Tegucigalpa, Radio La Primerísimo, martes 13 de octubre 2009
Carta abierta de un empresario hondureño.
Soy Arquímedes Alfaro Riestra, empresario hondureño dedicado a la producción industrial de utensilios de cocina, miembro del Concejo Superior de la Empresa Privada de Honduras y quiero hacer saber al mundo lo que en mi país nos está prohibido:
Todos los hondureños estamos sufriendo una crisis que nos tiene sin comida en los mercados y supermercados, escasez de combustible, cortes de energía eléctrica en horas laborales que nos impide trabajar, presencia militar en todas las calles, represión, ya la guardia ni pregunta la identidad, solamente te golpean y mandan a casa.
En los barrios aledaños a mi empresa no hay agua, la cisterna que tenía para mi trabajo la he regalado principalmente para los niños, hay hambre en la pobretería y uno como cristiano nada pueda hacer.
Mi empresa está tomada por 30 efectivos que permanecen todo el tiempo, han saqueado gran parte de mis herramientas, de 20 empleados operarios, 15 están detenidos sin cargo alguno y de eso hace más de un mes.
Uno de mis mejores operarios es de origen nicaragüense, de Ocotal, se llama Ramón Arellano Aráuz, desde hace dos semanas lo vinieron a traer preso, lo golpearon duramente frente a los demás empleados y desde esa fecha no aparece.
Por el lado de la salida sur de Tegucigalpa aparecieron como 30 personas muertas, fui con otros empleados a ver si reconocía al nica, pero ninguno era él, la mayoría eran jóvenes de unos 18 ó 19 años, todos estaban semi quemados, amarrados de las manos con alambres y con tiros en la cabeza, pude observar a un grupo de derechos humanos recogiendo casquillos de armas y por mis conocimientos eran casquillos de M-16.
La organización nos convocó a una asamblea urgente en la que nos pidió que hiciéramos dos cosas; donar cinco mil dólares para un fondo de apoyo al gobierno golpista y escribir al exterior diciendo que todo está en calma.
Ninguna de las cosas he hecho, no estoy de acuerdo en engañar al mundo de algo que me duele en el corazón, a diario estoy viendo morir gente a manos de los militares, hay desesperación en el pueblo, muchos quieren enfrentar a los militares aunque los maten, nadie tiene armas pero están buscando como hacer para defenderse.
Yo estoy vendiendo todo lo que puedo y alistando a mi familia para salir del país, tengo otra empresa en El Salvador y ya envié parte de los equipos para ese país, de mis 3 hijos, ya 2 están fuera, sólo me acompaña el menor y mi esposa, creo que los otros corren peligro por la represión.
Le pido a todos los ciudadanos del mundo no olvidarnos. En Honduras se dio un hecho increíble, cuando vimos las calles llenas de militares fuertemente armados recordamos los años de dictadura ahora vemos de nuevo a esa dictadura queriendo matarnos a todos.
Don Mel Zelaya pudo tener defectos y cometer errores como presidente, pero es el único que en los últimos 20 años trabajó para todos, principalmente para los pobres, ayudó a la empresa privada que después lo traicionó, incluyéndome a mi, por que sin saberlo estuve aportando dinero a un fondo destinado a sobornar a los altos militares.
Ahora solo nos queda que el mundo ayude a regresar las cosas a su lugar, es triste ver en las calles a los militares golpeando gente, entre ellos he visto a hombres cheles de tipo norteamericano dando órdenes a los soldados.
Gracias por divulgar mi testimonio y que Dios los bendiga.