El TLC si amenaza el agua de Costa Rica

Don Ricardo acusa a los amplios sectores sociales y académicos que con argumentos y convicciones sólidas se oponen al TLC de realizar interpretaciones erróneas para “sembrar miedo” en la población costarricense. La verdad es que son los promotores del TLC quienes tienen miedo. Les asusta comprobar que cada vez más personas y comunidades a lo largo y ancho del territorio nacional alzan su voz para denunciar un tratado mal negociado, que compromete seriamente nuestros recursos naturales y los derechos de las generaciones futuras.

En lo único que coincidimos con don Ricardo es que muchas acciones depredadoras que amenazan el agua ya están ocurriendo en la actualidad. Lo que no dice este señor es que el TLC agravará dichos problemas y les otorgará armas adicionales a los depredadores para seguir en la impunidad. Veamos las razones.

Agua afectada y desprotegida. El agua como recurso natural está afectada por las obligaciones del Capítulo 10 “Inversión” y el Capítulo 17 “Ambiental” no lo evita, ni permite protegerla adecuadamente.

Una cosa son las normas que regulan los servicios relacionados con el uso del agua como los acueductos y otra muy distinta las que se refieren al agua como recurso natural. Las primeras tienen que ver con la forma de prestación de estos servicios. Las segundas regulan la extracción, uso y explotación de las aguas superficiales y subterráneas, incluyendo los procedimientos para otorgar derechos (concesiones) a empresas privadas para explotar dichas aguas. En el TLC con Estados Unidos a diferencia de otros tratados como los TLCs con México y Chile Costa Rica no estableció reserva alguna sobre estas últimas normas. Por lo tanto, aún cuando aceptemos que las leyes referidas a los servicios de acueductos y alcantarillados están excluidas por la supuesta reserva hecha en el Anexo II (más adelante veremos que no es cierto), eso de ninguna manera quiere decir que el agua esté a salvo de las graves amenazas del TLC.

Los principales conflictos sociales por el agua que se están dando en Costa Rica tienen que ver precisamente con el uso y explotación de este bien cada vez más escaso. Tienen que ver con la decisión de a quiénes y bajo qué condiciones y procedimientos se les va dar prioridad para explotar las aguas nacionales. Tienen que ver, por ejemplo, con que se otorgan concesiones para que empresas rieguen canchas de golf, dejando a las comunidades sin poder atender sus necesidades básicas.

En el Capítulo 10 del TLC hay normas que impiden al Estado darle preferencia en el uso de las aguas a las comunidades locales sobre los intereses de grandes empresas trasnacionales. Además se le otorga a los inversionistas extranjeros el privilegio de demandar al Estado ante tribunales privados internacionales que sesionarán fuera del territorio nacional, cada vez que consideren que una decisión relacionada con el uso del agua afecta sus ganancias.

Frente a estas amenazas, el Capítulo 17 no provee protección alguna. La mayoría de las disposiciones citadas por el señor Sancho son declaraciones de buenas intenciones que carecen de cualquier efecto vinculante, como lo acaban de reconocer los mismos congresistas estadounidenses al referirse a los tratados firmados por ese país con Perú, Colombia y Panamá, que tienen normas idénticas. Así ocurre, por ejemplo, con las normas que hablan de no “relajar” la legislación ambiental o de asegurar “altos niveles” de protección ambiental. Bajo el TLC un país no puede ser demandado por incumplir estas cláusulas, puramente retóricas.

La única norma de este Capítulo que, después de un largo y burocrático proceso, podría dar lugar a un panel de solución de conflictos, es la que habla de no dejar de aplicar la “legislación ambiental” de forma que afecte el comercio entre las Partes. Es decir, si no se demuestra que la violación de las leyes ambientales afecta el comercio, no pasa nada en el marco del TLC. Nos preguntamos ¿Cómo afecta el comercio entre las Partes que un inversionista inmobiliario destruya las áreas de recarga acuífera o que una empresa hotelera sobreexplote las fuentes de agua? ¿Nos cuestionará Estados Unidos por no sancionar a sus propias trasnacionales? Pero estas sí pueden demandar directamente a Costa Rica con base en el Capítulo 10.

Además, debemos tener presente que cuando el Capítulo 17 habla de “legislación ambiental” no se refiere a nuestras leyes ambientales tal y como las conocemos en Costa Rica. Incluye solo una pequeña parte de ellas. Pero, para efectos del TLC, no son “legislación ambiental” las normas que regulan la recolección o explotación comercial o con fines de subsistencia de “recursos naturales”. Por lo tanto, su desaplicación no produce ninguna consecuencia bajo el Capítulo 17. Quedamos avisados entonces, las normas referidas a los procedimientos para otorgar concesiones de aguas a las empresas privadas, no son “legislación ambiental” para el TLC.

Las normas del Capítulo 10 citadas por Sancho tampoco impiden que las obligaciones impuestas al país en ese mismo capítulo afecten la capacidad del Estado para regular el uso del agua, en función de los derechos de las comunidades locales. El artículo 10.11 dice que Costa Rica podrá adoptar o mantener medidas ambientales, siempre y cuando sean “compatibles con este Capítulo”. Es decir, si esas medidas son calificadas como incompatibles con las obligaciones del Capítulo 10, no será posible adoptarlas o mantenerlas. ¿Cuál protección entonces?

A su vez, que el artículo 10.2 diga que en caso de incongruencia entre el Capítulo de Inversiones y otros capítulos prevalecerán estos últimos, no es garantía frente a las amenazas descritas. Entre otras razones, porque:

1. Según el Capítulo Ambiental las normas referidas a la extracción y explotación de las aguas no son “legislación ambiental”. Por lo tanto, si se cuestionan o se afectan estas normas por causa de los privilegios que el Capítulo 10 les otorga a los inversionistas extranjeros, no se estarían incumpliendo las disposiciones del Capítulo 17 que hablan de aplicar la “legislación ambiental”. No habría incongruencia. El artículo 10.2 sería inoperante.

2. El TLC permite que los inversionistas demanden al Estado cada vez que consideren que ha incumplido los términos de sus concesiones de aguas (10.16 y 10.28) En estos casos NO necesitan demostrar que se ha incumplido alguna obligación sustantiva del tratado. Pueden cuestionar al país directamente ante tribunales privados internacionales, sin importar si los actos de las autoridades nacionales o locales son acordes o no con los capítulos 10 y 17. Así las cosas, es irrelevante si uno prevalece sobre el otro.

