Escuche la entrevista con Douglas Carrillo
De esto no se salva la zona del pacífico central, en donde el desempleo va en aumento y con ello las conocidas consecuencias negativas que van desde la desocupación absoluta hasta su vinculación con sectores ligados a las drogas, prostitución, apuestas, etc.
Pero esta situación también ha llevado, a los sectores más conscientes, a buscar la forma de organizarse. De esta forma han llegado a tocar las puertas de nuestra organización, ANEP.
Los pescadores del Golfo de Nicoya, los vendedores ambulantes, los trabajadores por cuenta propia, los campesinos sin tierra y la mayoría de desposeídos se organizan para defender sus derechos y conquistar otros que les son negados y que les permitan sobrevivir en tiempos de una crisis que, precisamente, ha sido provocada por la concentración de la riqueza en unas pocas familias.
Esta política de enriquecimiento ilícito, producto de la globalización implantada por quienes desde el llamado “Consenso de Washington” vienen imponiendo y que lo hacen mediante “su” modelo neoliberal, dócilmente y por beneficio propio, asumido por los gobiernos de nuestro país en los últimos treinta años provocando más pobreza a nuestras familias, eliminando poco a poco, a una clase media que antes era la base social más fuerte y ha llevado a la clase trabajadora asalariada a niveles de supervivencia con salarios de hambre. Ya vemos como un pequeño grupo de familias (16%) se lleva a sus bolsillos la riqueza del país (80%). Para nadie es un secreto que hoy los pobres somos más pobres y los ricos más ricos, y no solo en el pacífico central, sino en todo el país, miles de familias se organizan y luchan por una vida digna para sus hijos e hijas.
ANEP, fiel a sus principios solidarios, respalda y apoya las iniciativas que, desde nuestras propias bases laborales, intervienen fraternalmente en respaldo a estos sectores sociales.
Muestra de ello es la creciente organización campesina que se viene desarrollando en el pacífico central costarricense. Una provincia que es rica en sus tierras y sus puertos, pero que al ser privatizados y sus trabajadores sustituidos por mano de obra colombiana, enfrentan hoy el abandono y el desempleo por una lado y el latifundismo por otro.
El domingo anterior, 23 de agosto de 2009, se realizó un encuentro campesino con el objetivo de analizar las acciones organizativas necesarias para luchar por mejores oportunidades laborales y el derecho a la tierra para producirla.
Producto de esto se decidió conformar un sindicato campesino que contará con el total apoyo de ANEP, tanto en el plano logístico, como en el apoyo político sindical.