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Perdone usted que nos honra leyendo esta columna que seamos tan majaderos en este asunto. Pero es que nuestro enojo, nuestra indignación, nuestra molestia es tan grande porque de mi bolsillo, del suyo, del bolsillo del pueblo trabajador, y hasta del bolsillo de los empresarios exportadores (los micro, los pequeños, los medianos, incluso de los grandes), pretenden sacarnos tal cantidad de plata.
¿Para qué? Para pagar el soborno, para pagar una mordida a un grupo reducido de personas, la población trabajadora de JAPDEVA, que son unas 1.400 personas, a cambio de que éstas entreguen, a un monopolio privado transnacional y sus socios nacionales (¿los hermanos Arias incluidos?), los muelles de Limón y de Moín, por los cuales pasa el 80 % del comercio internacional de Costa Rica.
Será a la gente, al pueblo trabajador, al que obligarán a pagar ese montón de plata, porque las tarifas de uso de esos muelles subirán por las nubes, a fin de que quienes han de poner la plata para pagar esa mordida, recuperen lo más rápidamente posible su “inversión”, encareciéndonos a todos nosotros los precios intermedios y finales de la enorme cantidad de insumos y de productos que consumimos y que ingresan al país por Limón.
Nos cuesta entender cuán grande es esa cantidad de plata. Para que tengamos idea de cuánto dinero es de que estamos hablando, ponga cuidado.
Figúrese usted que con 80 mil millones de colones, podríamos beneficiar a 15.094 familias pobres, de cuatro miembros cada una, otorgándoles un bono de vivienda de 5 millones 300 mil colones por familia. En este caso, habría 60 mil 376 personas beneficiadas. ¡Y pretenden “repartir” esos 80 mil millones de colones entre 1.400 personas!
Con 80 mil millones de colones, se podría darle beca a 64 mil estudiantes nuevos, a 25 mil colones mensuales por cabeza y durante diez meses al año, durante cinco años para cada estudiante. En realidad, estamos hablando de 64 mil nuevos hogares beneficiados con becas “Avancemos”. ¡Y pretenden “repartir” esos 80 mil millones de colones entre 1.400 personas!
Con 80 mil millones de colones, se pueden construir 8 mil nuevas aulas, a un precio de 10 millones de colones cada una. Si esas aulas son para grupos de 25 alumnos de zonas de mucha pobreza o rurales, hablamos de beneficiar a 200 mil estudiantes que recibirían lecciones en un espacio digno. ¡Y pretenden “repartir” esos 80 mil millones de colones entre 1.400 personas!
Igualmente con esos 80 mil millones de colones, se podrían construir 533 nuevos Ebais, a un costo de 150 millones de colones cada uno; y si cada uno de esos Ebais atendiera a 1.500 habitantes, estaríamos hablando de 800 mil personas beneficiadas. ¡Y pretenden “repartir” esos 80 mil millones de colones entre 1.400 personas!
No le parece que ante semejante corruptela, deberíamos salir a las calles a repudiarla. Pensamos proponer una acción así en fecha próxima y ojalá contemos con su apoyo.
Ahora bien, afortunadamente, las reservas morales, el capital ético y la entereza honorable de la mayoría del pueblo trabajador de Japdeva, es impresionante. La mayoría de esas 1.400 personas potencialmente “beneficiadas” con esa mordida, rechazan que las metan en tal corruptela.
A usted, la_ “gran”_ prensa le oculta que hubo una legítima asamblea sindical convocada por la auténtica directiva del sindicato SINTRAJAP (la que no es afín a los hermanos Arias Sánchez, la que no está corrupta), que acordó rechazar ese soborno, de manera unánime. Además, acordó decirle al Ministerio de Trabajo que respete la democracia y la autonomía sindical y que reconozca la voluntad mayoritaria de la afiliación a SINTRAJAP que no está con la mordida de los 80 mil millones de colones; y, por tanto, la legítima dirección de este sindicato es aquella cuyo período vence en enero del 2011, la que está en contra del soborno.
Escojamos. Opción A: Con 80 mil millones de colones tendríamos, 60.376 personas beneficiadas con un bono de vivienda; ó 64 mil nuevos estudiantes con una beca de “Avancemos” (que representaría 64 mil nuevas familias beneficiadas); ó 200 mil alumnos recibiendo clases en una aula digna; ó 800 mil personas con acceso a un Ebais nuevo; ó, una combinación de las cuatro posibilidades de esta opción.
Opción B: Aceptar que esos 80 mil millones de colones se los “repartan” un reducido grupo de personas, contra toda ética, contra toda moral, contra toda legalidad; y, además, que los muelles de Limón y de Moín se los demos a una transnacional privada y sus inescrupulosos socios nacionales, pagando de nuestro bolsillo el monto de esa mordida. Nosotros preferimos la opción A. ¿Y usted?…
Finalmente, la pregunta sigue siendo válida: ¿Por qué la_ “gran”_ prensa no quiere que el pueblo tenga esta perspectiva de la mordida, del soborno de los 80 mil millones de colones?