Acueductos públicos en riesgo. El Capítulo 11 del TLC obliga a abrir al negocio privado (11.4), todos aquellos servicios que no estén expresamente excluidos en los Anexos I y II. En la lista de Costa Rica del Anexo II se establece que nuestro país se reserva su derecho a legislar sobre algunos servicios públicos como el servicio de suministro de agua, “en la medida en que sean servicios sociales” prestados o mantenidos por un interés público. Es decir, la posibilidad de mantener el régimen público de prestación de los servicios de acueductos está condicionada a que tales servicios cumplan con ese requisito.

El problema es que en ninguna parte del TLC se define con claridad el concepto de “servicios sociales”, ni constan documentos que aclaren cuales actividades forman parte de esta categoría y cuales no. Por el contrario, si analizamos las clasificaciones internacionales utilizadas por Costa Rica durante la negociación del tratado para definir los sectores de servicios en que asumiría compromisos, podemos constatar que en tales clasificaciones los servicios de distribución de agua son ubicados en sectores distintos y en ninguna se incluyen dentro de la categoría de “servicios sociales”.

La Clasificación Central Provisional de las Naciones Unidas (CPC) los trata como parte de un sector totalmente diferente y expresamente excluye la distribución de agua de la sección 9 donde se ubican los “servicios sociales y de salud”. La Lista de Clasificación Sectorial de los Servicios de la OMC (W/120) tampoco contempla los acueductos dentro del sector “servicios sociales”.

Peor aún, en otras partes del TLC, como el Capítulo 9, Costa Rica expresamente consignó el servicio público de distribución de agua como parte de un sector totalmente distinto del sector “servicios sociales y de salud” (tomo I, página 181, texto publicado en La Gaceta)

Frente a tan graves omisiones y contradicciones de los negociadores, el señor Sancho alega que en nuestro Derecho Interno hay resoluciones de tribunales nacionales como la Sala Constitucional que reconocen el derecho al agua potable como un derecho fundamental, de las que se derivaría su carácter “social”. No dudamos que así sea.

Lo que ocurre es que en el marco del TLC NO es a los tribunales de justicia de Costa Rica a los que les tocará decidir si nuestra legislación sobre acueductos es compatible o no con el tratado. De acuerdo con el TLC, serán tribunales arbitrales internacionales a quienes les corresponderá pronunciarse ante eventuales demandas presentadas contra Costa Rica por inversionistas extranjeros u otros Estados.

Estos tribunales arbitrales NO resolverán aplicando los votos de la Sala Constitucional ni los procedentes de los tribunales nacionales. Ante demandas arbitrales presentadas con base en el Capítulo 10, es la Comisión de Libre Comercio (integrada por todos los Estados Partes) el órgano encargado de “interpretar” los Anexos, en primera instancia. Como sus decisiones se toman por “consenso” bastará con que un país no esté de acuerdo con la interpretación propuesta por Costa Rica para que tal interpretación no prospere.

El asunto quedaría entonces en manos del tribunal arbitral, el que resolverá con base en el TLC “y las normas aplicables del derecho internacional” (10.22)

Poco importará en estos casos lo que se haya definido en Costa Rica sobre “servicios sociales”. Prevalecerá lo que hayan pactado los negociadores en el Tratado y los precedentes que apliquen los tribunales internacionales que este reconoce. Y aquí llevamos las de perder.

Según el Órgano de Apelación de la OMC, los sectores de servicios basados en la clasificación de las Naciones Unidas son excluyentes entre sí, de manera que un servicio no puede formar parte de dos sectores a la vez. Al no constar una definición específica de “servicios sociales”, lo consignado por Costa Rica en el Capítulo 9 podría ser considerado como parte del “contexto” del tratado para determinar el alcance de las obligaciones asumidas por nuestro país. Ese es el razonamiento que han seguido estos paneles arbitrales en otros casos, aplicando las reglas de interpretación de los tratados del artículo 31 de la Convención de Viena.

Además, el Órgano de Apelación de la OMC también ha concluido que las clasificaciones de referencia utilizadas por un país durante las negociaciones para definir sus sectores de servicios tienen el carácter de *“documentos preparatorios”, que sirven como /strong>“medios complementarios de interpretación”* de los tratados según el artículo 32 de la Convención de Viena. Incluso ha recurrido a estas para determinar las obligaciones asumidas por ese país en un determinado sector de servicios cuando no existe una definición clara de los alcances de ese sector. Así ocurrió en el reciente caso “Estados Unidos – Medidas que Afectan al Suministro Transfronterizo de Servicios de Juegos de Azar y Apuestas” (2005) en relación con la aplicación del Acuerdo de la OMC sobre Servicios.

Por estas razones, es don Ricardo quién no aplica la lógica y el contexto jurídico… del TLC. Una lógica muy distinta a la de nuestra legislación ambiental y social.

El resultado de la mala negociación del TLC es que los servicios de distribución de agua que actualmente administran el AYA, las municipalidades y las ASADAS sí corren peligro. Al no calificar como “servicios sociales” bajo la lógica del TLC, no estarían cubiertos por la reserva del Anexo II, ni quedarían excluidos de las gravosas obligaciones impuestas en los Capítulos 10 y 11 del Tratado.

No cabe duda, para defender el agua y asegurar que se siga regulando como un bien público al servicio de las necesidades del pueblo costarricense, es urgente decir NO al TLC.

Visite: – http://www.costaricadicenotlc.blogspot.com/ – http://www.frenteamplio.org

SINTRAJAP interpela al Ministro de Coordianción Interinstitucional

Limón, 21 Junio de 2007
STJ-499-2007

CARTABLICA

Licenciado
Marcos Vargas Díaz
Ministro de Coordinación Interinstitucional
S.D.

Estimado señor:

Lo he escuchado y visto con mucho detenimiento a través de sus múltiples apariciones en los diferentes medios de información nacional, refiriéndose al tema de los puertos del Caribe. Es lamentable observar como el Gobierno, que tiene la facilidad de manipular la información y barajarla al estilo que le conviene, y Usted la arremeten contra una Organización Sindical y sus afiliados de manera coercitiva y amenazante.

Aún cuando es conocedor de los problemas concretos y verdaderos que enfrenta JAPDEVA; debo indicarle que es poco, por no decir nada, en lo que ha intervenido para solucionarlos. A excepción del único tema que le conviene: “la concesión”.

