SECTA EMPRESARIAL CUASI-TERRORISTA

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Están desesperados por tener más riqueza de la que les ha permitido cambiar la Constitución Política para llegar al gobierno; más riqueza de la que les posibilitó propiciar ciertos fallos judiciales a su favor; más riqueza de la que les facilitó establecer una “mayoría” legislativa a su medida, que pareciera entrever una abierta y burda compra de conciencias en el seno del otrora “sacrosanto” parlamento, asestándole un duro golpe a la democracia costarricense.

Esta secta empresarial pro TLC y de signo cuasi-terrorista, según nuestros informes, vienen fraguando la conformación de grupos de inspiración paramilitar para infiltrar las manifestaciones ciudadanas, buscando meter en ellas violencia para luego desprestigiarlas.

Además, pretenden satanizar a todos los diputados y a todas las diputadas que están en oposición a ese TLC y la ciudadanía mayoritariamente opuesta al mismo, tildándoles burdamente de “comunistas”. Dicha secta empresarial de signo cuasi-terrorista, como nunca tuvo argumentos sólidos a favor de “su” TLC, hoy pretende emplear las gastadas maniobras de la “guerra fría” para pretender descalificar a sus oponentes en el debate.

Esta secta empresarial pro TLC de signo cuasi-terrorista, es de fácil identificación. Tenemos entre ellos, por ejemplo, a un librero de Avenida Central; a otro que hizo su fortuna con “electrodomésticos de refrigeración”; otro, catalogado como el hombre más rico del país y que entre su fortuna destaca el mayor ejemplo de “prensa vendida”; un empresario televisivo que no es tico; un comerciante con apellido de estadio de béisbol; un famoso banquero-financista ligado al narcotráfico, entre otros. Ellos se han unido, en esta conjura contra Costa Rica, con varios de los más connotados empresarios centroamericanos que tienen manchadas de sangre sus manos.

Todos ellos están en una abierta conjura contra la institucionalidad democrática de Costa Rica; vienen conspirando contra la Constitución Política y el Estado Social de Derecho que todavía tiene vigencia en nuestro país; y hasta están dispuestos a la eliminación física de quienes nos pongamos en su camino.

Esa secta empresarial a punto de caer en el terrorismo, luego de haber mancillado el debate democrático y de haber desplegado la operación más farsante y manipuladora de las últimas décadas de la historia nacional, con sus sistemáticas mentiras sobre el TLC; debe ser detenida por la movilización ciudadana más impactante jamás vista en la historia nacional.

Afortunadamente para la democracia costarricense, esa secta empresarial de signo terrorista, tiene frente a sí a la convergencia más amplia de personalidades, ciudadanía, grupos empresariales verdaderamente patriotas y comprometidos con el desarrollo nacional; así como sectores de las más diversa índole; conformando todos una alianza nunca antes dada en la vida republicana de Costa Rica, para enfrentar el derecho que tenemos de seguir siendo un país diferente. La derrota del TLC que defiende la secta empresarial de signo cuasi-terrorista, es una tarea cívica del mismo calibre que la gesta heroica de 1856. La Patria nos llama en esta hora crucial de su historia.

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