San José 15 de enero de 2007
Señor
Director
Diario La Nación
Presente.-
Estimado Señor:
De nuevo me dirijo a usted y como le indiqué en mi comunicación anterior, he tomado el tiempo necesario para responder a su Editorial “A las puertas de la dictadura”, publicado el día jueves 11 de los corrientes, y en uso del derecho a réplica contemplado en el artículo 27 la Constitución Política de Costa Rica, en concordancia con el art. 32 de la Ley de Jurisdicción Constitucional, le envío esta respuesta, a la espera de que ustedes publiquen nuestra opinión.
El Presidente Hugo Chávez dijo en su discurso de toma de posesión en el Hemiciclo de la Asamblea Nacional que la revolución bolivariana es “socialista y armada”. El Presidente ha dicho eso mismo en otras oportunidades, por lo tanto y atendiendo a ese valor de la noticia de lo “nuevo”, lo novedoso, no debería llamarles tanto la atención y menos a un diario de su nivel. Sin embargo, paso a explicarles algunas cosas. El Presidente Chávez también ha expresado que nuestra Revolución tiene como sustento el pensamiento bolivariano, nuestra historia y realidades. Pero además, que el socialismo del siglo XXI que estamos construyendo debe tener rostro humano, donde el ser humano es y debe ser lo más importante; y en el cual participe, conduzca y haga contraloría social. Ha sido enfático al declarar que no pretendemos ir hacia una dictadura del proletariado ni cosa parecida. A la vista están los resultados de estos ocho años de gobierno y por qué ha sido ratificado otra vez por el 63% de su pueblo con más de 7 millones de votos, en unas elecciones auditadas y observadas por miles de representantes internacionales que dieron fe de esos resultados y de su transparencia.
¿Qué nos hace diferente de los gobiernos anteriores, que también contaban con los ingresos provenientes del petróleo?
En primer lugar, estamos redistribuyendo el ingreso petrolero para lo social. Venezuela es el segundo país, después de Cuba que ha sido declarado por la UNESCO, territorio libre de analfabetismo y eso lo hicimos en apenas un año, con el apoyo de Cuba y el concurso de la población y de miembros de la Fuerza Armada. Venezuela actualmente es una gran escuela, porque nuestro pueblo ahora es más culto, lee, discierne y por lo tanto, es menos propenso a ser engañado. Durante el 2006 se ha dado un importante impulso a los medios comunitarios.
Hoy existen más de 300 televisoras, emisoras de radio y periódicos comunitarios en todo el país, lo que ha permitido una auténtica democratizació n de la radio y la televisión.
Ahora, no dependemos totalmente del ingreso petrolero sino que casi 40% del presupuesto nacional proviene del sector tributario, hecho, que por cierto es lo que más molesta a los grupos económicos que nunca pagaban impuestos, entre ellos, los grandes medios de comunicación; pero también se han desarrollado las telecomunicaciones y la construcción.
Venezuela es hoy el primer país de América Latina que desarrolla su infraestructura. La economía venezolana continuó su nivel de crecimiento por tercer año consecutivo y la tasa de crecimiento del PIB se ubicará entre 10 y 10.5%. Este gobierno decidió recuperar, tanto el salario mínimo como el salario real de los venezolanos/as, hecho que nos ha permitido reducir el desempleo que alcanzó el 20% (durante el paro petrolero) a 9% en el 2006 y de acuerdo a los registros establecidos de 1999 a 2006, los sectores D y E incrementaron sus ingresos en 300% más. Pero además reformamos el sistema microfinanciero y creamos el Banco del Pueblo y el de la Mujer que otorgan créditos con mínimos intereses; así mismo se bajaron las tasas de interés en otras áreas, del 60% hasta 30% y las de interés social en 6,5%. La cartera de créditos hipotecarios creció 209.59% en el 2006.
¿Qué ha hecho además el gobierno del Presidente Hugo Chávez?
Hemos establecido 20 estrategias llamadas Misiones en diferentes áreas: educación, salud, formación para el trabajo.
Solo la Misión Barrio Adentro (salud) ha atendido 190 millones de consultas y ahora creamos la Misión Sonrisa para que nuestra gente pueda reír sin vergüenza por no tener su dentadura completa, porque además a través de la Misión Mercal , puede comprar sus alimentos con descuentos de un 40%.
En 1998 existían 800 cooperativas, hoy existen más de 140 mil que significan un modelo social incluyente. Pudiera referirle muchas otras cosas que estamos haciendo en beneficio del pueblo y no en beneficio de unos pocos. El Presidente Chávez ha declarado que dará a su país, la mayor suma de felicidad posible, algo que le fue negado por más de 40 años de bipartidismo.
