Traspaso de Gobierno vs. Traspaso de Poderes

Lo que ocurrió este lunes Primero de Mayo en la Asamblea Legislativa y lo que sucederá el próximo día 8, en el Estadio Nacional, debe entenderse como “un traspaso de Gobierno” (cambio de autoridades políticas en el Ejecutivo y en el Legislativo); pero jamás debe comprenderse como un “traspaso de Poderes”.

Luego de que quedara en evidencia la naturaleza del pacto Libertario-Liberacionista para el control político del nuevo parlamento, es más que evidente que hay un relanzamiento del proyecto oligárquico-neoliberal y su propuesta estrella: el TLC.

Presenciaremos en próximos días y semanas, una intensa ofensiva ideológica y política, buscando sentar las bases para la promoción de una serie de iniciativas (leyes, decretos y directrices), que renueven el entorno de negocios que se gestan desde el Sector Público; para incrementar las ganancias de los cada vez más reducidos grupos de poder económico, que respaldan a las nuevas autoridades legislativas y ejecutivas.

La ideología socialdemócrata ha sido sustituida por la “ideología” de los casinos y el oportunismo parlamentario-clientelista, con honrosas excepciones que ya están plenamente identificadas, serán la tónica del transitar de este primer año de la nueva legislatura 2006-2010.

Nos hemos equivocado augurando tiempos tormentosos. La derecha oligárquica neoliberal, a través del pacto libertario-liberacionista, santificado por el oportunismo parlamentario clientelista, tiene absoluta claridad de que, quizás, éste sea el último chance que se juega para, de una vez por todas, acabar su obra neoliberazante del país.

El sangriento capitalismo centroamericano, ya afincado en el país, domina la agenda político-estratégico de la cúpula empresarial nacional y, por tanto, a cómo dé lugar, están decididos a la aprobación del nefasto TLC.

Solamente es posible confiar en las fuerzas cívicas que anidan en las diferentes expresiones de los sectores sociales. Afortunadamente se podrá contar con ciertas individualidades patrióticas en el nuevo parlamento que, aunque con un origen partidista determinado, tienen plena conciencia del proceso que les generó la curul que hoy ostentan, así como las prioridades de lealtad que deben tomar en consideración.

La Patria ha entrado en una encrucijada crítica. Las tendencias a la acción autoritaria y al verticalismo excluyente en materia de gestión gubernativa, son absolutamente claras. La gobernabilidad que buscan “los de arriba”, es aquella fundada en la exclusión, en la neutralización de la disidencia, en la satisfacción del clientelismo gremialista inmediato y en la negación de la real participación cívica en la toma de las grandes decisiones nacionales que a todos nos conciernen. Esto quedó claro en la primera sesión del nuevo parlamento costarricense.

La respuesta ciudadana sólo puede ser una: Más unidad social y popular; más organización, más “evangelización cívica”; acrecentar la capacidad de movilización, en cantidad y en calidad, con visión estratégica y con voluntad política transformadora. El traspaso de Gobierno se convertirá en traspaso de Poderes, cuando tengamos la suficiente disposición para pasar a la iniciativa política. Avisados quedamos.

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