Así lo sostienen algunos expertos en las ciencias económicas, profesionales con alta sensibilidad social y que no están matriculados con ese dogma dominante que impone que son las personas las que deben estar al servicio de la Economía; sino que debería ser todo lo contrario, es decir, que es la Economía la que debe estar al servicio de la gente.
Esos criterios expertos indican que el asunto del déficit fiscal que sufre el Gobierno, no es en estos momentos un asunto que podamos denominar como una catástrofe, aunque si debe preocupar; pero ni la inflación está disparada, ni tampoco las tasas de interés se han vuelto abusivas.
Es muy probable que de estas cosas usted no tenga mucho conocimiento, tal como sucede con quien esto escribe. Pero si, por ejemplo, a la clase trabajadora asalariada del sector Privado de la economía, le acaban de recetar un 3.17 % de “_incremento_” salarial valedero para el primer semestre del próximo año 2012; es porque la inflación está baja y, por tanto, el tan mentado y traído déficit fiscal no está tan grave como nos lo pintan.
Por otra parte, la circunstancia de que la inflación esté baja, más la circunstancia de que el déficit fiscal no está fuera de control y eso de que las tasas de interés estén “_estables_”; no niega la grave realidad de que el poder de compra del salario sigue sin recuperarse lo necesario como para que se convierta en uno de los factores clave que puede y debe aportar a atajar el grave problema nacional que representa el crecimiento de la desigualdad.
Si bien es cierto habrá de ahora en adelante una nueva fórmula de cálculo para la fijación del salario mínimo en lo que respecta a la clase trabajadora asalariada del sector Privado, que podría abrir espacio para que este aumento semestral pudiera ser menos indigno; lo poco que se avance al respecto se esfumará más rápido de lo que pensamos, ante nuevas cargas tributarias con carácter regresivo, como lo puede representar la transformación del impuestos sobre las ventas en impuesto al valor agregado (IVA), y la variación que ello conlleva de un 13 a un 14%.
Tratamos de relacionar todo esto con el paquete de impuestos que el Gobierno tramita en la Asamblea Legislativa, que tiene el decidido apoyo de varios distinguidos integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Acción Ciudadana (PAC), ante el acuerdo político al respecto de la señora Presidenta Chinchilla Miranda con don Ottón Solís Fallas.
No se puede negar que varias de las proposiciones que está incluyendo dicho paquete de impuestos tienen un sesgo de progresividad que merece resaltarse. Por ejemplo, los casos de renta mundial, renta global e impuestos a las transacciones financieras (tasa Tobin o impuesto “_Robin Hood_”), son avances relevantes por más reservas que se generan en cuanto a su implementación real, impacto recaudatario, timidez de la medida y retardación de emisiones reglamentarias una vez establecida su naturaleza legal dentro del sistema tributario.
Pero, la única forma de que el pueblo trabajador, “_los y las de abajo_”, pudiera comprender que el paquete de impuestos actualmente en trámite legislativo no les afectaría, es haciendo una división del mismo, de forma tal que solamente se tramiten, por ejemplo y entre otras, aquellas nuevas disposiciones tributarias que tengan un carácter progresivo; es decir, las que están dirigidas a las grandes rentas y capitales que se generan y se acumulan tanto dentro del territorio nacional como fuera de él.
Por ejemplo, sacar de ese paquete de impuestos lo que es el IVA será una clarísima señal de que, por primera vez, quizás, el hilo no se reventará por su parte más delgada; percepción ciudadana que se potenciaría si, por ejemplo, se establece una comisión nacional multisectorial para discutir el tema de la evasión tributaria en todas sus formas y el tema de las exenciones impositivas de toda naturaleza.
Por otra parte, muchísimo hay que hacer en materia de reforma del Estado sin sacrificar el empleo, por ejemplo; así como en redefiniciones estratégicas compartidas con la ciudadana, en materia de decisiones sobre gasto y sobre políticas de inversión.
Por supuesto que estas sencillas aportaciones nos habrán de calificar para recibir una “_cajita blanca_”, pero es que no podemos como país seguir tomando decisiones que en vez de redistribuir la riqueza, más bien, faciliten su concentración. Por lo menos, que lo hagan sin nuestra complicidad, ni tácita ni explícita.
Acéptenos usted esta “_desviación_” del tema. Tenemos muchísimo que aprender acerca de las razones de la reelección de la señora Cristina Fernández Wilhem, al frente de Argentina, quien ha de continuar en la presidencia de esa hermana nación latinoamericana.
La clase dominante costarricense, esa que tiene la hegemonía del poder político real en nuestra sociedad, debería documentarse acerca del éxito político de procesos latinoamericanos que le están dando gran prioridad a lo social (la Economía al servicio de la gente y no al revés); así como enorme prioridad a la redistribución del ingreso, la participación democrática ciudadana, la integración regional autonómica, el fortalecimiento del mercado interno expandiendo la capacidad de compra del salario y democratizando el acceso a la información con alternativas de comunicación que le hacen frente a los latifundios mediáticos. Pero esto, que por ahora es un sueño en el caso tico, deberá hacerse desde abajo. Ojalá entendamos este desafío.