Carta dirigida a Su Santidad, Juan Pablo II para que interceda sobre la posición del Presidente de la República con respecto a la Guerra de Irak.

Su Excelencia:

Desde la República de Costa Rica, en la América Central, la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), expresa a Su Santidad, el más respetuoso de nuestros saludos.

De seguro y para nuestra tristeza, quizás ya ha llegado a sus oídos las palabras del Presidente de la República de nuestro pequeño país, el Dr. Abel Pacheco de la Espriella, apoyando la invasión que el Gobierno de los Estados Unidos realiza contra el pueblo de Irak.

En su discurso, este Presidente de la República de Costa Rica sentencia “que no es hora de cobardes” y que de estar él en el lugar de Mr. Bush, él “haría lo mismo”; es decir, procedería a invadir el pueblo de Irak.

Su Digna Santidad, guiado por la gracia de Dios, se ha manifestado abiertamente contra esta terrible guerra, injusta, innecesaria y contraria al Derecho Internacional. Por el contrario, el Presidente de la República Costa Rica, ha emitido palabras sentenciadoras en el sentido de “que no es hora de cobardes”; aludiendo y atropellando con esas grotescas palabras la dignidad de todas aquellas personas, gobernantes y pueblos que en todo el mundo incluyendo a su Santidad y a la Santa Madre Iglesia, se oponen a esta injusta e ilegal invasión militar.

Con toda humildad y sinceridad, en nombre de la gente que nos honramos en representar y seguros de que nuestro pueblo, en su gran mayoría cristiano y amante de la paz, apoya nuestro sentir; presentamos ante Su Santidad, nuestro desagravio y disculpas por las palabras emanadas de este Presidente nos llama “cobardes” sólo por condenar la guerra y abogar por el respeto al Derecho Internacional.

Su Santidad, que Dios nuestro señor le bendiga, le llene de sabiduría y gracia y que su luz nos ayude a iluminar, estos momentos tristes por los que atraviesa la comunidad internacional y en especial el pueblo de IRAK, agobiado por dos terribles calamidades: el tirano que les oprime y la diabólica y poderosa fuerza de los negociantes de la guerra y del petróleo.

Respetuosamente creemos que Su Santidad tiene sobradas credenciales morales y éticas para llamarle la atención al Presidente de la República de Costa Rica, quien, supuestamente, ha basado toda su carrera política y de hombre público, en los principios filosóficos de la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Su Honorable Excelencia, Su Santidad, en consecuencia, debe llamarle la atención para que retorne al rebaño de la paz que es inherente a los postulados de la cristiandad y su sabio precepto de hermandad entre los pueblos.

Su Excelencia, cuente con el apoyo estima y admiración de su pueblo, la gente de nuestra Costa Rica, amante de la paz y respetuosa del Derecho Internacional, pese a la errática posición del Presidente de nuestro país, la cual no es compartida por la abrumadora mayoría de la ciudadanía costarricense.

De su Honorable Santidad, sus servidores,

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto

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c.:Su Excelencia Monseñor Antonio Sosso, Nuncio Apostólico de Su Santidad en Costa Rica.
c.:Dr. Abel Pacheco de la Espriella. Presidente de la República de Costa Rica.
c.:Lic. Roberto Tovar Faja. Ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica.
c.:Lic. Bruno Stagno, Embajador de Costa Rica ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
c.:Sr. Koffi Annan, Secretario General, Organización de las Naciones Unidades (ONU).
c.:Señores Diputados y señoras Diputadas, Asamblea Legislativa.
c.: Lic. José Manuel Echandi Meza, Defensor de los Habitantes de la República de Costa Rica.
c.:Medios de Comunicación Colectiva.
c.:Organizaciones de la Sociedad Civil de Costa Rica.
c.: Junta Directiva Nacional ANEP.

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