Nada mejor para hablar del tema que tomar el criterio oficial de quienes tienen el conocimiento debido y, además, trabajan en el ramo de la política pública al respecto. Hablamos de la gente que labora en el Instituto Sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), una institución que debería ser estratégicamente fortalecida considerando el nivel de deterioro del entorno que, de manera amenazante y especialmente, cubre el desarrollo de la persona joven en Costa Rica.
Es bueno que se sepa que el IAFA no apoya ni apoyará la injerencia de la industria de bebidas alcohólicas en programas de prevención en centros educativos nacionales.
Se nos indica que desde el año 2001, el IAFA se pronunció con firmeza ante las autoridades del Ministerio de Educación Pública (MEP), en contra de la participación de la empresa Florida Ice & Farm con el programa “Sí es con alcohol, no es conmigo”, por entrar en franca contradicción con el programa elaborado por el IAFA, “Trazando el Camino”; programa que sí fue avalado por el MEP para ser aplicado en los centros educativos de segunda enseñanza, a partir de sétimo, octavo y noveno año.
Tenemos entendido que desde esa oportunidad el IAFA advertía y aún hoy lo sigue haciendo, indicando las posibles implicaciones negativas que este tipo de asociaciones puedan tener, tanto en la población beneficiaria, como en la relación que se tiene con organismos internacionales que han patrocinado y patrocinan los programas preventivos del IAFA, como es el caso concreto de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Por otra parte, resulta cuestionable que la empresa más poderosa del sector de las bebidas alcohólicas, bajo su nuevo nombre “Florida Bebidas”, destine un gran presupuesto para patrocinar eventos en los festejos de Palmares, fiestas cívicas, conciertos y entre otros, donde publicita el consumo de sus productos; mientras que por otra parte, insista en penetrar con “sus programas preventivos” en escuelas y colegios, con la anuencia de las autoridades de los ministerios Salud y MEP, muy a pesar de los argumentos técnicos del IAFA.
Aquí sería bueno que las máximas autoridades políticas de estas entidades, doña María Luisa Ávila Agüero y don Leonardo Garnier Rímolo, expliquen, sin rodeos, la posición oficial al respecto, máxime que ambos seguirán en sus cargos ministeriales.
Se nos explicó en el IAFA que el término moderación del consumo de alcohol, no es aplicable en población menor de edad. El universalizar la moderación implica abrir el camino para que los y las menores consideren que pueden entrar en contacto con el alcohol en condiciones seguras.
Esta afirmación es contraria a la posición que afirma que debe atrasarse la edad de inicio del consumo de alcohol mediante el desarrollo de habilidades que le permitan a esa población joven manejar la presión de grupo y la presión de las empresas productoras del alcohol; así como ayudarla a desarrollar resistencia y pensamiento crítico ante la publicidad de bebidas alcohólicas que seduce con un discurso de valores patrios y ecológicos.
Si las personas menores de edad presentan un consumo de alcohol, los programas indicados son recomendados, diseñados y aplicados en la población de alto riesgo que tiene, además del consumo, problemas de rendimiento escolar, deserción, problemas diversos de conducta.
Es en esta población donde se pueden atender las necesidades y situaciones específicas, pero de la mano de los programas de detección e intervención tempranas diseñados por el IAFA; dando cabida, además, a los programas preventivos para padres y madres de familia tendientes a desarrollar y fortalecer competencias y habilidades de comunicación, de puesta de límites en beneficio de los hijos y de las hijas.
En la otra acera, los creadores de publicidad de bebidas alcohólicas, bajo el ropaje de responsabilidad social, tratan de convencer a los y a las costarricenses de su compromiso solidario con la salud. Su mano ha tocado tanto la legislación nacional como la Ley de Tránsito, así como todo aquel tema y programa que afecte sus intereses económicos.
Somos conscientes de que el IAFA aboga y eleva su voz porque los programas de prevención sean en beneficio de nuestra niñez y de nuestra juventud; no de los intereses particulares de quienes lucran con el consumo de alcohol.
La industria de bebidas alcohólicas si puede tener voz, debe ser en advertir (léase advertir, que es muy distinto a educar), sobre los riesgos en poblaciones de mujeres embarazadas, en menores de edad; alertando sobre los riesgos del alcohol en accidentes de tránsito y en el manejo de maquinarias bajo los efectos del alcohol. Asimismo en personas afectadas por VIH que están bajo tratamiento médico, personas hipertensas y diabéticas entre otros.
El IAFA advierte que es necesario fortalecer e impulsar la “Política de Alcohol” en Costa Rica, de manera que se logre tener claridad de cuáles son las instancias y actores responsables de velar por la niñez y por la juventud del país, en temas de este interés y en consonancia con los planteamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés); así como los de la RIPED (Red Internacional para la Prevención del Consumo de Drogas.
Finalmente, sentimos que ya la oposición ciudadana es tan abrumadoramente mayoritaria que la Asamblea Legislativa saliente, no puede ignorar que la gente quiere que el límite de tolerancia de ingesta de guaro se mantenga como está en la actual ley de tránsito.