Afianzar y profundizar el proceso: Claves del triunfo revolucionario de los pueblos de Bolivia

La revolución democrática y cultural de Bolivia, popular, antiimperialista y latinoamericanista es un proceso de reapropiación del poder por los de abajo: una reapropiación de la capacidad de poder hacer en aras de la vida propia, de la humanidad y la naturaleza, promoviendo la equidad, la justicia y la solidaridad entre los pueblos y entre la humanidad toda. Raizalmente democrática, la revolución boliviana constituye un claro bastión de vida. Esta es su impronta clave. El triunfo reciente reafirma, precisamente, la voluntad colectiva de continuar en su determinación de inventar-construir un nuevo modo de vida, cualidad que definen como la de “vivir bien”.

A diferencia de la clásica concepción capitalista del “bienestar”, centrada en el acceso a bienes materiales y económicos, el “vivir bien” incluye indicadores que parten de la afectividad, el reconocimiento y el prestigio social, expresa el encuentro fraternal entre pueblos y comunidades, respetando la diversidad e identidad cultural. Propone una convivencia comunitaria con interculturalidad y sin asimetrías de poder. Se trata también de vivir en armonía con la naturaleza. Es un “vivir bien” entre nosotros, que es diferente del ‘vivir mejor’ occidental, que es individual, separado de los demás e inclusive a expensas de los demás y de espaldas a la naturaleza.

Tal es, en apretada síntesis, la cosmovisión que los pueblos indígenas incorporaron al gobierno, a través del MAS y el Evo ‑como llaman con orgullo al Presidente sus hermanos y hermanas‑, abriendo un tiempo de oportunidades con una conciencia forjada en años de lucha contra la exclusión, la pobreza, la sumisión y el saqueo, por la igualdad de derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas, contra la discriminación racial, por la justicia social, por la identidad, por el reconocimiento y respeto a la diversidad de culturas, contra la dependencia y el sometimiento.

Entre los primeros cambios estructurales fundamentales impulsados con éxito por el gobierno revolucionario se cuentan tres que considero claves para impulsar otros cambios: la nacionalización de los hidrocarburos; la convocatoria y realización de la Asamblea Constituyente con la aprobación popular de la Nueva Constitución; y la alfabetización universal. Articulado a lo anterior, se ha elaborado un novedoso Plan Nacional de Desarrollo para el período 2006-2010, orientado a poner fin a los “males” sociales heredados, acumulados y presentes. La propuesta, en gran medida ejecutada, es una verdadera obra maestra de la interrelación entre economía, sociedad, política y cultura de nuestros pueblos, y prueba la necesidad de abordar integralmente las soluciones a la exclusión y la pobreza, junto con el desarrollo.

Su éxito radica en que no aceptan ningún “modelo de desarrollo”, y abren las puertas a la creatividad colectiva de los pueblos para construirlo. Es por ello vital la articulación programática integral de las transformaciones políticas y socioeconómicas con los procesos de construcción (re-apropiación) de poder desde abajo por los pueblos, sus organizaciones comunitarias y movimientos sociales.
La construcción del Estado descolonizado y la Nueva Constitución Política del Estado

Una de las apuestas fuertes es la construcción de un Nuevo Estado. Este es concebido como potencia transformadora del cambio, expresión de un nuevo poder surgido de los sectores indígenas, populares, y de todos aquellos sectores sociales marginados y oprimidos durante siglos. Y para que este se realice, se hace necesaria la construcción de una estructura de poder, desde abajo, que haga presentes a todos los pueblos y culturas en las decisiones económicas y políticas del Estado. De ahí la trascendencia de la realización y aprobación de la Asamblea Constituyente. Y consiguientemente, del triunfo electoral de los candidatos del pueblo, Evo y Álvaro, en este 6 de diciembre, hito histórico que marca la profundización de los cambios, re-comenzando el proceso político revolucionario ahora fortalecido con la aplicación de las transformaciones promovidas y estipuladas en la Nueva Constitución, que respalda la participación de todos y todas los bolivianos y bolivianas, y reconoce el legítimo derecho igual de cada pueblo a vivir según sus culturas y tradiciones ancestrales, inter-articulándose en una Bolivia colectiva, plurinacional, intercultural.

