Ante el Referéndum: Que Dios nos agarre confesados

1. Pero siempre estuvieron seguros de que el aparato de propaganda totalitario que aplasta la democracia costarricense desde hace varios años, les permitiría imponer a leñazos un texto de TLC, contrario a la Constitución, a la dignidad y al decoro de la Patria.

2. Ahora, cuando el Tribunal Supremo de Elecciones con demora recomienda al fin el Referéndum, los hermanos Arias lo aceptan pero se lanzan por el atajo de precipitar esa consulta directa al pueblo. Debe producirse lo más pronto posible. A tres meses plazo. Siguen confiando en que el aparato de propaganda totalitario, que ha bombardeado durante varios años a la opinión pública a favor de un texto del TLC contrario a los intereses de Costa Rica y en apoyo de los intereses nacionales e internacionales que representan el régimen de los hermanos Arias y el diario La Nación, provoquen o el abstencionismo y/o la confusión de los votantes. Los representantes del mundo académico, grupos de distintas denominaciones religiosas, de sectores estudiantiles, gremiales y populares, no han podido contrarrestar el poderío de ese aparato de propaganda sin precedentes en las luchas democráticas de América Latina. Será una batalla de David y Goliat. Esperemos, que por el bien de Costa Rica, se repita el episodio bíblico.

3. Estrujando nuestro orgullo patriótico, debe solicitarse cuanto antes la presencia de observadores internacionales para el proceso que se quiere precipitar en esta consulta al pueblo sobre el TLC, pero sobre todo para el remate del proceso y el escrutinio final. Porque gruesos sectores de la ciudadanía, siguen con dudas, interrogantes y cuestionamientos sobre el escrutinio final de las elecciones de febrero 2006.

4. Que Dios nos agarre confesados ante el Referéndum.

Abril 17, 2007
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