7 mil marines transitando por suelo nacional, 46 buques de guerra, 200 helicópteros artillados (entre ellos los Black Hawck), aviones de combate y navíos de guerra para combatir submarinos, constituyen una especie de invasión del guerrerista gobierno estadounidense y su desesperada lógica militarista para tratar de mantener una hegemonía planetaria cada vez más en decadencia.
Más grave todavía es que el personal militar gringo tendrá total libertad de movimiento en suelo costarricense, además de tener el privilegio de no sujetarse a las leyes nacionales lo que, en caso de comisión de infracciones legales y penales, le dejaría impune.
La excusa de que tan descomunal pliegue armamentista obedece a operaciones contra el narcotráfico y para realizar actividades humanitarias, ofende la inteligencia del pueblo tico. Es bien sabido que el régimen de Washington nunca “arranca pelos sin sangre”, especialmente cuando se trata de reforzar su control hegemónico sobre los pueblos de la América Latina; algunos de los cuales, afortunadamente, con gobiernos dignos a la cabeza, se han rebelado a seguir siendo considerados como el patrio trasero de dicha potencia en decadencia.
Censuramos fuertemente, con toda energía, a los diputados y diputadas de la coalición gobiernista Li-Li (partidos Liberación-Libertario), por su humillante doblez, su prosternación indigna y su desprecio total por nuestra herencia soberana como nación, en un acto que bien podría ser calificado como de Traición a la Patria.
En medio del estupor y de la gigante indignación que genera ser testigos de tal afrenta a nuestro legado histórico de la Gesta de 1856, cuando el gobierno de la época, encabezado por el insigne patricio Presidente don Juanito Mora Porras, se enfrentó al naciente intervencionismo imperialista de los Estados Unidos; alegra saber que un distinguido grupo de legisladores y de legisladoras costarricenses tuvieron firme entereza moral, enorme gallardía cívica y alto decoro patrio, negándose a cohonestar tan vil acto de afrenta soberana a la patria costarricense.
La coalición gobiernista y su fracción parlamentaria le facilitaron al gobierno guerrerista del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, la inserción de Costa Rica a una estrategia militarista que Washington impulsa en nuestra región latinoamericana, para no solamente detener la corriente progresista de gobiernos decentes que hoy defienden la soberanía de nuestros pueblos en la América del Sur; sino para crear todas las condiciones para una invasión militar a algunos de esos gobiernos que con más firmeza enfrentan la histérica lógica militarista gringa ante la irrefutable realidad de que están, como imperio, en incontenible decadencia, aunque por tal razón, mucho más peligrosos y agresivos que nunca.
Hacemos un llamado a todas las fuerzas patrióticas y cívicas del pueblo costarricense para que, de manera conjunta, aunemos esfuerzos e impulsemos todas las acciones posibles en defensa de la soberanía de nuestra nación, completamente mancillada por los parlamentarios gobiernistas de la coalición Li-Li.
San José, viernes 2 de julio de 2010.
Albino Vargas Barrantes
Secretario General ANEP
Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto ANEP