Hay que decirle al pueblo de Costa Rica y principalmente al pueblo de Limón, que aún con la aprobación del Tratado Libre de Comercio por parte de los países como Guatemala y El Salvador, nuestro país a ambos juntos los superó aproximadamente por 1600 millones de dólares en exportaciones en el año 2006, y que al mes de mayo del 2007 la exportaciones van creciendo en un 16% sin la aprobación del nefasto TLC por parte de Costa Rica.

Los trabajadores de este país no tenemos más protección que las mínimas que establece nuestro Código de Trabajo que data de hace más de 49 años. Cuando reclamamos nuestros derechos utilizan frases que pretenden desprestigiarnos diciendo que defendemos privilegios. Además utilizan medidas de hecho de tipo coercitivo, contrario a lo que se predica internacionalmente por el Gobierno.

¿Le han dicho al pueblo de Costa Rica quiénes son los concesionarios que se están viendo beneficiados con las concesiones del Puerto de Puntarenas, tanto extranjeros como nacionales? Le han dicho al pueblo que prácticamente le sirvieron en bandeja al concesionario extranjero lo que legítimamente le pertenece al pueblo costarricense?. Me refiero a Caldera.

Permítame con todo respeto, decirle lo siguiente: Costa Rica no está preparada para implementar el modelo de Concesiones que pretende aplicar este gobierno, al menos en las actividades esenciales y de mucho interés para este país; por la sencilla razón que no podemos arriesgar nuestros patrimonios en un modelo que, al menos, en Costa Rica a la fecha no ha funcionado.

Tenemos los casos de la CARRETERA SANTA ANACALDERA, AMPLIACIÓN DE LA AUTOPISTA ALAJUELASAN RAMÓN, la CARCEL DE POPOCÍ, MONOPOLIO PRIVADO DE RITIVE, ALTERRA y el fiasco del AEROPUERTO, la APERTURA DE LAS ESTIBAS EN LOS MUELLES DE LIMÓN, o las CONCESIONES DE LAS EXTRACCIONES DE MATERIALES DE NUESTROS PROPIOS RÍOS. Sobre este último punto, el Gobierno actual se vio en la obligación de sacar un Decreto Ejecutivo para que se le permita a los Gobiernos locales poder extraer material de los ríos para desarrollar las comunidades; ya que, en forma incomprensible los municipios tenían que comprárselo a los concesionarios.

Reitero que los trabajadores de los puertos del Caribe no han realizado ningún movimiento de presión que afecte la actividad portuaria y la eficiencia. Somos conocedores de las intenciones de este Gobierno para tener la mínima justificación y aprovecharla en contra de los trabajadores portuarios. El Gobierno quiere justificar el objetivo obsesional para aplicar el PODER POR ENCIMA DE LA RAZÓN con tal de obtener su fin último: entregarle a unos pocos lo único que le queda al pueblo de Limón y que es JAPDEVA.

Nunca renunciaremos a defender con dignidad las garantías sociales y las instituciones públicas que han hecho grandioso a este país.

Le saludo
Atentamente,

Lic. Ronaldo Blear Blear
Secretario General de Sintrajap

C/ Medios de Comunicación
Archivo.

Dictaminan apertura y destrucción del ICE

Resumen de objeciones del Partido Frente Amplio

SE ACABA EL MODELO SOLIDARIO

El proyecto de “Ley General de Telecomunicaciones” dictaminado el 20 de junio de 2007, elimina el modelo solidario del ICE, que permite subsidiar al 84% de los usuarios residenciales, ya que:

  • Prohíbe el establecimiento de subsidios cruzados entre diferentes bienes y servicios ofrecidos por un operador o proveedor (artículo 60). Precisamente, son los subsidios cruzados los que nos han permitido garantizar el cumplimiento del principio de solidaridad plasmado en nuestra Constitución (artículos 50 y 74).
  • La contribución que se establece a los operadores y proveedores de servicios de telecomunicaciones al Fondo Nacional de Telecomunicaciones (FONATEL), dispone que no podrá ser menor al 2% ni superior a un 4% de los ingresos brutos obtenidos directamente. Esta contribución podría ser hasta 4,5 veces menos de lo que hoy invierte el país para subsidiar el servicio universal que es de un 9%.

SE TERMINA CON LA UNIVERSALIDAD DEL SERVICIO

Los servicios de telecomunicaciones en nuestro país se basan en el principio de “servicio universal”, pero el proyecto de ley cambia este concepto por el de “acceso universal”, definido como “el derecho efectivo al acceso de servicios de telecomunicaciones disponibles al público en general de uso colectivo a costo asequible y a una distancia razonable respecto a los domicilios, con independencia de la localización geográfica y condición socioeconómica…” (art. 6:x)

Como podemos ver con este cambio, se varía totalmente el concepto de servicio universal, pues solo se garantizará el acceso universal, de manera colectiva, o sea, poniendo a disposición de una comunidad determinada un teléfono público.

AUMENTA TARIFAS PARA LOS USUARIOS

Se establece que la SUTEL podrá determinar que existen condiciones suficientes para asegurar una competencia efectiva, en cuyo caso se autoriza a que sean los propios proveedores los que fijen los precios por los servicios de telecomunicaciones (artículo 54). Vemos así, como se rompe con la naturaleza jurídica dada por nuestro país a este tipo de servicios, pasando de considerarse servicios públicos al costo, a ser considerados como simple mercancía.

En este sentido, nada impediría que grandes transnacionales que operen en nuestro país se pongan de acuerdo y bajen los precios a tal punto que el ICE no pueda competir y quiebre, como ha ocurrido en otros sectores del comercio; por supuesto después los precios subirán y a partir de ese momento serán los que fijen esos operadores en aras de obtener mayores ganancias, con el consecuente perjuicio para los usuarios, pudiendo llegar a cuadruplicarse como ha ocurrido en toda América Latina.

Peor aún, se establece que los proveedores de servicios de telecomunicaciones no están obligados a justificar sus precios de acuerdo a sus costos ni a registrarlos (artículo 55). Mientras que el ICE si tendrá que hacerlo, exigiéndole que la interconexión a los privados se la dé al costo.

Además se obliga al ICE a que garantice a los privados el acceso a las instalaciones esenciales (edificios, postes, ductos, torres, canalizaciones, estaciones –art. 6:k) o sea, que lo que hoy tiene el ICE y ha desarrollado con el aporte y esfuerzo de todos los habitantes, deberá ponerse a disposición de los operadores privados que ingresen a nuestro mercado y a precios de costo. Esto implicará una desventaja más para el ICE respecto a los competidores transnacionales, siendo que los países que ya se han abierto han sufrido un estancamiento en el desarrollo de sus redes fijas, debido a disposiciones como éstas.

