Posición de la Seccional ANEP-ICODER ante la reestructuración en el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación

A los trabajadores y a las trabajadoras del
Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación
ICODER
A la estimable membresía de la ANEP en esta honorable entidad,
parte esencial de la institucionalidad costarricense

La Junta Directiva Nacional de la ANEP
y la
Junta Directiva de la Seccional ANEP-ICODER
se permite aclara a toda la población laboral lo siguiente:

Primero: ANEP es una organización sindical amparada al Estado Social de Derecho todavía vigente en nuestro país, que vela por la protección de los derechos laborales de la clase trabajadora costarricense, especialmente aquella que nos honra con su membresía. En tal ámbito de acción, entre otros aspectos de nuestra lucha, está la defensa y protección del derecho constitucional al trabajo, la calidad del empleo, el derecho a un salario para una calidad de vida digna, la salud ocupacional, el trato digno al trabajador y a la trabajadora, contra el acoso laboral en todas sus formas.

Segundo: Al ser la ANEP una entidad sindical que agrupa a varios miles de personas trabajadoras en el Sector Público, nos preocupamos por la calidad de los servicios públicos, por su fortalecimiento, por la preservación de la institucionalidad de los mismos, luchando contra su privatización en todas sus formas; y, por supuesto, combatiendo todas las formas de corrupción que, desgraciadamente, en no pocos casos, han servido para desprestigiar la institucionalidad pública.

Tercero: Es en el marco de este ámbito de acción de la ANEP, que valoramos lo que representa para el país una entidad como el ICODER, en cuanto a las potencialidades que tiene para el desarrollo de una institucionalidad promotora activa del deporte y de la recreación; entidad más que rectora del mismo, como ejecutora activa de una agresiva política pública en esta materia que tanta falta le hace al país.

Cuarto: Es en tal marco que surgieron las preocupaciones de la ANEP y de su Seccional ANEP-ICODER, por cuanto ningún fortalecimiento institucional ni ninguna política pública que busque ser exitosa, puede basarse a partir de tener un personal mal calificado, tratado indignamente, pésimamente pagado, sin estímulo alguno. Al hablarse de la reestructuración en esta institución, decidimos asumir una conducta proactiva, procurando obtener el máximo de información y analizando que la misma estuviese impregnada de justicia, de equidad, sin exclusiones.

Quinto: La posición de la ANEP, inspirada de buenas intenciones, parece que ha venido siendo objeto de controversia en algunos niveles decisionales de la institución, al punto que podría ser maliciosamente instrumentada en una controversia jerárquica. Si esto es así, abierta o solapadamente, con mala intención o sin ella, la ANEP no desea ni inmiscuirse ni que se le inmiscuya en polémicas de tal naturaleza.

Sexto: Aunado a lo anterior y considerando que se ha venido expresando un interés laboral por aceptar la reestructuración tal y como está, la ANEP no será obstáculo para que alguien pueda interpretar que nos oponemos a su mejoramiento laboral particular y al logro de un nuevo estatus en la clasificación de puestos. La esencia de nuestra naturaleza como organización sindical y nuestra propia ética nos impide actuar contra el legítimo interés de la persona trabajadora de lograr subir su entorno sociolaboral y económico. Si hubiésemos preferido una mejora integral, global, sustanciosa, para todos y para todas, en condiciones de equidad y proporcionalidad a la formación profesional, aspectos éstos que nos hubiese gustado comprobar que se dan con plenitud en la reestructuración que nos ocupa.

Sétimo: Incluso, en aras de esta última inquietud sindical, la ANEP había ya dado los primeros pasos para que una firma consultora independiente, especializada en la materia, valorara la propuesta de reestructuración institucional del ICODER; financiándose tal estudio con fondos de la propia organización.

Octavo: En consecuencia, debe quedar constando que la administración institucional es la única responsable por la reestructuración, desde su génesis hasta su implementación final. La circunstancia de que la ANEP hubiese mostrado un interés en conocer de sus alcances y profundidades, no genera para nuestra organización ninguna responsabilidad, mucho menos ahora que hemos desistido de continuar en nuestro afán con este tema.

Noveno: La ANEP y su Seccional ANEP-ICODER reafirman por esta vía su compromiso y su voluntad de seguir en la lucha por la dignificación plena de la persona trabajadora de nuestra institución y por el fortalecimiento de la misma; sintiéndonos con todo derecho para que en el futuro, quizás más cercano de lo que se supone, nuestra organización exponga sus ideas sobre la necesaria revitalización del INCODER en estos difíciles tiempos socioeconómicos y políticos donde la salud mental, la promoción del deporte (sobre todo entre la población juvenil) y la recreación, deben ser políticas públicas de primer orden para la preservación y profundización de nuestro sistema democrático.

San José, 20 de setiembre de 2006.

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto

Elías Mora Murcia
Presidente de la Junta Directiva
Seccional ANEP-ICODER

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