Nuestra revolución sí es armada, la Fuerza Armada Bolivariana está al servicio del pueblo y no como antes que servía a los grupos económicos que tenían el poder. Ahora, con sus cuatro componentes tradicionales y la Reserva Territorial , la Fuerza Armada Bolivariana se integró definitivamente al desarrollo económico y social del pueblo venezolano; dejó de ser una fuerza armada represiva, como sucedió en el año 1989, cuando el entonces presidente Carlos Andrés Pérez les ordenó reprimir a un pueblo que despertaba y decía “ya no más”; esta acción inmoral se conoce como “El Caracazo” y a consecuencia de ese acto vil, hubo más de 3 mil muertos, fosas comunes, un sinnúmero de desaparecidos. Por cierto, este caso fue elevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y recientemente fue visto en audiencia plena y el Gobierno del Presidente Hugo Chávez reconoció la responsabilidad del Estado y tomó la decisión de allanarse y compensar a los familiares de las víctimas de esa nefasta acción realizada por el gobierno de Pérez.
Pero nuestra Revolución también está armada con la Constitución Bolivariana , que no es como muchos dicen que es a imagen y semejanza de lo que el Presidente Chávez quiere; más bien, es del pueblo soberano que analizó, discutió en talleres, mesas redondas, en las calles cada uno de sus articulados y después la aprobó mediante referéndum el 15 de diciembre de 1999; por eso salió a la calle el 12 de abril con su bandera y su constitución en la mano a exigir el regreso de su Presidente, porque sintió que ejercía su derecho a que se le respetaran sus decisiones y a escoger su propio destino.
Esa es la verdad y la explicación a la diferencia del pueblo venezolano hoy.
La República Bolivariana de Venezuela, como lo establece el Preámbulo de nuestra Constitución “promueve la cooperación pacífica entre las naciones e impulsa y consolida la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminació n de los pueblos”. Somos libres para construir nuestro futuro y en este sentido exigimos respeto a nuestra soberanía rechazando toda injerencia externa de Estados u Organizaciones Internacionales.
Son muchos los intereses que nuestra revolución ha tocado para dar la mayor suma de felicidad posible a nuestro pueblo, en el caso de la Conferencia Episcopal Venezolana , solo quiero recordar que pocos días antes de realizarse las elecciones presidenciales (1998) que llevaron por primera vez a Hugo Chávez Frías a la Primera Magistratura del país, el entonces presidente Rafael Caldera “donó” a una fundación de las televisoras privadas y la Iglesia Católica , el primer canal de televisión del Estado, canal 5, que nació en 1953.
El pueblo venezolano fue despojado también de sus empresas estratégicas, las cuales fueron privatizadas después de llevarlas casi a la quiebra (estrategia neoliberal), su línea aérea bandera (VIASA), igual como pretendían hacer con PDVSA.
Por eso, nada más justo que recuperar lo que es de todos los venezolanos y venezolanas; mientras otros privatizan sus empresas básicas, nosotros estamos dispuestos a recuperarlas y a ponerlas a funcionar en beneficio del pueblo. Todas ellas serán nacionalizadas de acuerdo con la Constitución Bolivariana ; así como el control y dominio que empresas internacionales tienen de los procesos de mejoramiento de los crudos pesados de la Faja del Orinoco.
Eleazar Díaz Rangel, director del diario Ultimas Noticias de Venezuela, el de más alta circulación y el primer tabloide que se fundó en el país manifestó este martes 15, que la no renovación de la concesión a la planta televisora Radio Caracas Televisión (RCTV), no es un atropello, por cuanto está contemplado en las leyes la potestad del Estado para renovar o no las concesiones.
Díaz Rangel, destacó que “no puede afirmarse que sea el punto de partida para una cadena de golpes restrictivos a la libertad de informar y la libertad de opinar” y precisó, “basta examinar lo que ha sido el gobierno del Presidente Chávez, desde 1999 hasta hoy, donde no ha habido una sola información, una sola noticia, un solo articulo o un solo comentario de opinión que no haya sido difundido por presión gubernamental”… “Esto nunca había ocurrido en Venezuela y creo que no ocurre en América Latina”. Además, sentenció Díaz Rangel, que “muchas veces se deja información fuera de los medios no por decisión del gobierno, sino por decisión de los dueños de los medios”.
El arranque de esta nueva era para Venezuela se basará en los cinco ejes estratégicos o poderosos motores que el Presidente Hugo Chávez ha anunciado.
El Gobierno debe gobernar, las leyes habilitantes permitirán en corto plazo instrumentar el Socialismo del Siglo XXI, serán un instrumento táctico que nos llevará a puerto seguro. El país no puede paralizarse. Nacionalizaremos todo lo privatizado.
La reforma constitucional le dará legitimidad y legalidad al socialismo que lo diferenciará de ese estado partidocrático, neoliberal y colonial que gobernó a Venezuela y la llevó a la situación de pobreza que hemos descrito en este y en la anterior respuesta a sus editoriales.
“Moral y Luces son nuestras primeras necesidades”, dijo nuestro Libertador Simón Bolívar; moral y luces siguen siendo las prioridades de nuestra revolución, sin educación, no hay revolución, por ello es necesaria una revolución educativa a todos los niveles, acorde con los tiempos que vive nuestro pueblo.
Es necesario desconcentrar y deshacinar las mega ciudades; acabar con las desigualdades geopolíticas del capitalismo y del neoliberalismo por medio de una nueva geometría nacional; se requiere un equilibrio económico – poblacional – social y geográfico del país.