SE PIERDE EL CONCEPTO DE SERVICIO PUBLICO

Se define los servicios de telecomunicaciones como servicios disponibles al público (artículo 6:z), que no es lo mismo que servicios públicos de telecomunicaciones. Al dejar de ser un servicio público se excluye de la tutela del artículo 4 de la Ley General de la Administración Pública; hoy es considerado además un servicio básico al que deben tener acceso todos los habitantes, y se convierte en una mercancía, es un servicio disponible al público, pero estaría al alcance solo de quienes puedan pagarlo. Lo cual es inconstitucional por contrariar lo dispuesto en los artículos 60 y 121 inciso 14 de la Constitución Política.

ASIGNACIÓN DE FRECUENCIAS EN MANOS DE LOS POLÍTICOS DE TURNO

En el dictamen aprobado se modificó el órgano encargado de asignar y reasignar las frecuencias dándole esta competencia al Poder Ejecutivo (artículo 10), mientras que un texto anterior se la daba al Ente Regulador, dejándolo así en manos de un órgano netamente político, que cambia cada cuatro años, que es vulnerable a cualquier tipo de influencias políticas, como en el caso de Millicom. Además el proyecto propone que la asignación de las frecuencias esté en manos del Poder Ejecutivo, mientras que el control lo tendría otra entidad, lo cual implicaría mayores gastos de fondos públicos.

El ICE PIERDE LAS FRECUENCIAS DEL ESPECTRO RADIOELÉCTRICO

El proyecto de ley no se refiere a las concesiones del ICE otorgadas al ICE en su Ley de creación, que le autoriza a brindar los servicios de telecomunicaciones mediante una concesión de pleno derecho por tiempo indefinido; pero sí establece que las concesiones del espectro serán por 15 años prorrogables hasta los 25 años. Por otra parte, en el transitorio III se obliga al ICE y a RACSA a levantar una lista de todas las frecuencias que le han sido asignadas e indicar cuáles no está explotando; y de seguido autoriza al Poder Ejecutivo para que les solicite que devuelvan las frecuencias para que sean reasignadas a operadores privados.

PRIVILEGIOS PARA LOS INVERSIONISTAS PRIVADOS

El dictamen incluye como objetivo de la ley que “no se fomente el establecimiento de tributos” (artículo 2:h), con lo que se pretende que las inversiones en el sector de telecomunicaciones no se graven, lo cual es inconstitucional al dejar de lado la potestad tributaria del Estado, establecida en el artículo 121 inciso 13 de la Constitución Política, y por supuesto, el deber consagrado en el artículo 18 de contribuir con los gastos del Estado.

Manifiesto de la Seccional ANEP-Correos, a toda la población trabajadora de Correos de Costa Rica S. A.

A las Trabajadoras y a los Trabajadores de
Correos de Costa Rica S. A.
A la distinguida afiliación a la ANEP en la institución

MANIFIESTO DE LA SECCIONAL ANEP-CORREOS Y DE LA
ASOCIACIÓN NACIONAL DE EMPLEADOSBLICOS Y PRIVADOS
ANEP

Las siguientes consideraciones de este Manifiesto, son producto de una intensa jornada de reflexión acerca del futuro de la ANEP en Correos de Costa Rica S. A.; acerca del papel sindical en la gestión de la defensa laboral; y, acerca de la preservación de la institución dentro del conglomerado de la Administración Pública de Costa Rica.

Tales reflexiones se realizaron entre los actuales integrantes de la Junta Directiva de la Seccional ANEP-Correos, la Secretaría General de la agrupación (Secretario General y Secretario General Adjunto); así como con el concurso de varios especialistas que asesoran a la ANEP en lo reivindicativo-laboral y en lo político-estratégico.

Partimos de la circunstancia de que Correos de Costa Rica S. A., aunque bajo la figura jurídica de Derecho Privado, es una entidad que forma parte, incuestionablemente, de la Administración Pública del país, según lo dispuso su ley transformadora.

Así las cosas, hoy compartimos con el honorable personal de Correos de Costa Rica y, particularmente, con quienes honran a la ANEP en su condición de afiliados y de afiliadas a la misma en la entidad, las siguientes conclusiones:

Primero: Expresamos nuestro profundo agradecimiento a aquellos compañeros y a aquellas compañeras que conservan su confianza en la ANEP, manteniéndose dentro de sus filas, pese a no pocas intenciones externas e internas, veladas unas y abiertas otras, para que se desafilien de nuestra agrupación. Esta firme actitud demuestra que la ANEP tiene una sólida base en Correos de Costa Rica S. A. y que en la institución la habrá gestión sindical anepista para rato.

Segundo: La ANEP y su Seccional ANEP-Correos de Costa Rica S. A., relanzan por esta vía, con absoluta contundencia, el más firme compromiso por la defensa de los derechos económicos y sociales de las personas trabajadoras de Correos; por su reivindicación plena y por la dignificación total de su rol social ante la sociedad. En este plano, será nuestro mayor desvelo, en lo inmediato, lo siguiente:

a- El respeto absoluto a la Convención Colectiva de Trabajo, procediendo a acudir a todas las instancias necesarias para que ello se dé como debe ser.
b- La recuperación del derecho histórico al reconocimiento a la antigüedad en el servicio (anualidades), para todo el personal de la institución; tanto el que estaba antes de la transformación jurídica, como para el que llegó a laborar después de la misma.
c- Logro de la plena justicia salarial. Por ejemplo, reconocimiento de la deuda del 1.3 % correspondiente al año 2006.

Tercero: Seguiremos practicando un sindicalismo de carácter independiente: del Gobierno, de la Gerencia General, de los partidos políticos, de los empresarios. Apoyaremos, eso sí, las iniciativas positivas para el fortalecimiento institucional; pero, a la vez, nos reservamos el derecho de crítica, de demanda de información, de señalamiento respetuoso de actuaciones jerárquicas cuestionables; en fin, de demanda por la más absoluta transparencia en la gestión pública y por la vigilancia del mayor aprovechamiento de los recursos públicos que maneja la institución.

