Repudiamos operación de “terrorismo financiero” contra Costa Rica

Dejamos constancia de la gran indignación y del enorme repudio que nos genera conocer el “llamado de atención” que formula la agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings, con relación al presupuesto de la República para el año 2015; escenificando el primer acto de una especie de operación de “terrorismo financiero” contra Costa Rica; acto que antecede al que protagonizarán, en la misma línea, las otras dos entidades de este tipo: Moody’s y Standard & Poor’s.

En ANEP no nos uniremos al coro histérico de corte catastrofista que pretende hacerle creer al pueblo costarricense que ha llegado “el fin de los tiempos” por el asunto del déficit fiscal.

Estas tres calificadoras de riesgo tienen una gigantesca deuda moral y ética, especialmente con los pueblos estadounidense y de la Unión Europea (UE), por su deplorable y cómplice papel en el desarrollo de las catastróficas crisis fiscales que desde los años 2008-2009, agobian a millones de personas de esos países, especialmente integrantes de las clase trabajadoras.

En ANEP estamos sumamente preocupados por el asunto de las finanzas públicas y reconocemos que la situación está muy delicada. Como organización sociosindical responsable, hemos abordado el problema con carácter propositivo y alternativo. Hay otra salidas que no sean las del “terrorismo” del capital financiero de signo neoliberal, que habla a través de las indicadas tres agencias calificadoras de riesgo.

Este informe de Fitch Ratins, más los dos que vendrán próximamente, de parte de Moody’s y de Standard & Poor`s, obedecen a una especie de conspiración contra el país urdida desde nuestro propio territorio y por sectores del capital financiero-bancario criollo y sus socios extranjeros; pretendiendo generar un clima de catástrofe fiscal que no dé espacio para otras soluciones de resolver el problema de las finanzas públicas y que no se incluya transformaciones tributarias estructurales que, precisamente, obliguen a tal sector financiero a honrar la profundidad de sus deudas sociales pendientes con el país.

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