Con toda sinceridad, expresamos nuestro más profundo agradecimiento a todos los compañeros y a todas las compañeras anepistas que en el día de ayer, atendieron la convocatoria de nuestra querida organización ANEP, sumándose a la extraordinaria y gigantesca manifestación de repudio contra la política neoliberal del Gobierno de la Presidenta Laura Chinchilla Miranda que ha impuesto un indignante y ofensivo reajuste salarial de 5 mil pesos. Esta lucha apenas empieza.
Igual es nuestra gratitud para otras personas trabajadoras asalariadas del sector Público que sin ser afiliadas a la ANEP, han creido en nuestros planteamientos, nos escuchan con atención, se han sensibilizado sobre esta problemática y, finalmente, salieron a las calles en este histórico miércoles 15 de febrero de 2012.
De manera particular resaltamos la unidad que nos aglutina con nuestras organizaciones hermanas de la CENTRAL SOCIAL JUANITO MORA PORRAS (CSJMP), así como con el Frente Interno de Trabajadoras y de Trabajadoras del Instituto Costarricense de Electricidad (FIT-ICE); relavantísimas organizaciones sindicales que ayer mostraron un impresionante poderío convocante. ¡¡¡Felicitaciones!!!
Renovamos nuestro compromiso de clase, de clase trabajadora, para continuar nuestro histórico sendero como organización laboral en defensa de la Justicia Social, de la verdadera Democracia y por el respeto pleno a la condición humanista de cada persona trabajadora asalariada cuyos intereses económicos, sociales, gremiales y profesionales representamos.
Les instamos a todos y a todas, anepistas y no anepistas; a las organizaciones hermanas y amigas, para aguparnos más fuertemente, más solidariamente y estar en mejores condiciones para enfrentar lo que se avecina: el congelamiento salarial porque no habrá reajuste en julio; la intentona neoliberal de imponernos el “Salario Único“ eliminando todos los pluses; las rebajas salariales de los salarios “altos“ (especialmente en el sector profesional); los despidos del personal interino; más deterioro en los programas sociales financiados con el presupuesto central del Estado; y más impuestos para quienes somos “los de abajo“.