Cuarto: Renovamos el compromiso con el fortalecimiento institucional, para garantizar la preservación en el tiempo de la existencia de Correos de Costa Rica S. A., como entidad de servicio público de gran necesidad social. Hemos demostrado actuar en consecuencia con este postulado y con dos ejemplos lo demostramos: 1) La intermediación exitosa para que la institución tuviera un convenio con el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). 2) Nuestro papel en la defensa del histórico edificio emblema de la institución. En función de este renovado compromiso hoy asumimos retos como los siguientes:

a- Activa gestión en la Asamblea Legislativa para influir en la pronta aprobación de las necesarias leyes de fortalecimiento institucional en un entorno de fuerte amenaza competitiva.
b- Formulación de una propuesta de Código de Ética del Servidor Postal de Costa Rica.
c- Diseñar una propuesta de Modelo de Productividad como Incentivo Laboral para el Fortalecimiento Institucional.
d- Esclarecimiento a la familia laboral postal de los riesgos del TLC para nuestra propia estabilidad en el empleo y para la institución misma.

Quinto: Finalmente, alertamos a toda la población laboral de Correos de Costa Rica S. A.; a los gremios colegas de la institución; a todo el Movimiento Sindical Costarricense; contra acciones que pudieran desencadenarse, en un futuro cercano, contra los representantes de la ANEP en la institución, a raíz de la acción independiente que este sindicato desarrolla y que, como bien sabemos, incomoda a algunos que hoy están las alturas.

ANEP: Un sindicalismo independiente, firme, serio y propositivo.
ANEP: Un sindicalismo a favor de la clase trabajadora.
ANEP: Un sindicalismo de principios, sin disfraz.

Junta Directiva Seccional ANEP-Correos de Costa Rica S. A.

EL TLC, LA CONSTITUCION Y LA SALA CUARTA

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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El alto tribunal constitucional de la República analiza dos documentos o consultas de profundo contenido, elaboradas con altísima calidad técnica y riguroso profesionalismo jurídico; formuladas ambas por ciudadanos y ciudadanas de gran prestigio en el foro nacional y de sólida formación académica e intelectual en el campo del Derecho Constitucional.

Muchos pensamos que la Sala Cuarta tiene en sus manos el destino final de la institucionalidad republicana hasta ahora vigente en el país. La teoría política de la división de poderes en un sistema democrático como el que rige la vida institucional costarricense, ha sufrido serios cuestionamientos en los últimos años, al punto de que dan pie para una creciente e incontenible desconfianza ciudadana en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

La Patria que nos vio nacer está viviendo momentos definitorios. Para la oligarquía neoliberal criolla (la misma que se ha aliado con los más sangrientos capitales centroamericanos que ahora se reproducen en nuestro país), este TLC corona su esfuerzo de casi 25 años por acabar con la concepción republicana de Estado Social de Derecho, que tan diferente nos hizo del resto de países de la región sumidos en la violencia, la pobreza y la exclusión.

Por el contrario, quienes decimos No al TLC, estamos plenamente convencidos de que tal “tratado” deroga, de facto, la actual Constitución Política de Costa Rica, para instaurar, definitivamente, un Estado de signo completamente neoliberal, totalitario, antisolidario, excluyente y concentrador rapaz de la riqueza en manos de unos pocos.

El TLC es un “parteaguas”, definitivamente. Si como pensamos, queda demostrado que tal “tratado” está contra la Constitución, habrá triunfado la concepción de bien común que animó, hasta 1984 (cuando se dio en el país el primer Programa de Ajuste Estructural –PAE-), toda la política pública costarricense, sin importar el signo ideológico que tuviera como sustento.

A partir de 1984, la política pública costarricense empieza a corromperse dada la orientación neoliberal de los últimos cinco gobiernos; hasta llegar a la “negociación” del TLC que, como sabemos, sigue sin consolidarse, por la gigantesca resistencia ciudadana de los últimos cinco años.

Este es el fondo de la decisión que tiene en sus manos la Sala Cuarta: la restauración constitucional de la búsqueda del bien común en la sociedad costarricense; ó, por el contrario, la entronización definitiva de la concentración de la riqueza y del lucro privado sin freno, como forma de “convivencia”, al estilo guatemalteco o salvadoreño. No hay término medio.

Proyecto de Ley amenaza a agricultores nacionales

Un nuevo proyecto de ley “apareció” mágicamente en la Comisión de Asuntos Agropecuarios de la Asamblea Legislativa y fue aprobado sin mayor discusión con los votos de los diputados de Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana y Movimiento Libertario.

El lunes 18 de junio se aprobó a altas horas de la noche en Comisión un texto sustitutivo –con 22 artículos nuevos- del proyecto de ley de obtenciones vegetales, que no es más que una copia del Convenio Internacional UPOV 91. Este convenio otorga un tipo de patentes sobre semillas y variedades de plantas lo que es considerado por los ecologistas como “patentes a la vida”. El proyecto de Ley dictaminado en la Comisión va más allá, en algunos casos, de lo que el Convenio internacional exige.

El proyecto de ley se aprobó violentando, nuevamente, derechos básicos que deben ser protegidos en todo proyecto de ley. Isaac Rojas de Red de Coordinación en Biodiversidad denunció que pese que la propia comisión había solicitado audiencias para contar con criterios técnicos estas no se otorgaron. “A nosotros se nos hizo una consulta que tenía como plazo el día 20 de junio y resulta que ya dictaminaron favorablemente un proyecto que creemos impacta negativamente a comunidades campesinas y agricultores del país dos días antes” declaró Rojas y sentenció “creemos que es un caso único en la historia en que un proyecto se modifica prácticamente por completo y se aprueba casi sin discusión y sin siquiera escuchar los criterios técnicos ya solicitados”.

El sector ecologista y campesino presentaron sus criterios respecto a este nuevo proyecto de Ley. “Es, además, un proyecto de ley que ya ha sido rechazado varias veces por nuestra Asamblea Legislativa y que ahora nos lo impone la llamada agenda complementaria del TLC” dijo Silvia Rodríguez, representante de la Red de Coordinación en Biodiversidad. “Incluso se desecharon más de ochenta mociones presentadas por varios legisladores aplicando el Artículo 41 bis o la ‘Vía rápida’ tan cuestionada” agregó.

Según los ecologistas, este nuevo proyecto de ley elimina las escasas mociones que habían sido incorporadas en la versión anterior, y que respondían a los pronunciamientos escritos y verbales que hicieron las universidades públicas, organizaciones campesinas y la Red de Coordinación en Biodiversidad, así como a lo establecido en convenciones internacionales ya ratificadas por Costa Rica y varios artículos de la Ley de Biodiversidad. “Este nuevo proyecto de Ley aprobado en Comisión erosiona claramente los derechos comunitarios que poseen los pueblos indígenas y comunidades campesinas sobre las semillas y las variedades de plantas e incluso es contrario a posiciones que el país ha defendido internacionalmente en foros como la Convención en Diversidad Biológica” agregó Rodríguez.

