Las vacas flacas del Presidente Arias

Coincido plenamente con el pronóstico del Presidente. Yo lo había comentado hace algunos meses cuando hablé de las “pintas económicas” que marcaban el panorama de 2008. Claroscuros con nubarrones.

Pero el Presidente trata de achacar la desmejora de la economía costarricense únicamente a factores externos, y lo atribuye a lo que está ocurriendo en Estados Unidos y en los mercados internacionales. Y en eso no tiene razón. Igual que no la tenía cuando la economía marchaba a “todo trapo” y le adjudicaba el mérito a su gestión de gobierno.

Es evidente que los aumentos en el precio del petróleo y la crisis inmobiliaria norteamericana tienen consecuencias para nuestro país, pero mucho mayor impacto que esos acontecimientos son los que producen las medidas que han tomado, o dejado de tomar, las autoridades gubernamentales.

Desde el Banco Central eliminaron las minidevaluaciones con el fin de reducir la inflación y establecieron bandas para cotizar el dólar; pero la inflación no ha disminuido y el dólar se devaluó, afectando a los exportadores, sobre todo a los nacionales, que ahora reciben menos colones por cada dólar exportado.

La administración Arias creó el Ministerio de la Producción para apoyar a los productores, pero el Ministro desertó para dirigir la campaña del “sí” en el referéndum y después el Presidente cerró la institución porque no estaba haciendo nada importante.

El gobierno puso un gran énfasis en el aumento de la competitividad y designó a un alto jerarca para lograr una meta exportadora que los propios exportadores reconocen que no se podrá alcanzar.

En el Ministerio de Trabajo se habla desde hace meses de la formulación de una política de empleo, pero ya estamos a mitad del periodo presidencial y todavía no hemos visto un planteamiento coherente, estructurado y consensuado que atienda la segmentación del mercado laboral, aumente la productividad y oriente la formación de los recursos humanos.

La política impulsada por las autoridades monetarias ha reducido las tasas de interés y está perjudicando a los ahorrantes, que reciben por su dinero réditos inferiores a los aumentos en los precios, lo cual disminuye su capital financiero real.

A diferencia de las vacas gordas de la avenida central (CowParade), que están aquí desde hace varias semanas, las vacas flacas vienen de camino y nos van a afectar; pero no pretenda el presidente Arias curarse en salud haciéndonos creer que esas vacas están enclenques únicamente por causas externas y que su delgadez nada tiene que ver con su gestión y la de sus colaboradores.

Hemos visto desaciertos e intentos fallidos y no se vale ahora que le echen toda la culpa a lo que viene de afuera. El gobierno debe reconocer su impericia o su descuido para llevar adelante acciones concretas y para prevenir adecuadamente las inestabilidades de los mercados internacionales.

Además, no es suficiente con decir que vienen tiempos de vacas flacas, el Presidente debe indicarnos cómo piensa enfrentar la situación y cómo va a resguardar a la población más pobre y vulnerable.

22/04/2008

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