El llamado es a todos y todas, sin tapujos ni dudas. La única exclusión es la autoexclusión. Y esta palidece frente a la grandeza de la obra presente y por venir. Todas las energías y saberes son necesarios. Consciente de ello, el proceso profundo y trascendente de la revolución boliviana no olvida ni relega a los sectores medios, sabiéndolos parte de su reserva cultural, y sector social que concentra valiosos recursos humanos. Por razones históricas de fragmentación social e intereses inculcados, su participación colectiva en el proceso revolucionario no es ni será sencilla, y reclama un llamado positivo y convocante. Consiguientemente, el haber logrado una nutrida y creciente presencia y participación activa de los sectores medios en la epopeya colectiva, resulta una conquista política y una gran enseñanza del proceso revolucionario boliviano y su conducción estratégica, para procesos similares del continente.
La construcción estratégica de la conducción colectiva del proceso

La revolución democrático-cultural de Bolivia muestra que los pueblos todos, con sus diferentes identidades y puntos de vista, toman en sus manos la construcción de una nueva civilización humana, cuando confían en sus capacidades y fuerzas para crear y motorizar los cambios. Y esta es otra de las grandes enseñanzas del proceso boliviano: la convergencia de movimientos sociales, con organizaciones de los pueblos indígenas y las de sus comunidades, como sustrato de su constitución, con Gobierno y Estado, dotándose de las herramientas político-sociales para ello: la herramienta político partidaria capaz de intervenir en el ámbito parlamentario-institucional (el MAS), y la fuerza social extraparlamentaria, al decir de István Meszaros, fuerza sociopolítica de liberación, nervio motriz y conducción estratégica, capaz de impulsar el proceso de cambios hacia objetivos mayores. De conjunto conforman el Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos, fuerza sociopolítica organizada que resulta cada vez más vital en sentido estratégico, y que ‑con sus logros‑, se ha (auto)colocado en la necesidad de crecerse en su protagonismo, avanzando en su conformación del actor político colectivo central, dinamizador y profundizador del proceso revolucionario.

Esta constituye hoy una de las enseñanzas palpables de Bolivia y también uno de sus desafíos mayores, puesto que la interrelación entre los pueblos organizados y su representación institucional presupone tensiones y contradicciones, y estas se mantendrán aun con los avances que, en este sentido, tendrán lugar a partir del presente período gubernamental marcado por la entrada en vigor de la Nueva Constitución. Esto es parte de la larga transición hacia lo nuevo, que se produce desde las entrañas del capital.

Perseverar y crecerse en este empeño, vencer a la reacción interna y al imperialismo multiplica la epopeya de los pueblos del país andino: Conscientes de que el camino se hace al andar, ellos, junto a sus recientemente confirmados gobernantes, persisten, fortalecidos, en sostener y profundizar el rumbo iniciado. Cuentan para ello con la admiración, el apoyo y la solidaridad de los pueblos de nuestra región y del mundo.

Violación al salario mínimo aumentó pobreza en el país

“Si todos los trabajadores en este país recibieran su salario mínimo de ley, la pobreza bajaría entre 6 y 7 puntos”. Así piensa el economista de la Universidad Nacional (UNA), Henry Mora, tras analizar las condiciones económicas que atravesó el país este año y las proyecciones para el próximo. Según el análisis hecho por economistas de la UNA, en el país, uno de cada tres empleados no recibe ni siquiera el salario base.

Ese fue señalado por Mora como factor para que los índices de pobreza no se hayan bajado en los últimos años. Más bien, en la última encuesta de hogares se destapó que el 18,5% de la población es pobre, lo cual es el nivel más alto de los últimos 26 años. En 2008, la miseria imperaba en el 17,7% de los hogares.

El Estado de la Nación revela que 588.796 personas (33,5% de los ocupados en el país) percibían menos del salario mínimo vigente, de acuerdo a su función. Mora señaló que ante estos datos, “se hace urgente una política de empleo que vigile el cumplimiento de los derechos laborales y que castigue a los infractores”.

El especialista reconoció que la baja inflación ayudó a que la pobreza no creciera tanto entre 2008 y 2009. El Instituto Nacional de Estadística y Censos dio a conocer que la inflación acumulada hasta el mes de noviembre es de 3%.

“Si los precios de la canasta básica no hubieran sido tan estables durante este año, el efecto de la crisis hubiera sido peor y la pobreza hoy sería mayor” afirmó Mora.

LENTA RECUPERACIÓN

Sobre los efectos de la crisis económica, el economista recordó que el agro, el comercio, la hotelería y el turismo han sido los más golpeados, aunque aseguró que en los próximos meses empezarían a tener “un repunte lento”.

Mora recordó que la generación de empleo bien remunerado es una de las fórmulas para sanear las arcas del Estado, que han venido a menos este año, según los datos de Hacienda, pues se regresó a tener déficit fiscal, es decir, se gasta más plata de la que entra al Gobierno.