Para los ecologistas es evidente que los partidos políticos Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana y Movimiento Libertario siguen presionando al país para aprobar la legislación exigida por el TLC, entre ella este proyecto de ley que no obedece a ninguna obligación asumida por Costa Rica a nivel internacional.

_“En este campo el país, puede echar mano a soluciones distintas y propias del ser costarricense que no dañan a los campesinos, campesinas y pueblos indígenas” aseguró Silvia Rodríguez experta en temas de biodiversidad. Por su parte, Isaac Rojas enfatizó que “Con esta acción, estos partidos políticos demuestran que se encuentran lejos de los intereses del pueblo” y se preguntó “_¿Asumirán la misma actitud los partidos unipersonales de Guyón Massey y Mario Echandi?”

La Red de Coordinación en Biodiversidad, instancia que agrupa a organizaciones ecologistas, campesinas, indígenas y académicas, insta a todos los partidos políticos a rechazar este proyecto por los graves impactos que conlleva a la cultura y la biodiversidad costarricense. Asimismo llama a los partidos de oposición, especialmente PAC, Frente Amplio y PASE, a utilizar todas las herramientas que el reglamento legislativo brinda para que este proyecto no se apruebe.

Las organizaciones nucleadas en la Red de Coordinación en Biodiversidad anuncia que realizará las acciones necesarias “para evitar que este nefasto proyecto de ley o el Convenio internacional que le da origen atenten contra los derechos de los agricultores, agricultoras y pueblos indígenas”.

Fuente: FECON

Signos de esperanza

Si, como decía Aristóteles, determinar qué es justo es el principio ordenador de la sociedad política, no cabe duda de que la polémica que con tanta intensidad y pasión se desarrolla hoy en la sociedad costarricense no es en el fondo si aceptamos o no el TLC. La cuestión fundamental es si podemos tener un proyecto de país justo y luchar por él, o dejar que se radicalice la globalización neoliberal que solo ha resultado útil para los ricos. El debate no es sobre comercio sino sobre justicia.

Apoyadas en las armas de engaño masivo en que se han convertido los grandes medios comerciales de comunicación, con escasísimas excepciones, las élites neoliberales responsables de las políticas que aumentaron la desigualdad, la pobreza y la corrupción, confiaron en que el TLC sería aceptado y aplaudido, después de alguna oposición testimonial y marginal.

Acostumbradas, como Bush, a despreciar la inteligencia de la gente de forma reiterada y ofensiva, nunca imaginaron que el TLC iba a inaugurar un período de resistencia popular, patriótica y democrática, que con toda seguridad cambiará por largo tiempo el paisaje político, moral y social de nuestro país. El movimiento contra el TLC, hunde sus raíces en la memoria de los mejores tiempos de nuestra historia, y más recientemente en las luchas de resistencia contra la depravación y la mentira, contra la lógica obscena y excluyente de un capitalismo salvaje con perversos efectos sobre la vida de la gente, naturaleza incluida. Acumulación desde el coraje de decirle no al mal, a la injusticia, a la humillación, que eclosiona en este sujeto de rechazo al TLC que es el más diverso en componentes políticos, sociales y culturales de la historia de Costa Rica.

Impresiona realmente, en medio del repliegue democrático y del clima de cinismo e indiferencia que impera en amplios círculos de nuestra sociedad, la diversidad nunca antes vista de sujetos de resistencia, unidos en una esperanza común: una Costa Rica más justa, más decente y digna, con una mejor democracia y una vida política que se inscriba en un horizonte de búsqueda permanente del bien común.

Hay en el movimiento del “No” al TLC una consciente rebeldía democrática, una resistencia, pero también conciencia anticipatoria, emergencia de una nueva política en el pensar y en el quehacer desde el respeto, la participación y la igualdad. Este movimiento de nuevo tipo con diferentes ideas, rostros, voces, nombres, que se extiende a medida que va creciendo en conciencia, en compromiso y en creatividad, con toda seguridad ganará el referéndum, pero todavía más importante es la posibilidad abierta para traspasar la mera competencia político electoral, para centrarse en las grandes cuestiones que es necesario enfrentar para romper el ciclo neoliberal y emprender el nuevo rumbo que nos permita derrotar la desigualdad y la exclusión, desde la solidaridad y la cohesión nacional.

Soplan vientos de cambio. En un escenario nacional fracturado por los intereses y los odios, polarizado por las manipulaciones y las descalificaciones sumarísimas, es necesaria, y urge, la alternativa. El precepto humanista más antiguo y el más ignorado y ridiculizado por la lógica de este libre comercio sin corazón y sin alma: amarás a tu prójimo, es el que nos inspira y nos mueve.

  • Diputado del Partido Frente Amplio

Fuente: La Prensa Libre 20 de junio de 2007

ANEP invita al solidarismo a debatir sobre empleo y TLC

San José, 19 de junio de 2007.
S.G. 05-07-1387-07

Licenciado
Enrique Acosta Granados
Presidente
Junta Directiva
Movimiento Solidarista Costarricense
Su Despacho
Fax No. 253 63 47

Estimado señor:

Nuestro querido país está viviendo momentos realmente históricos. El referéndum sobre el TLC marca un ejercicio democrático inédito en la vida nacional y, por lo tanto, lo mejor que podemos hacer los distintos actores de esta polémica de los últimos años, es contribuir a que esta nueva experiencia de participación ciudadana, alcance altísimos niveles de conciencia cívica, a través de la más amplia información, para que los y las votantes tomen un decisión con bases firmes.

Hemos dado seguimiento a varias de las principales notas periodísticas acerca del último congreso del Movimiento Solidarista Costarricense, en cuanto a la “contundencia” del respaldo del mismo al denominado “tratado de libre comercio” (TLC); situación ésta que no cuestionamos en lo más mínimo, pues todos tenemos el derecho de decir Sí ó decir No al respecto.

Lo que sí nos parece de enorme trascendencia es que, dadas las evidentes limitaciones que se dan en las empresas privadas para el desarrollo de una real democracia deliberativa sobre este delicado tema, considerando la audiencia cautiva que representa en estos momentos la clase trabajadora del Sector Privado; vemos con extraordinario interés la posibilidad de un debate público con el movimiento por usted liderado, don Enrique, acerca de, quizás, el tema más álgido de toda esta discusión sobre el TLC: la relación del tratado con el empleo.