Nuestro Socialismo conlleva la más amplia de las democracias, la democracia directa, la democracia protagónica y participativa, la democracia del pueblo, de las bases y no de cogollos (cúpulas) partidistas. El Poder Popular y la Contraloría Social. El Presidente Chávez ha llamado a los partidos que lo apoyan a unificarse, pero respetando la decisión de sus bases, no imponiendo su criterio.
Como expresé en líneas anteriores, no copiamos modelos para construir nuestro socialismo, tampoco pretendemos ni queremos que ningún país nos imite o reproduzca lo que estamos haciendo por nuestro pueblo. Lo que sí proponemos y estamos haciendo, siguiendo las enseñanzas del Libertador Simón Bolívar es una integración de iguales con la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), bajo los principios de complementariedad, solidaridad, justicia social.
Cada país, cada pueblo tiene su propia historia, su propia realidad y cada quien debe construir su futuro, atendiendo a los principios de soberanía y de autodeterminació n. Por eso, exigimos que nos respeten en la construcción de nuestro futuro.
Atentamente,
NORA URIBE TRUJILLO
Embajadora
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Editorial de la nacion s.a.
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EDITORIAL
11 de enero de 2007
A las puertas de la dictadura
La democracia venezolana se enrumba hacia el ahogo final
El retroceso no solo será político, sino económico y social
En sendos discursos pronunciados el lunes 8, al juramentar a sus nuevos ministros, y el miércoles 10, al tomar posesión como Presidente por tercera vez, Hugo Chávez no dejó dudas sobre el ominoso carácter de su proclamada “revolución bolivariana”. Dijo explícitamente que es “socialista” y “armada”, y anunció un conjunto de medidas que perfilan, sin lugar a dudas, sus otros componentes esenciales: la verticalidad, el personalismo, la arbitrariedad y el autoritarismo.
Se trata de la receta para que Venezuela se precipite por un camino de ahogo democrático final y de retroceso económico y social. Todo, además, en medio de una burda e insultante retórica, de la que no se escaparon ni el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, el chileno José Miguel Insulza, a quien llamó “insulso” y “bien pendejo”, ni la Conferencia Episcopal de Venezuela, a la que acusó de ignorante y manipuladora.
En su discurso del lunes, el más virulento, Chávez reiteró que no se renovará la licencia, en mayo, a Radio Caracas Televisión, la empresa difusora más antigua del país; anunció la “nacionalización” de la principal compañía de telecomunicaciones (CANTV) y de una de las mayores en el ramo energético (Electricidad de Caracas), y adelantó que una serie de multimillonarios proyectos petroleros en la cuenca del Orinoco, con participación de varias transnacionales, deben convertirse en “propiedad estatal”. “Todo lo privatizado, ¡nacionalícese!” fue su orden. Al no aclarar si la medida implicará compensaciones adecuadas o simple incautación, el nivel de incertidumbre, entre los accionistas y trabajadores de esas empresas, creció a niveles extremos, y la Bolsa de Caracas tuvo el mayor desplome de la historia. Como “corona” de sus torpes medidas económicas, que podrían paralizar múltiples inversiones, prometió eliminar la autonomía (ya, de por sí, muy limitada) del Banco Central, por considerar que se trata de una característica “neoliberal”. Cuando esto ocurra, lo más probable es que la inflación interna se dispare y la pobreza aumente.
Peores que todas esas disposiciones, sin embargo, son los “cinco motores” con los que, según dijo, arrancará la “nueva etapa” de su mandato. El primero, y más grave, es una anunciada “ley habilitante”, mediante la cual la Asamblea Nacional, sin presencia opositora, dará a Chávez poderes de legislador, para imponer su voluntad. El segundo es la llamada “reforma socialista constitucional”, pero que incluirá la posibilidad de reelección indefinida. Lo siguen el reforzamiento de la “educación popular”, plagada de consignas y designios político-ideológicos, una “nueva geometría del poder”, tampoco definida, y la “explosión revolucionaria de los consejos comunales”, que pretenden sobreponerse a las instituciones locales que aún no domina el régimen. Como si fuera poco, hay que añadir la determinación de que el conjunto de partidos y grupos que han constituido su plataforma política se unifiquen en uno solo, el Partido Socialista Unido de Venezuela, un calco del Partido Unido de la Revolución Socialista Cubana, con el que Fidel Castro terminó de cerrar su puño de hierro sobre los cubanos a mediados de la década de los 60.
Chávez ha insistido en que se trata de un socialismo “a la venezolana”, inspirado en un irreconciliable trío: Simón Bolívar, Carlos Marx y Jesucristo; pero, más allá de cualquier nombre o decorado, se trata de un claro designio para dar un salto cualitativo en su control interno, borrar la mayor parte de los andamiajes democráticos que aún sobrevivían, e imponer su poder. Da pena decirlo, pero la dictadura parece haber llegado para quedarse. Los tiempos que vienen serán en extremo difíciles para los venezolanos, y desafiantes para la democracia latinoamericana.