Agregó que también es necesario una reforma tributaria para elevar la carga de impuestos.

Fuente: Diario Extra
Marcelino Rivera Salazar
mrivera@ diarioextra. com

Estado de derecho y cuestión sindical

el ser humano es el ser supremo para el ser humano glosado y analizado por el profesor Franz Hinkelammert. El punto era, entonces ¿cómo relacionar dicho principio con la explotación a escala planetaria que hoy sufre una gran parte de la Humanidad? Si el hombre nace libre ¿por qué hoy lo vemos en cadenas? preguntaba ingenuamente Rousseau.

* Grupo Soberanía

_______________________
Documento completo

Ernesto «Ché» Guevara: 42 años y sigue ¡Presente!

El retrato que le hiciera el fotógrafo cubano Alberto Korda, durante el sepelio en La Habana de las víctimas del sabotaje del barco Le Coubre en 1960, es una de las imágenes más conocidas en todo el mundo. Ese Che de mirada profunda, con esa expresión de dolor y orgullo, es la imagen del guerrillero eterno, del ser humano que siempre luchará contra las injusticias y el dolor que sufren sus hermanas y hermanos latinoamericanos. Es, en fin, la imagen del “_Hombre Nuevo_” que él tanto soñó y que compartió con el pueblo cubano. No en vano los niños y niñas de la isla grande todas las mañanas recitan “+seremos como el Che+”.

Su imagen no es lo único trascendente. Ernesto Guevara de la Serna es más que el ícono pop que el capitalismo, que él tanto combatió, ha querido construir. El Che es acción y pensamiento. Es congruencia con lo escrito y lo actuado. El Che fue consecuente hasta el último día de su vida. Nunca se sintió cómodo en el sillón del poder. Sus ideales no lo dejaban estar en paz. El necesitaba estar en el campo junto a sus pobres que tanto amaba. El necesitaba hacer revolución. Y es por esto que tantos lo amamos, como personaje, como ideólogo, como combatiente de la vida.

Guevara decía que él no tenía familia, ni padres, ni hijos e hijas. Con esto planteaba una renuncia a la construcción individualista del ser social, para formular un nuevo estilo de armar el mundo en el cual convivimos, más colectivo, donde todos y todas nos vemos interrelacionados desde la raíz más profunda, en fin una visión socialista. Y esta visión era la que el Che creía que debía ser difundida por toda la Patria Grande. Y en ese esfuerzo fue que murió.

Valle Grande, La Higuera. Asesinado, sus manos cortadas y secuestradas como trofeos de guerra. Hace 42 años el mundo lloró su muerte, pero en realidad lo que sucedía era, como dice Silvio Rodríguez, que la tierra estaba pariendo un corazón. Meses antes el Che se despedía de sus hijos de sangre dejándoles una frase eterna: “Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo.
Es la cualidad más linda de un revolucionario
.”



Tema: Comandante de Alejandro Filio

Para saber más sobre Ernesto “_el Che_” Guevara:
En Wikkipedia
Patria Grande
Ché Guevara
Radio Habana

Tristeza en la muerte de un héroe – Pablo Neruda

Los que vivimos esta historia, esta muerte y resurrección de nuestra esperanza enlutada, los que escogimos el combate y vimos crecer las banderas, supimos que los más callados fueron nuestros únicos héroes y que después de las victorias llegaron los vociferantes llena la boca de jactancia y de proezas salivares.
El pueblo movió la cabeza:
y volvió el héroe a su silencio.
Pero el silencio se enlutó hasta ahogarnos en el luto cuando moría en las montañas el fuego ilustre de Guevara.
El comandante terminó asesinado en un barranco.
Nadie dijo esta boca es mía.
Nadie lloró en los pueblos indios.
Nadie subió a los campanarios.
Nadie levantó los fusiles, y cobraron la recompensa aquellos que vino a salvar el comandante asesinado.
¿Qué pasó, medita el contrito, con estos acontecimientos?
Y no se dice la verdad pero se cubre con papel esta desdicha de metal.
Recién se abría el derrotero y cuando llegó la derrota fue como un hacha que cayó en la cisterna del silencio.
Bolivia volvió a su rencor, a sus oxidados gorilas, a su miseria intransigente, y como brujos asustados los sargentos de la deshonra, los generalitos del crimen, escondieron con eficiencia el cadáver del guerrillero como si el muerto los quemara.
La selva amarga se tragó los movimientos, los caminos, y donde pasaron los pies de la milicia exterminada hoy las lianas aconsejaron una voz verde de raíces y el ciervo salvaje volvió al follaje sin estampidos.