En consecuencia, la presente constituye para el Movimiento Solidarista Costarricense una exhortación pública, sumamente respetuosa, para que en un marco de condiciones aceptado por las partes, el Solidarismo y el Sindicalismo, realicen un debate totalmente libre sobre el tema propuesto. Estamos seguros de que ustedes habrán estudiado tanto el asunto del empleo y del TLC, con idéntica responsabilidad, seriedad y profesionalismo, como lo hemos hecho en la ANEP; razón de sobrado peso para sentirse seguros de los respectivos argumentos.

Estimamos que no es posible rehusar un debate de tales características y dado que ambos movimientos tenemos representación en el seno de la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular y de Desarrollo Comunal (ATBP), no habría mejor escenario que éste para un evento de esta naturaleza. La multiplicidad de los componentes de este organismo, dan la garantía plena de un debate de altura, en verdad libre y que permitiría a las partes la expresión completa de los argumentos de cada una sobre la relación TLC y empleo.

Quedamos en espera de su respuesta oficial al respecto y estamos listos para trabajar en la respectiva coordinación al respecto.

Muy atentamente,

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto

cc.: Señores y señora Directorio, Asamblea de Trabajadores del Banco Popular y de Desarrollo Popular (ATBP). Fax No. 211 76 57 – 233 24 94
cc.: Dra. Lisbeth Quesada Tristán, Defensora de los Habitantes de la República. Fax No. 248 09 91.
cc.: Medios de Comunicación Colectiva.
cc.: Junta Directiva Nacional de ANEP.
cc.: Archivo.

Legislan para beneficio de los mercaderes de la biodiversidad

Explicó que los dueños de las patentes son fundamentalmente empresas transnacionales norteamericanas, como Monsanto o Dupont, que de aprobarse este proyecto venderían sus semillas al agricultor costarricense, quien después de recoger su cosecha no tendría derecho a secarlas y volver a sembrarlas, sino que debe de nuevo pagar a la multinacional para continuar produciendo.

Estas empresas manipulan las semillas, mediante cruces y selección, o mediante modificaciones genéticas, y sacan al mercado nuevas variedades que adquieren derechos de propiedad intelectual, mediante un certificado de obtentor o una patente, continuó explicando el diputado Merino.

El día 18 de junio, en horas de la noche, seis diputados/as del PLN, el PUSC y el Movimiento Libertario dictaminaron el proyecto, sin discutir 83 mociones, 49 de la representación del PAC, integrada por Nidia González, Marvin Rojas y José Joaquín Salazar, más 34 del legislador José Merino. Tampoco hubo posibilidad de justificar el voto, mediante las intervenciones por el fondo sobre el proyecto de ley.

A este proyecto que “patenta la vida”, conocido como UPOV, se le está aplicando la vía rápida y no fue consultado a las comunidades originarias, tal y como dispone el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dijo el parlamentario frenteamplista.

Tanto este proyecto de Ley como el Convenio UPOV, que se tramita paralelamente, contribuyen a liquidar la agricultura nacional, afectando la soberanía y la seguridad alimentaria del país, manifestó el diputado Merino, para quien la respuesta de los sectores sociales debe guiarse por la sentencia bíblica que pide “expulsar a los mercaderes del templo”, lo cual se puede lograr en las urnas en el referéndum diciendo NO al TLC y en las calles exigiendo que se detenga el trámite de estos proyectos nocivos para la población, que son parte integral del tratado al estar incluidos en la agenda de implementación.
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OBEDIENCIA DEBIDA

Comentario sobre el trámite de votación del proyecto de Ley de Obtenciones Vegetales en la Comisión de Asuntos Agropecuarios

Fracción del Partido Frente Amplio

El día de ayer 19 de junio en horas de la noche se dictaminó, de espaldas a los intereses de nuestros agricultores, el proyecto de “Ley de Obtenciones Vegetales (Expediente 16.327), antesala del Convenio UPOV, rechazado este último en dos ocasiones por la Asamblea Legislativa, con votos del mismo PLN hoy en el gobierno, ayer en la oposición.

El dictamen se produjo con un trámite sin discusión y el rechazo de noventa mociones pendientes a un nuevo texto sustitutivo, entregado por el COMEX al bloque PLN, PUSC, ML. Este se publicó hace menos de veinte días, con más de 22 nuevos artículos, y la modificación de 21 de los planteados en el texto anterior en discusión. Se trata de artículos referidos a materia sancionatoria, a nulidades, a procedimientos de inscripción de estas “obtenciones” que no son otra cosa que el patentamiento de nuestras semillas criollas y nuestra biodiversidad.

Debe quedar claro para los campesinos y agricultores, que esta Asamblea Legislativa no tiene interés en mejorar sus condiciones de vida y trabajo, al promover leyes con un solo propósito: “SI AL TLC… SI A LOS INTERESES DE LA TRANSNACIONALES SEMILLERAS”.

Este bloque de mociones que la Comisión de Asuntos Agropecuarios ha rechazado sin ningún escrúpulo, es la lápida sobre nuestros agricultores. Para muestra un botón, una moción solidaria con nuestros agricultores para tratar al menos de paliar tanto atropello, presentada por el diputado José Merino del Río y rechazada por la “mayoría mecánica”:

Moción Nº 89-11, del diputado Merino del Río:

“Para que se adicione un Transitorio I al proyecto de ley en discusión, que se leerá de la siguiente manera:

TRANSITORIO I.- Durante los primeros cuatro años contados a partir de la entrada en vigencia de esta Ley, el Ministerio de Agricultura y Ganadería deberá realizar una campaña de divulgación y educación a fin de informar a las y los agricultores de todas las regiones del país sobre las implicaciones de la presente Ley para sus derechos. Durante ese plazo y hasta tanto esa campaña no se realice, no entrará en vigencia el capítulo VI de esta Ley.”

Ni un solo argumento para decir por qué nuestros agricultores no pueden conocerlos alcances de una ley como esta, compleja y llena de tecnicismos, antes de ser aplicada. Lógica que sí se emplea cuando hablamos de las reformas que afectan a los abogados y notarios o al sistema bancario y sus inversionistas (_a los que se les ha dado plazo antes de entrar a regir la normativa, de manera que les permita tomar las previsiones y ajustes debidos_). Pero a nuestros agricultores no quieren que se les explique con que novedades se enfrentan en el insumo básico para la producción: el acceso a las semillas.

