CONFEDERACIÓN SINDICAL INTERNACIONAL
Bruselas, 13 de noviembre de 2008: La delegación sindical de alto nivel discutirá el plan con el Director Gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, el Presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, y jefes de gobierno de países del G20.
Los sindicatos de todo el mundo piden una serie de acciones urgentes para evitar la perspectiva de una profunda recesión global de larga duración, sumadas a cambios importantes en la gestión de la economía global a fin de dejar atrás décadas de políticas de desregulación que han ocasionado la actual crisis. Se requiere un nuevo impulso al desarrollo y el trabajo decente, así como un “Nuevo trato verde” para abordar de manera efectiva el cambio climático. Las detalladas propuestas sindicales quedan recogidas en un programa de recuperación y reforma titulado “Declaración de Washington”, adjunto.
“Se requiere una acción inmediata para impulsar la economía mundial e incitar la creación de empleo. Los gobiernos deben estar preparados para realizar, de manera coordinada, mayores reducciones en los tipos de interés y para incrementar la inversión en infraestructura, educación y sanidad a fin de estimular el crecimiento de la demanda y reforzar los servicios públicos. Esto debe ir acompañado de medidas fiscales y de gasto para apoyar el poder adquisitivo de los grupos con ingresos bajos y medios, y de medidas concretas para estimular la inversión en bienes y servicios verdes, con objeto de hacer frente al cambio climático”, indicó John Evans, Secretario General de la TUAC-OCDE.
La CSI y TUAC organizan conjuntamente la cumbre sindical que será acogida por la central sindical estadounidense AFL-CIO en su sede de Washington DC.
“El resultado de las elecciones en EE UU es fiel reflejo de un rechazo a escala mundial de la ideología fundamentalista de derechas que ha hecho que un puñado de personas sean increíblemente ricas, mientras crecen las desigualdades y la inseguridad económica, el desarrollo se ha paralizado, y el mundo se sitúa al borde de una calamidad económica. Decenas de millones de trabajadores y trabajadoras podrían perder sus empleos y más y más personas se encuentran sumidos en la pobreza, siendo las mujeres muchas veces las más afectadas”, comentó el Secretario General de la CSI, Guy Ryder. “Ha llegado el momento de dar un cambio radical de dirección, y presentaremos esta propuesta de cambio a los gobiernos, incluyendo la futura Administración Obama en EE UU”, añadió.
Además de las disposiciones inmediatas para estimular la economía mundial, los sindicatos presentan un paquete completo de medidas reguladoras encaminadas a garantizar la gobernanza global de la economía mundial, que acuerden un destacado papel a la OIT en línea con la nueva Declaración sobre
la Justicia Social de la OIT. Entre los elementos clave del paquete de medidas figuran:
Mejor rendición de cuentas por parte de los bancos centrales
1 Regulación de los fondos especulativos y el capital riesgo
2 Adecuada supervisión de bancos y conglomerados mundiales
3 Reforma y control de los salarios de ejecutivos y distribución de beneficios
4 Impuesto a las transacciones financieras internacionales
5 Reforma de las agencias de calificación crediticia
6 Terminar con los paraísos fiscales
7 Proteger frente a los préstamos abusivos
8 Políticas activas de vivienda y servicios financieros basados en la comunidad.
La Declaración de Washington llama igualmente la atención sobre la suerte de los países más pobres del mundo, donde el impacto de la crisis global se sentirá aún más. Pide a los países más ricos que se aseguren de que se cumplan las metas internacionales sobre ayuda al desarrollo y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, e insta a actuar para garantizar que los artículos de primera necesidad, especialmente los alimentos, resulten abordables para los más pobres.
La Declaración establece una plataforma del movimiento sindical internacional para una nueva estructura de gobernanza de la economía mundial, que no debe limitarse a los mercados financieros y los flujos de divisas. La nueva estructura deberá superar los importantes fallos de que adolece el sistema actual, y garantizar que las economías emergentes y los países en desarrollo ocupen el lugar que les corresponde a la hora de tomar las decisiones políticas que se impongan. El trabajo decente ha de ocupar un lugar prioritario en el nuevo enfoque, con la creación de empleo, los derechos fundamentales de los trabajadores, la protección social y el diálogo social como elementos centrales para revertir las enormes desigualdades que han originado la presente crisis. Los sindicatos tienen una contribución importante que realizar en la elaboración de la reforma internacional necesaria, y la declaración pide a los gobiernos que se aseguren de implicarlos plenamente en dicho proceso.
“En las últimas tres décadas a los gobiernos les ha resultado muy fácil desentenderse de su propio papel en la regulación de los mercados y para asegurarse de que las compañías multinacionales cumplan las normas internacionales respecto a los derechos de los trabajadores. Volver a conseguir que las políticas gubernamentales tomen el mando será mucho más difícil, y ningún gobierno podrá lograrlo por sí solo. Ha llegado el momento de una acción coordinada para restaurar una regulación adecuada que haga que los mercados estén al servicio de la población”, afirmó Ryder.
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