Muchas de las actuales personas legisladoras del parlamento que acaba de ser instalado, proceden del sector empresarial de una u otra forma, razón por la cual tienen ingresos extras producto de sus actividades productivas a las que continúan ligados, de una manera u otra.
Otras personas legisladoras que llegaron al presente parlamento, al proceder de sectores asalariados se encontraron de entrada, con un salario muy superior al que devengaban antes de ocupar la presente curul legislativa.
En ambos casos, no tienen pérdidas económicas por el actual nivel salarial legislativo para los puestos diputadiles.
Por otra parte, el pretendido aumento salarial ofende la dignidad de miles de personas trabajadoras, especialmente del sector Privado, a las cuales ni siquiera se les paga el salario mínimo de ley, ya de por sí bajo.
Hablamos de 600.000 seres humanos y sus familias, lo que podría determinar que casi la mitad de la población del país vive en una estrechez económica de enorme impacto negativo en cada uno de estos hogares.
Para semejante aumento que pretende ser aprobado en la Asamblea Legislativa, se necesita autoridad moral y ello, en parte, se logra si desde ese mismo parlamento se legisla en esta cuestión de salarios mínimos, con base en dos iniciativas que ya están en la corriente legislativa.
Una que dejó presentada el ahora exlegislador don Carlos Pérez, del Partido Liberación Nacional (PLN); y otra, la que acaba de ser formulada por el diputado José María Villalta, del Partido Frente Amplio (FA).
Aprobar tal aumento salarial diputadil, desprestigiará enormemente a la Asamblea Legislativa actual, dando continuidad a su proceso sistemático de descrédito ante una ciudadanía que la ve distante, emisora de privilegios para reducidos grupos e insensible al deterioro del bien común.
San José, 12 de mayo de 2010.
Albino Vargas Barrantes
Secretario General ANEP
Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto ANEP