No hay nada que nos pueda unir tanto como las ideas

Está claro que sin unión no se logrará nada, y que menos aún sería posible emprender la gigantesca labor de rescatar el rumbo nacional. Pero ¿viene primero el huevo o la gallina?

Por un lado, dentro de ese enorme despertar ciudadano que llamamos Movimiento Patriótico, hay una masa grande que está desencantada, a veces hastiada, y un poco o mucho “encabronada” con las prácticas añejas de la política partidaria, que han caído en menos que politiquería.

Regularmente se oye y se siente el “nadie nos manda….., y la política y los políticos son…. (póngale usted el adjetivo que guste)”. Llevan bastante razón quienes así opinan, porque las decepciones, los engaños, las mentiras, las falsas poses, los “arribismos”, la corrupción, y las ilusiones traicionadas ya tantas veces han sido demasiadas. ¡Ya basta!

Sí, ya basta se dice, pero de ahí no se pasa. Incluso algunas personas piensan que esto no se arregla por las buenas, porque la ubre de la cual están pegados los vende-patrias es demasiado grande, y porque los cambios que se necesitan hacer no son solo de forma. Sin embargo se ve claramente que las condiciones no se han dado, al menos hasta ahora, para algo más allá que un cambio político. El cambio es urgente. Pero ni la abstención en el voto, ni el rehuir a la unión ciudadana y patriótica ofrecen ser solución.

Hay que entender que realísticamente ese cambio en este momento debe y solo puede ser político.

Entonces el hastío por la política, dentro de cada Patriota que así lo sienta, dentro de lo más profundo de su conciencia patriótica, debe cambiarse por acción decidida, como se hizo en el referéndum, dando el paso adelante en la nueva manera costarricense de hacer política: la democracia participativa. Esta revolución debe salir de nuestras bases, ser alimentada con ideas, peleada con organización política, y ganada con votos.

Por otro lado, están las y los Compañeros que ya han venido trabajando en organización política.

Saben bien que el único cambio de momento posible es el cambio político, y ven claramente que el tiempo se agota. Luchan a diario de manera tesonera y valiente contra ese enorme desencanto del costarricense con la política partidaria. No hay duda de su honestidad ni de sus buenas intenciones. Pero también en esa otra trinchera se debe entender que la manera de hacer política cambió.

El fracaso más grande de la tan cansada mafiocracia que nos desgobierna ha sido su manera cavernícola de ejercer la política. Para ganar las elecciones hay que abrirse, con humildad, negociar sin claudicar principios, y unir. Para reinventar el país hay que primero reinventar la manera de hacer política. La organización política que busque recoger y cumplir las ilusiones de esa mayoría del “Ninguno” de las encuestas, de las y los desencantados, de la enorme fuerza patriótica del No al TLC, de esa mayoría nacional que forma de una manera u otra al Movimiento Patriótico, debe comenzar por cumplir antes de pedir el voto.

Debe cumplir demostrando apertura a la inclusión de todas y todos los Patriotas. Debe demostrar respeto por la diversidad, exigiendo a la vez compromiso absoluto con el interés de las mayorías.

Debe cumplir diciendo si respetará las voluntades de las bases en los procesos eleccionarios internos partidarios. Y debe, por sobre todo, cumplir sin cálculos ni agendas escondidas escuchando y exponiendo sus ideas para el rumbo correcto del desarrollo nacional. Se han escuchado las denuncias y las protestas contra el modelo imperante. Es hora de hacer los planteamientos. Nada es tan poderoso para lograr la unión como las ideas. No hay nada que nos pueda unir más que las ideas.

1 de Octubre 2008

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