El gobierno constitucional de Honduras señaló como las principales cabezas del golpe de Estado a los dos ex presidentes que antecedieron a Manuel Zelaya en el cargo, Carlos Roberto Flores Facussé (1998-2002) y Ricardo Maduro (2002-06); a los propietarios de 90% de los medios de comunicación, Jorge Canahuati (El Heraldo y La Prensa), José Ferrari (Emisoras Unidas y Televicentro) –un tercero es Flores Facussé, dueño del principal diario, La Tribuna)– y a 3 empresarios más que controlan monopolios de banca, comercios, generadoras de electricidad e intermediación con trasnacionales petroleras, Camilo Atala, Freddy Nasser y Arturo Corrales.
En detallada descripción de lo ocurrido desde el día del golpe, el gobierno de Zelaya afirma que estos son los autores materiales de la ruptura constitucional en una primera categoría.
En igual rango acusa a los candidatos a la presidencia Elvin Santos, Partido Liberal (el de Zelaya), y Porfirio Lobo, del Partido Nacional.
Ambos dirigentes convocaron a sus bancadas y aseguraron la mayoría parlamentaria que rompiendo el orden constitucional determinó la destitución de Zelaya y el nombramiento del presidente de facto Roberto Micheletti, después de alegar la existencia de una carta de renuncia del presidente que resultó apócrifa. [Blanche Petrich, La Jornada]