Más grave aún. No solo las mociones se rechazaron sin discusión sino que se sometió el proyecto de ley a votación sin debate por el fondo. ¡Ni siquiera el dictamen del TLC se votó sin antes permitir algún barniz de discusión por el fondo, mediante la intervención de cada diputado!

La Comisión de Asuntos Agropecuarios podía permitirse discutir hasta las 11.55 p.m. del día de ayer, el proyecto, para que al menos quedara constancia en las actas del por qué estaba a favor o en contra de este expediente cada diputado o diputada.

Pero una vez más con atropello absoluto no solo a los derechos de los diputados/as interesados/as en exponer sus razonamientos, sino a la razón y entendimiento de las personas que quieran, necesiten saber, que pensaban sus representantes, le han cercenado los derechos a la ciudadanía, porque cuando en algún momento en el futuro, para efectos de interpretación de los operadores jurídicos, se deba preguntar: ¿cuál era la voluntad del legislador?, no se encontrará ninguna discusión por el fondo o argumentos encontrados, dada esta actuación irrespetuosa del principio democrático de la_ “mega fracción muda del PLN, ML y PUSC”_.

La vergüenza de CANATUR

Esta medida tiene el claro propósito de ejercer control y presión sobre los votantes en el puesto de trabajo, lo que constituye una amenaza y un chantaje de los patrones contra sus trabajadores. ¿No sería mejor permitir la libre determinación de cada cuál?

Esta carta la firma CANATUR, en nombre del “sector turismo”. Sería bueno que la dirigencia de la Cámara aclarara en qué Asamblea General votó tomar tal posición sobre el TLC y si sus agremiados son partícipes de solicitar tan vergonzosa plantilla de sus empleados. Por la respuesta que también circula públicamente, donde una empresaria afiliada denuncia esta maniobra, pareciera que quien redactó la infeliz misiva no cuenta con el respaldo de todo el empresariado turístico.

Es falso que el sector turismo se agote en CANATUR. Son miles de mujeres y hombres que brindan servicios al turismo, que no están afiliados a CANATUR. La gran mayoría son micros y pequeños empresarios, también socios de proyectos comunitarios, de cooperativas, de asociaciones, cuyos intereses no son los mismos de las grandes empresas representadas en ese gremio.

También hay profesionales, programas universitarios, cooperantes internacionales y gran cantidad de actores para el desarrollo que no comparten estas tesis. Resultaría conveniente que la Cámara sacara la lista de sus asociados que apoyan esta medida, para que los costarricenses tengamos mejor criterio de elección cuando hacemos turismo interno.

Lo más risible de la carta son los argumentos por los que hay que apoyar al TLC. Asustan enseñando el muñeco de que si no aprobamos el tratado los turistas norteamericanos dejarán de venir. Cual neófitos olvidan que las principales razones que toma en consideración un turista de los Estados Unidos para venir a Costa Rica, no tienen nada que ver con el TLC. Allá mayoría de la gente ni está enterada de este tema.

Las razones principales para escoger un destino turístico tienen que ver con: atractivos, relación precio – calidad, costos totales, condiciones de seguridad e infraestructura (en la que andamos mal).

Contrario a lo que vaticina CANATUR, la aprobación del TLC lanzará a miles de campesinos, indígenas, micros y pequeños empresarios fuera de la actividad productiva. La emigración, los cordones de miseria, la criminalidad y la violencia crecerán.
Ya pasó en México donde hay playas militarizadas para que los extranjeros no arriesguen su blanco pellejo al estar cerca de los lugareños. El TLC es más del mismo modelo excluyente, que ha venido ensanchando la brecha social y sumiendo en la pobreza a miles de familias.

Más bien una sociedad inclusiva, donde prevalezca un modelo solidario, ofrece la paz social y la estabilidad que las personas buscan cuando deciden hacer turismo con sus familias. El modelo que promueve el TLC es lo contrario.

La carta en cuestión recurre al fantasma de que la “no aprobación del TLC crearía un clima de inseguridad jurídica que puede desviar la intención de invertir en el país”. Ya está bueno de mentir descaradamente, las condiciones jurídicas del país no tienen por qué cambiar si se rechaza tan nocivo tratado, de todos los países signatarios somos el que atrae la mejor inversión extranjera.

Probablemente están preocupados por las condiciones para que inviertan lo depredadores de nuestra riqueza natural, los que secan manglares para construir hoteles, los que dejan sin agua a comunidades enteras para regar campos de golf, los que prohíben a los costarricenses ingresar a sus propias playas, los que están despojando a las familias locales de su patrimonio. ¿Algunos de esos son socios de CANATUR?

La Cámara dice estar preocupada porque sin el TLC las familias costarricenses no tendrían ingresos suficientes para hacer turismo interno. Si esto de verdad les preocupa, deberían reclamar a sus aliados de UCAEEP y a sus propios asociados, que paguen salarios dignos a sus trabajadores, para que tengan el sagrado derecho al descanso con sus familias. El salario real en Costa Rica está estancado en su valor de hace veinte años, por eso cada vez alcanza menos.

El pronunciamiento de CANATUR es irrespetuoso al plantear que el turismo es “la actividad productiva más importante para el país”. La llamada industria sin chimeneas es sin duda muy importante en la generación de puestos de trabajo, de eso no cabe dudas. Pero no menos importante es la producción de alimentos que hacen nuestros agricultores, acaso es menos importante el trabajo de tantas mujeres que desde sus microempresas están generando el sustento de sus familias.

O el trabajo de nuestros indígenas, a los que muchos empresarios turísticos sólo ven como mano de obra barata u objetos para mostrar a los turistas. Obreros, educadores, profesionales, estudiantes, amas de casa, empresarios, todos juntos somos cruciales para el futuro de esta noble patria.

Un debate que CANATUR debería promover, pero incluyendo al conjunto de sectores interesados, debería ser sobre el tipo de turismo que queremos desarrollar en el país. También sobre las políticas que el Estado debería impulsar para auspiciar a la micro y pequeña empresa turística, para que los ingresos que genera la actividad se distribuyan mejor y queden en las comunidades. Qué tipo de turismo garantiza la sostenibilidad social, económica y ambiental, que están en riesgo con el TLC.

Hagan foros de discusión sobre estos temas, permitan que sus trabajadores participen, que se organicen de forma autónoma, hagamos un gran debate nacional sobre la actividad y así, de forma democrática, cada cual ejercerá su derecho al voto sin las irrespetuosas presiones que la Cámara propone.

* Sociólogo
Fuente: Costa Rica Solidaria