Más adelante advierte que el gobierno también se adjetiva constitucionalmente como “alternativo” (SIC). Tanta comilla me llamó la atención. Supongo que no quiso ser irónico. Asumo que quiso indicar algo sobre los rasgos DISTINTIVOS de nuestro Gobierno y citar textualmente nuestra Constitución Política. Pero se quedó corto, al citar y al indicar.
El artículo 9 constitucional establece que “El Gobierno de la República es popular, representativo, participativo, alternativo y responsable.”
Omitir que nuestro gobierno es participativo y responsable, explica en mucho el ámbito restringido que le da a la participación de la ciudadanía, en el ámbito electoral, en el resto de su discurso. Supone mantenerse aferrado a la rancia democracia representativa. Supone constreñir la materia electoral a cúpulas de grupos electorales (partidos inscritos) e institucionales.
Pruebas al canto. Se queja el Magistrado de la falta de fiscales, un mecanismo de participación, de control, esencial en un proceso electoral democrático. Forzoso en TODAS las etapas del proceso: campaña, votación y escrutinio.
¿Es que acaso no debiese bastar la cédula y el compromiso para fiscalizar? Cabe recordarle que en el referéndum, el TSE obligó a ser inscrito por un partido político a todo ciudadano que quisiera actuar como fiscal de votación. ¿Es de esa manera como se aquilata el “renovado interés ciudadano en lo público y en la política”? Primaron las formas sobre la sustancia. Los fiscales ciudadanos sobraron y la capacitación en buena parte de ellos se efectúo sin que mediaran ni los partidos ni el TSE.
La solución para incentivar la participación únicamente durante las votaciones no pasa por lo que propone –contratar subalternos auxiliares-. La solución pasa por buscar y renovar mecanismos, abrir canales, generar puentes, desde la propia institucionalidad electoral hacia esa ciudadanía activa organizada o no. Hacia esa luz que dice tanto lo ilumina, para que fiscalice todo y no se apague. O peor aún, discurra por otros caminos que se desvían de la institucionalidad.
Duele decirlo: nada ofrece el Magistrado Sobrado para “dar por concluida la era de adolescencia de nuestro comportamiento electoral colectivo”. No propuso nada nuevo para la participación de la ciudadanía. Peligroso, especialmente por la juventud, quien más desencanto muestra hacia estas formas acartonadas y excluyentes de hacer política.
Contrario a lo que señala el Magistrado Sobrado, los jóvenes no son el futuro, son el presente; ellos no heredarán, ellos están padeciendo la conducción que una minoría plutócrata elije, impone. Más del 40% de abstencionismo sostenido debiese martillar la conciencia democrática de todos. Reprender, cerrar puertas, pretender arrear, no son actitudes con las que se impulsará un cambio en la juventud. Ni en nadie.
Así las cosas, lamentablemente, las viejas-nuevas reglas del juego electoral sólo harán participar al recién ciudadano y al de a pie en lo que tanto teme -¿o quiere?-el Magistrado Sobrado: “dedicar unos cuantos minutos, el próximo 7 de febrero, en su cita con las urnas”. Si acaso.
Si se mantiene o crece el abstencionismo en el 2010, la pregunta del Presidente Kennedy tendrá que hacérsela, de nuevo, el propio TSE y la institucionalidad política toda “¿que pude hacer por mi país y NO hice?”. Para entonces, ya será tarde. ¿Cuántos rasgos DISTINTIVOS del Gobierno costarricense sobrevivirán?
Fuente: elpais.cr