“La detención y marcha de estos periodistas representa una etapa más en la lógica del ‘black out’ selectivo de la información, puesto en marcha a partir del golpe de Estado. Aunque el toque de queda se levantó oficialmente el 13 de julio, sigue aplicándose a los medios de comunicación que el gobierno de facto considera hostiles. Este episodio significa también un mal gesto dirigido a la prensa extranjera, estrechamente controlada desde el golpe del 28 de junio de 2009. Las cancillerías deben recordárselo al gobierno de facto”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Retenidos por la policía, en la noche del 12 de julio, cuando regresaban a su hotel, a Adriana Sivori, María José Díaz, Larri Sánchez Eduardo Silvera, Pedro Quezada, Franklin Maldonado, Madelein García, Alexander Salazar, Hedor Lanten, Clayban Saint y Fredy Quintero, de Telesur y VTV, les pidieron que esperaran la llegada de los funcionarios de migración, que nunca se presentaron. Los periodistas dicen que les insultaron y amenazaron de muerte antes de ponerles en libertad cuatro horas más tarde. Posteriormente se marcharon del país. En un contexto de fuerte polarización mediática, existen dos versiones del incidente: algunos medios aseguran que los periodistas “abandonaron el país”, mientras que otros denuncian que se trató de una “expulsión”.
En cualquier caso, ambos canales, totalmente consagrados a la causa, y la persona, del presidente venezolano Hugo Chávez, se encontraban justamente por ello en el punto de mira del gobierno golpista. El 28 de junio quedó interrumpida la señal de Telesur en Honduras, lo mismo que la de la CNN en español. El 29 de junio unos militares habían detenido a Adriana Sivori, María José Díaz y Larri Sánchez, de Telesur.