Producto de esta negligencia, la ciudadanía costarricense pierde dinero cada vez que llena el tanque de su vehículo, pues los combustibles que se importan terminados son cada vez más caros y en una proporción mayor que el precio del crudo.Según datos de RECOPE, en 2003 el precio del barril de diésel era, $3,16 más caro que el del crudo y para el año pasado, esa diferencia llegó a $12,25, lo que refleja un crecimiento del 285%.
En el caso de la gasolina, la diferencia pasó en el mismo periodo de $6,6 a $12,6 por barril, un crecimiento del 91%.Este aumento es producto del incremento en la demanda mundial de petróleo, la cual está motivada por el crecimiento acelerado de economías emergentes como India y China; la desaceleración en el descubrimiento de nuevos yacimientos, la devaluación del dólar en el mercado internacional (es la moneda en la que se transa mundialmente el petróleo y sus derivados) y una disminución en la construcción de refinerías en el mundo.Tenemos dos décadas de rezago, y el consumo nacional crece año con año, mientras que con la planta de proceso no sucede lo mismo.
Desde el periodo 82-86 nació la idea de ampliar y modernizar la refinería, lo cual originalmente fue aprobado por el Ministerio de Planificación y considerado como un proyecto prioritario. Sin embargo, no se concretó.
En 1989 se presentó a la Asamblea Legislativa un financiamiento mediante un empréstito con el gobierno español por $12,2 millones y no fue sino hasta 1993, cuando se aprobó. Ya para entonces, las normas de los combustibles se habían modificado, por lo que se debió plantear otro proyecto, por desarrollarse en dos etapas, cuyo costo se estimaba en $120 millones.
Por miopía del gobierno no se permitió obtener el dinero necesario para desarrollar la primera etapa y se decidió dividirla en dos fases. La primera concluyó en el 2000 y el resto aún está inconcluso.Gracias a que se hizo una huelga para exigir financiamiento, se autorizó un presupuesto por $125 millones para la segunda fase de la primera etapa.
Pero otra vez el retraso en la toma de acciones le jugó una mala pasada al país y las empresas interesadas en la obra presentaron ofertas por $232 millones y $435 millones, lo que hizo inviable el proyecto.
La desidia y la negligencia por parte de las autoridades de gobierno de las tres últimas administraciones, que no han tomado las decisiones oportunas y la constante politización de los proyectos de RECOPE nos han ganado la partida, cuando finalmente se estaba a las puertas de su ejecución, el proyecto se quedó corto en sus expectativas financieras.Con solo desarrollar esta etapa del proyecto, Costa Rica contaría en este momento con una refinería con mayor capacidad, con lo que se economizarían $70 millones al año (unos 39 mil millones de colones).
Ese dinero equivale a 80 veces lo presupuestado este año en el programa ‘Desarrollo social y lucha contra la pobreza’ o la cuarta parte de lo que invertirá el Ministerio de Obras Públicas y Transportes en mejoramiento y conservación de la red vial en 2008.
Este monto también es comparable a los $100 millones del préstamo con el BID, que el gobierno pretende utilizar para el mejoramiento de la línea del ferrocarril TREM, que unirá a San José, Heredia, Cartago y Alajuela.
Costa Rica requiere asegurar el abastecimiento nacional con productos terminados mediante sus propios medios, ya que la mayor crisis mundial se da con estos y no con el petróleo crudo, cuyo costo es inferior y más fácil de conseguir.Esta situación requiere soluciones inmediatas, RECOPE ha apostado a China como opción para construir una refinería con capacidad para 60 mil barriles, esta es una buena idea, pero aún no hay mayores detalles de cómo se concretaría.
Ahora que se habla de la inserción de Costa Rica a Petrocaribe, lo cual nos daría la ventaja de pagar un 60% del petróleo a 25 años, con un interés anual del 1%, podríamos aprovechar esos recursos y realizar inversiones a largo plazo, como la modernización de la refinería.
En épocas de crisis como la que estamos viviendo, no hay tiempo para seguirle dando vuelta a las posibles opciones, que terminan encareciéndose por no aprobarlas y ejecutarlas a tiempo.
En este momento lo que se requiere son acciones inmediatas para ampliar y modernizar la refinería, lo que traería positivas consecuencias para la población costarricense, con el aseguramiento de combustibles a menor costo y para la limonense que vería un incremento en las opciones de empleo.
* Secretario General Sitrapequia