Uno centrado en la propaganda hacia el futuro, olvidando que han tenido el poder en los últimos sesenta años y no han podido resolver los grandes problemas que nos acongojan y que fueron herencia de la I República, detenidos los avances de la segunda por la restauración oligárquica de 1958, donde el mundo se detuvo para tratar de volver sobre lo ya abolido, pero que conservaba todavía un hálito escondido.
Gracias por demostrarnos que la acción política es una industria de millones y millones de colones y que para ser presidente, y hacer gobierno de mentirillas, hay que tener el apoyo de las plutocracias, la gran prensa oligárquica comercial, repartida como una hidra de múltiples cabezas, para así influir en la opinión pública y crear, no real opinión sino mandato sobre lo que conviene a quienes les compete hacer negocios, convertida la patria en una especie de supermercado, perdido todo el honor que debe darle forma a la soberanía, la independencia, la pulcritud y la dignidad de un país que se ha forjado en las luchas sociales, al través de casi doscientos años.
Eterno agradecimiento por mostrarnos la superchería ecológica, la falsa defensa de los recursos nacionales, la contaminación geográfica y mental, para así darnos cuenta que la existencia de dos Costa Rica: una en sus manos, pasadas, presentes y ¿futuras?, según su sueño corporativo y el deterioro de un medio ambiente que se refleja en la mente, y en donde la violencia contra la naturaleza se expresa de manera clara en contra de los seres humanos.
Gracias por resucitar el más absurdo y obsceno anticomunismo, para mostrarnos que los que se quedaron en el pasado fueron ustedes, usando las armas de la propaganda como estigma para resucitar a los fantasmas de la Alianza Anticomunista Mundial, el lenguaje del Movimiento Costa Rica Libre y el vocabulario patibulario que extendió el miedo, el oportunismo, el disfrute de grandes sumas de dinero, repartidas para combatir al fantasma que recorría el mundo y que cayó muerto de inercia, carcomido por sus propias contradicciones y que, según ustedes, pareciera cobrar vida entre los huesos de algún perdido cementerio. Gracias por darle forma a la Gran Coalición de los 38 votos, para así mostrarnos que la política se hace con un animal de múltiples cabezas, procedentes de un cuerpo de iguales proporciones, movido por una fuerza que lo explica todo: el mercado como expresión de una forma de vida y la acción política entre mayorías desiguales y los partidos zancudos esperando las migajas que caen del gran festín para su supervivencia.
Imposible de agradecer el que le hayan quitado la máscara socialdemócrata al Partido Liberación Nacional y lo hayan convertido en una gavilla de conservadores populistas de derecha, ya no tan liberales, para darle forma, dentro del mismo, a ideas de renovación y enojo, que persisten en gran parte de sus bases, a pesar de los dedazos del Jefe Máximo que, o extiende su período por otro cuatrenio, o designa regiamente a su sucesor, convertido ya en testaferro, de esos que siempre acaban traicionando a quien lo encumbró por entre todas las cabezas tronchadas. Gracias, indudables, por mostrarnos el verdadero rostro de los Partidos Zancudos para que nuestro pueblo sepa, en las próximas elecciones, quiénes son en verdad oposición y cuáles partidos subalternos, automanipulados para lograr gracias efímeras que siempre terminan siendo cobradas.
¿Quién no podría agradecer el que se exponga, a la vista de todos, el plan, maravillosamente calculado desde hace años, para entregar a la iniciativa privada la salud, la educación, la economía, las tierras, los grandes proyectos nacionales, las fuerzas de trabajo, la llegada de reales ¡150 mil inmigrantes! para abaratar la fuerza de trabajo y minimizar las cargas sociales, en ese futuro de un país dividido ya en tres: ustedes, nosotros y los inmigrantes que brindan obra barata y viven en barracones y son carne de tugurio, los que se quedan cuando se acaban los megaproyectos? Gracias por permitirnos comprobar todo esto, hecho casi a escondidas, mediante las cartas de las empresas pidiendo permiso a Migración para la entrada de los foráneos, o solicitando la flexibilización laboral, para así convertir a los trabajadores en zombies.
Pareciera que, gracias a todo esto, el referéndum, la aprobación del acuerdo, las leyes complementarias, las seudocomplementarias, es el fin de un propósito que se inició en los años ochenta, bajo la batuta del Ajuste Estructural, que daba el golpe más fuerte a lo heredado de la Junta de Gobierno (1948-1949 ), base de todo el proceso de transformación de nuestro país, desde cuando en el gobierno 1966-1970, el primero neoliberal conservador de nuestra historia, se trataron de impulsar los contratos ley y la desnacionalización bancaria: ¡Gracias doña Graciela Morales de Echeverría Loría!, Dama Graciela de mis años infantiles, por detener el estropicio en ese entonces y convertirse en la Diputada de la Dignidad Nacional.
No podemos dejar de agradecer los bonos de vivienda, las becas, los puentes y edificios, las alzas de pensión para los más ancianos, el regalo de miles y miles de millones por parte del Gobierno para comprar su voto al Sí. Nunca antes en la historia de Costa Rica un gobierno conservador populista desparramó tanto para hacer posibles sus ilusiones, con el dinero de todos los contribuyentes.
Y gracias a ustedes por hacer real el que el 45% de los costarricenses, más o menos, sea el punto de partida para tener una visión crítica de la realidad nacional y un análisis serio de la situación social del país, convirtiéndonos en el legendario rey David, ante y frente a todas las transnacionales del mundo, luchando contra la mentira y el miedo. Perdidos todos los temores, gracias por permitirnos ser abiertos y valientes como lo soñaron nuestros auténticos caudillos culturales cuando eran solo el 0,1% de la población nacional. La cultura de la resistencia es sólo el primer paso. Lo que viene es historia. Patria contra desvergüenza ha de ser el lema para los tiempos futuros.
Fuente: La Prensa Libre / 27-08-07