Copia del Decreto de Flores en ARCHIVOS ADJUNTOS (columna derecha)
Como demuestran estos documentos enviados a nuestra redacción, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, recibía un salario mensual del gobierno anterior al de Manuel Zelaya, y como añade la nota “es evidente que este cura no se va a mojar la sotana para amparar al actual Presidente constitucional”.
El ex presidente Carlos Flores designó al cardenal Rodríguez Maradiaga un sueldo de 100 000 lempiras mensuales (5 300 dólares) del presupuesto de la Presidencia de la República. Este dinero llegó puntualmente desde el mes de diciembre de 2001, y sin embargo, se publicó en la Gaceta de la República exactamente un año después.
Quizás en el hecho de que el Cardenal dejó recibir esa fortuna se pueda explicar su complicidad con el golpe de Estado, que comenzó antes del nefasto 28 de junio.
La jerarquía católica hondureña impugnó públicamente la consulta popular que iba a realizar el presidente Zelaya y llamó a levantarse contra el gobierno democrático y sus políticas, por considerarlas un giro a la izquierda de “sesgo chavista”: “lo que se ha dado en Venezuela se está dando en Honduras, se dio en Bolivia y en Ecuador. Yo aquí en todo miro la mano del presidente venezolano Hugo Chávez y el país no se puede entregar al chavismo ni a nadie, pues queremos seguir siendo libres e independientes” (Mons. Darwin Andino, obispo de Tegucigalpa, ACI Prensa, 27 de junio).
Pero la mayor simpatía hacia el golpe de estado es aún más visible en el último comunicado de la conferencia episcopal hondureña, gracias a la prédica del Cardenal. La destitución de Zelaya, dijo, servirá “para edificar y emprender un nuevo camino, una nueva Honduras (…) es un nuevo punto de partida para el diálogo, el consenso y la reconciliación”, de acuerdo con el comunicado leído por su eminencia el Cardenal y publicado por el diario El País, 4 de julio.