varios países latinoamericanos tienen experiencias sumamente dolorosas por tal situación. Por eso los estamos combatiendo férreamente en ANEP y lo seguiremos haciendo si las bases anepistas consideran que merecemos su confianza para ello.

¿Por qué el aplicar el “entrismo violentista” en la ANEP? Bueno, tenemos hoy en día una organización de mucho prestigio y credibilidad, con solidez financiera y en expansión. Penetrando a la ANEP, con su “entrismo violentista”, se garantizan una plataforma de mediano y de largo plazo (por ejemplo, elecciones del 2018 porque para ahora, las del 2014, ya no lo lograron, aunque pretendan usar la sigla, la marca ANEP, para promocionarse con sus correspondientes campañas diputadiles).

Además, es muy atractivo tener el control de un sindicato obrero, de clase, como la ANEP, dado que su solidez y autosostenibilidad financiera, le garantizaría al “partido obrero” que lo controlase, un buen flujo de recursos para la “causa” ideológico-sectaria que se autodenomina como “la de los trabajadores”.

Hemos de enfrentarles una y otra vez mientras la abrumadora mayoría del anepismo de corazón nos lo permita. El gran dilema, finalmente, es éste: ¿aceptaría usted, como anepista, entregarle la ANEP a un partido político?

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