Rocío Pérez Sáenz
prensalibre.co.cr
Convencido de que el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos (TLC) no debe ratificarse bajo ninguna circunstancia en las actuales condiciones de negociación, el ex presidente de la República, Rodrigo Carazo Odio, no ceja en su empeño de explicar los por qué de su oposición al acuerdo.
Asiste a cuanto foro o conferencia lo llaman para esgrimir los argumentos que afectarían a Costa Rica y se toma todo el tiempo del mundo para repetir con puntos y señales, aquellos capítulos que considera un atentado a “la soberanía, la dignidad nacional, la independencia y la Democracia”.
En su casa de habitación, la misma que ha ocupado por más de 40 años, se acomodó en su espacio y atendió la entrevista con LA PRENSA LIBRE para repetir, sin cansancio, por qué no está de acuerdo con el TLC.
– ¿Qué pasa con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos? ¿Por qué su férrea oposición? – EL TLC debe ser estudiado profundamente porque no es un proyecto de circunstancia ni tampoco un tema de naturaleza política. Para mí el TLC tiene diversos enfoques y temas tan delicados, como por ejemplo los mares territoriales a los que muy poca gente presta atención.
– ¿Los mares territoriales? – En el TLC se está diciendo que Costa Rica está de acuerdo en que, limitando sus derechos, Estados Unidos pueda ser dueño de todos los recursos que le permita su capacidad de acción en los océanos. Eso es que el país no tiene ninguna posibilidad de defensa porque el momento en el cual por cualquier circunstancia una nación tan poderosa como Estados Unidos asumiera un deseo de control sobre ciertas aguas territoriales, tendríamos un problema político. En consecuencia ese tema debe ser analizado detenidamente.
Documento abultado
– Mucha gente ha reconocido que han leído muy poco del TLC. ¿Eso no es grave? – El problema más serio del TLC es que es un documento muy grande, muy abultado para decirlo en un lenguaje corriente. Además de tener muy diversos ángulos. Hay uno de naturaleza fundamental que es ceder el derecho de que los conflictos sean resueltos por Tribunales Ad hoc integrados de acuerdo con lo que señala el propio Tratado y sin ninguna supeditación al sistema judicial costarricense.
– ¿Un Tribunal que resuelve en una sola vía? – Es un Tribunal creado con ese propósito de resolver problemas, pero se hace dueño de la suerte nuestra, de nuestro orden judicial en cosas tan importantes como son las relacionadas con la inversión extranjera. Si por alguna razón el inversionista se siente afectado puede acusar al Estado, demandarlo. Pero si el Estado se da cuenta que el inversionista está fallando no tiene facultades para acusarlo. No tiene derecho, es un Tribunal creado para defender al inversionista.
– ¿Aguas territoriales y protección unilateral? – Sí. En consecuencia: lo de las aguas jurisdiccionales y lo de los Tribunales son dos capítulos del TLC que comprometen la soberanía, la dignidad nacional, la independencia y la Democracia. ¡No es jugando eso! No es chayotes en el mercado, ni flores de tallo largo. Son cosas mucho más profundas.
– Se asegura que el TLC es “modificable”. ¿Usted qué opina? – Yo sostengo la tesis de que una cosa que no se puede revisar y que no se puede mejorar no se debe aceptar.
Dos años más tarde
– Entonces ¿comparte el criterio de Monseñor Ángel San Casimiro de que se está negociando el TLC “como secreto de confesión”? – El documento yo lo conseguí después de años de andar detrás de él. Porque cuando se inició la discusión, el análisis con la representación de Costa Rica para llegar a lo que hoy es el TLC, yo me dirigí al entonces presidente que iniciaba su período. Me reuní con él el 22 de mayo del 2002 para decirle que necesitábamos conocer los alcances de la discusión. Y lo conseguimos años después cuando ya estaba finiquitada la discusión y era imposible opinar sobre ella. Uno de los más duros procesos de una Democracia es que se discuta su futuro sin participación de la gente.
– ¿Usted siente que eso está pasando ahorita? – Eso pasó. En este momento ya no porque el Tratado se conoce. Los que quieran conocerlo ya pueden hacerlo, pero está negociado, firmado y en proceso de ratificación. Ahora la responsabilidad es entrar a fondo en el Tratado, que no es un tema de carácter político. Aquí no hay Partidos políticos, aquí hay país. Henry Mora ha dicho mucho que debemos rechazar todo riesgo de dejar de ser nación.
Aportes del pueblo
– ¿Qué puede hacer el ciudadano para participar si el asunto está en la Asamblea? – Yo voy por lo menos dos veces por semana a diferentes grupos que me llaman a discutir el TLC. Pero no es un yo-yo. Es que mucha gente lo está haciendo y va a reuniones para explicar los alcances del Tratado.
– ¿Es preferible: Una Costa Rica sin TLC? – Claro, este TLC es inaceptable.
– Pero algunos apuntan que el país sin TLC va rumbo al abismo. – Lo que puedo decir es que en este momento los que así opinan no saben que nosotros tenemos un saldo desfavorable de comercio con los Estados Unidos que suma billones (como dicen los norteamericanos) de dólares.
– Pero se dice que estamos muy bien en las relaciones comerciales con Estados Unidos. – En este momento los montos del déficit comercial de Costa Rica con los Estados Unidos los publica abiertamente Comex. Sin ningún reparo ellos lo publican porque si algo debemos decir es que no ocultan ese tipo de información. Ahora que la gente no lea… que cada uno se dé cuenta de dónde está su responsabilidad.
Futuro del país
– Entonces ¿cómo vislumbra el futuro de Costa Rica con TLC?
– Pienso que todavía los costarricenses tenemos la opción de poderlo discutir más a fondo y señalarle caminos distintos a este país. Lo que está ocurriendo ahora en Centroamérica es suficientemente claro como para que apreciemos que ya se está hablando de hacerle cambios al TLC que allá ratificaron porque le interesa a las partes. Pero me acuerdo que hace 14 años, cuando se discutía el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (Nafta), se decía que con Nafta los mexicanos iban a tener más trabajo y ¡ahora lo que tienen es una tapia, un muro! Y no darse cuenta de eso, es de género sencillo.
– Eso debe analizarse… – ¡Claro! Porque de un enfoque de alegría y superación económica, todo el mundo en México pensó que el Nafta los sacaría de todos sus problemas y ¡pegaron contra el muro!
– ¿Tampoco es de su agrado la propuesta de la Unión Europea? – No son contradictorios, en el tanto que se discutan bien, ambos son aceptables. Nadie se opone al comercio, nos oponemos a las formas injustas de comercio o las pretensiones de hacerse dueño de cosas que no tienen nada que ver con el comercio.