José Martí, Héroe Nacional de la República de Cuba
El triunfo de la unidad
Raquel Marrero Yanes *
Cuánto sacrificio, cuánta valentía, inteligencia y generosidad hubo de derramarse en los años precedentes al 28 de enero de 1939, fecha en que, como digno homenaje al natalicio de José Martí, se creó la Confederación de Trabajadores de Cuba.
Por ese entonces, hace 70 años, los trabajadores cubanos realizaron el Primer Congreso (Constitutivo) de nuestra entrañable Confederación, que en 1961 devino Central de Trabajadores de Cuba. Parecieran dichas para hoy las palabras de Lázaro Peña, en la sesión inaugural cuando afirmó: “… la mayor significación de nuestro Congreso radica en esa unidad consciente, que no oculta las diferencias sostenidas, sino que se basa en ellas para abolirlas en la acción cotidiana… “
Al referirse a la raíz martiana de la histórica reunión, expresó: “Queremos aprender de Martí, que unió a todo el pueblo en la lucha (…) toda vez que anhelamos unir no solo al pueblo de Cuba, sino a América Latina para la defensa de nuestra integridad y vivir libres de la amenaza fascista”.
“Los trabajadores —resaltó— queremos hacer de nuestra unidad, palanca que defienda nuestras reivindicaciones, (… ) Queremos hacer de ella, defensa de toda la clase obrera, (… ) defensa de los intereses de toda la Nación”.
Con esos objetivos nació la CTC. Fue así que del 23 al 28 de enero de 1939, tuvo lugar el Congreso. Allí resultó electo como Secretario General el joven de 27 años Lázaro Peña González.
No por casualidad, una representación de los delegados organizó un acto de desagravio a José Martí, en el Parque Central de La Habana y, ante el monumento a nuestro Héroe Nacional, quedó fundida en eslabón de puro acero la nueva sociedad obrera.
La organización sindical nació martiana y antifascista, fruto de la doctrina del Maestro, heredera de las mejores tradiciones y continuadora de la obra revolucionaria.
Entre sus abnegados cuadros estuvo Vicente Lorenzo Pérez Sánchez, quien suma hoy casi 90 años y se inició muy joven como secretario del Sindicato de Torcedores y Similares de Caibarién, tribuna desde la cual defendió los intereses de los obreros. Recuerda que con solo19 años asistió al Primer Congreso como delegado fraternal, en representación de sus asociados.
Todavía están frescos en la memoria de este veterano dirigente aquellos días en que_ “a pesar de la adversa situación del país, en plazo breve, el movimiento obrero se organizó en una central sindical. Tal hazaña tuvo como protagonista al líder obrero Lázaro Peña, capitán de la clase obrera como lo calificara Fidel”._
Al intentar resumir en pocas palabras el sentimiento de los 1 500 delegados obreros que colmaron el entonces Teatro Nacional, hoy sala García Lorca, del Gran Teatro de La Habana, Vicente no titubea: unidad, pues la fundación de la CTC representó la cristalización de ese sentimiento decisivo para alcanzar la victoria.
En la década del cincuenta, atestigua, los dirigentes, con Lázaro Peña al frente, optamos por no crear una segunda organización obrera y decidimos defender a los trabajadores e impulsar la lucha contra la tiranía batistiana.
La CTC de hoy, explica convencido el veterano sindicalista, es la misma que forjó Lázaro Peña, enriquecida con el pensamiento y la acción de Fidel.
Para recorrer la historia del movimiento obrero cubano —sostiene Vicente—, hay que remontarse a imágenes y anécdotas de insignes figuras como Alfredo López, Miguel Fernández Roig, Jesús Menéndez, José María Pérez, Aracelio Iglesias, Amancio Rodríguez, Rubén Martínez Villena, Lázaro Peña, y muchos otros que consagraron sus vidas a la emancipación de los trabajadores.
Hoy, la Central agrupa a los trabajadores por sindicatos nacionales, los cuales se constituyeron en correspondencia con los organismos e instituciones, y suman 19 en la gran familia obrera.
En nuestro país decir CTC es hablar de un sentimiento popular y nacional. Es ver la unidad invencible de los trabajadores y el pueblo, que se refuerza hoy tras cinco décadas de Revolución. Es hablar de una larga historia de luchas en defensa de los intereses de los trabajadores.
Fuente: Periódico Gramma, Cuba