Estimado señor:
Le agradeceré brindarme el debido derecho de respuesta establecido en nuestro ordenamiento jurídico, dada la alusión directa a este servidor en la edición de La Nación de esta fecha, en el artículo de opinión del señor Jorge Cornick.
La “incómoda” sociedad civil
Don Jorge Cornick, un profesional de gran prestigio en materia tributaria que tiene el país, nos emplaza directamente haciéndonos el honor de que aparezcamos en las páginas de opinión de La Nación. Don Jorge, persona cuya calidad humana nos merece un gran respeto, nos ha ayudado muchísimo con su invaluable conocimiento, en varias oportunidades, con el proceso de la Tercera República y, específicamente, en el tema fiscal. Ya que nos da la oportunidad, le hacemos público nuestro reconocimiento y agradecimiento. La organización social de carácter sindical que nos honramos en presidir, ha venido, poco a poco, con la ayuda de muchísimas personas (entre ellas el Sr. Cornick), construyendo su visión de país desde la perspectiva laboral, como es lógico suponer. Dichosamente vivimos en una sociedad democrática y no es delito soñar con el país que quisiéramos ayudar a construir para las generaciones presentes y futuras.
Le hemos tomado la palabra a todos esos teóricos de las ciencias sociales y políticas que plantean el tema de la participación democrática de lo que se conceptúa como sociedad civil. Tenemos profunda claridad de cuál es la naturaleza de nuestro rol en las actuales circunstancias del país. La ANEP no está adscrita a ningún partido político, ni pretende transformarse en uno. Hemos logrado un alto nivel de respeto en los círculos inteligentes del país de casi todas las corrientes de pensamiento ideológico y político y hasta quienes adversan nuestras posiciones no pueden negar nuestra existencia.
Nada más absurdo que pretender arrogarse una representación que no se tiene. No pretendemos estar por encima de la institucionalidad que nos agrupa como sociedad. Ahora bien, lo real es que muchas de nuestras tesis, planteamientos, opiniones y propuestas cuentan con aceptación y respaldo más allá de nuestras fronteras sindicales y sabemos que esto molesta a algunos. Es el juego de la democracia que le permite a usted, Sr. Cornick, expresar sus propias simpatías electorales a favor del Dr. Arias Sánchez. Por el contrario, a nosotros, como parte de la sociedad civil, se nos permite pensar, fiscalizar y proponer aunque resulte “incómodo” para algunos. ¡Qué bonito!, antes, los sectores que nos adversan, descalificaban a los movimientos sociales porque “nunca” proponían nada y decían “no” a todo; ahora que nos pusimos a estudiar, que nos hemos asesorado calificadamente y que hemos demostrado capacidad de propuesta, tan bien nos descalifican. ¿Será que les incomoda que haya expresiones distintas a las suyas?… Don Jorge: esperamos seguir contando con su aporte valioso en aras de construir una sociedad en la que quepamos todos.
Respetuosamente,
Albino Vargas Barrantes
Secretario General
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c.: Junta Directiva Nacional.
c.: Archivo.