Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.
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Nuevamente han quedado desnudados como tramposos, estafadores políticos y mentirosos de cabo a rabo: Nunca hubo un plazo para aprobar la agenda de implementación del TLC. Ahora hablan de pedir una “prórroga” para imponernos esa agenda; prórroga que iría desde cuatro semanas hasta ocho meses. Una agenda que, por cierto, jamás se votó en el referéndum del 7 de octubre, según lo indicó el propio tribunal electoral de ellos.
Estamos ante otra perversa mentira más, como la que utilizaron para chantajear a las humildes obreras textiles cuando ocupaban desesperadamente su voto por el sí al TLC; y hoy, ante la dolorosa realidad de que muchas de estas honestas trabajadoras están en la calle, despedidas, porque las empresas se han ido, cobardemente se esconden quienes les visitaban en las propias fábricas para aterrorizarlas si no había TLC.
Diputadas como Lorena Vásquez, María de los Ángeles Antillón y Evita Arguedas; legisladores como Francisco Antonio Pacheco, Fernando Sánchez, José Manuel Echandi, Guyón Massey, Luis Antonio Barrantes y Jorge Eduardo Sánchez, integrantes todos de la fracción parlamentaria oficialista, se hunden en el fango del descrédito político.
Además, concitan el más fuerte repudio por parte de los sectores honestos, cívicos y patrióticos de una ciudadanía vilmente estafada con la cadena de engaños, atropellos institucionales y violaciones constitucionales que se han dado para imponerle al pueblo costarricense un TLC que, a todas luces, deja en evidencia los graves perjuicios que traerá para las mayorías populares.
Igualmente, aparte de condenable, es deleznable, la posición del Ministerio de Comercio Exterior (COMEX), y su principal jerarca, Marco Vinicio Ruiz Gutiérrez, al respecto de este nuevo engaño. Particularmente, este empresario tiene una deuda pendiente con la Patria, pues él es uno de los responsables directos de que en el TLC se metieran las privatizaciones de las telecomunicaciones del ICE y de los seguros del INS, cuando ni siquiera los propios estadounidenses lo pretendían.
El Ministro Ruiz pasará a la historia ya no solamente como un soberano traidor a los intereses nacionales, sino que ahora incrementa su desprestigio, al quedar al desnudo la mentira y la trampa del famoso plazo, nunca existente, para aprobar la agenda de implementación.
Humilde, respetuosa y vehementemente, hacemos un llamado a todas las fuerzas sociales, cívicas, políticas y patrióticas para que nos dispongamos al diseño de la nueva estrategia de resistencia que requieren las presentes circunstancias, a fin de relanzar, por nuevos cauces, la potencia civil demostrada en el referéndum.
Es preciso detener la consolidación del asalto a la Patria que representa la agenda de implementación, de manera tal que la gavilla de facinerosos que se mueven en el seno del parlamento, en el seno del Poder Ejecutivo, en el seno de la Sala IV y en el seno del propio tribunal electoral, tomen nota que el país es de todos y no únicamente de la partida de tramposos y de tramposas que han asaltado la institucionalidad republicana para ponerla al servicio de los más perniciosos intereses transnacionales.
Particularmente, el grupo de patriotas que se mueven en el seno del putrefacto parlamento actual, diputados y diputadas que decidieron jugárselo todo por la preservación de la mejor herencia de las generaciones anteriores de nuestro país, no pueden continuar en solitario tan loable labor de resistencia.
Nuevamente, la democracia de la calle debe emerger con toda potencia, como lo hizo el 26 de febrero, el 30 de setiembre y el propio 7 de octubre del año pasado. Como lo hizo cuando el combo ICE del año 2000. Ya estamos en condiciones para el nuevo escenario que se ha abierto. Al menos esta es nuestra humilde opinión.