149 aniversario del asesinato de Juanito Mora Porras

Nació en San José el 8 de febrero de 1814. Fue hijo de Camilo Mora y Alvarado y Ana Benita Porras y Ulloa, y hermano de Miguel Mora Porras, Presidente de Costa Rica en 1849, y hermano del General José Joaquín Mora Porras.

Sus hermanas Ana María y Guadalupe fueron esposas, respectivamente, de José María Montealegre Fernández, Presidente de la República de 1859 a 1863, y del general José María Cañas Escamilla, gran figura de la guerra contra William Walker.

Se casó en San José el 24 de junio de 1847 con Inés Aguilar Cueto, hija de Manuel Aguilar Chacón, Jefe de Estado de 1837 a 1838. De este matrimonio nacieron siete hijos: Elena, Teresa, Alberto, Amelia, Juan de Dios, Camilo y Juana Mora Aguilar.

Fue alcalde de San José en 1837 y desempeñó otros cargos públicos, aunque sus principales actividades fueron el comercio, el cultivo del café y la caña de azúcar y el tráfico de bienes raíces.

Fue fusilado el 30 de setiembre de 1860 en Puntarenas junto al General Cañas, quien también batalló en la Campaña Nacional. Sus restos descansan en el Cementerio General de San José.

a historia recuerda a don Juanito por su heroico combate contra los filibusteros partidarios de la esclavitud, logrando la victoria para Costa Rica y Centroamérica. Fue un hombre que defendió de manera valiente y decida a la Patria de la amenaza más grande que haya enfrentado en su historia, la invasión estadounidense liderada por William Walker que era financiado desde los Estados Unidos para que “tomara” centroamérica y hacerla su territorio.

Los países más desarrollados de esa época eran Inglaterra, Estados Unidos y Francia. Estos países querían facilitar el comercio marítimo entre ellos y otros países que tenían puertos en el Pacífico. Para eso, intentaban usar nuevas rutas en Centroamérica, para no tener que pasar por el Cabo de Hornos o el Estrecho de Magallanes.

Las rutas posibles eran: Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Las rutas más preferibles eran Nicaragua y Pánama, por la Vía de Tránsito y el Canal, respectivamente. A Estados Unidos le beneficiaba enormemente tener el control absoluto de Centroamérica, por lo que muchos estados del sur apoyaban a la causa de William Walker, además de las posibilidades esclavistas que presentaba la región.

En 1856 al decidirse la defensa de Centroamérica Juanito Mora, lanzó dos hermosas proclamas, cuyo texto, por su valor y actualidad, reproducimos:
___________________________________________

Primera proclama de Juan Rafael Mora Porras

El Presidente de la República de Costa Rica, a todos sus habitantes:

Costarricenses:

La paz, esa paz venturosa que, unida a vuestra laboriosa perseverancia, ha aumentado tanto nuestro crédito, riqueza y felicidad, está pérfidamente amenazada.

Una gavilla de advenedizos, escoria de todos los pueblos, condenados por la justicia de la Unión americana, no encontrando ya donde hoy están con qué saciar su voracidad, proyectan invadir a Costa Rica para buscar en nuestras esposas e hijas, en nuestras casas y haciendas, goces a sus feroces pasiones, alimento a su desenfrenada codicia.

¿Necesitaré pintaros los terribles males que de aguardar fríamente tan bárbara invasión pueden resultaros?.

No; vosotros los comprendéis; vosotros sabéis bien qué puede esperarse de esa horda de aventureros apóstatas de su patria; vosotros conocéis vuestro deber.

¡Alerta pues costarricenses! No interrumpáis vuestras nobles faenas, pero preparad vuestras armas. Yo velo por vosotros, bien convencido de que en el instante del peligro, apenas retumbe el primer cañonazo de alarma, todos, todos os reuniréis en torno mío bajo nuestro libre pabellón nacional.

Aquí no encontrarán jamás los invasores, partido, espías ni traidores. ¡Hay del nacional o extranjero que intentare seducir la inocencia, fomentar discordias o vendernos! Aquí no encontrarán más que hermanos, verdaderos hermanos resueltos irrevocablemente a defender la patria como a la santa madre de todo cuanto aman y a exterminar hasta el último de sus enemigos.

Juan Rafael Mora.

“San José, noviembre 20 de 1855”.

_______________________________________________________

Segunda Proclama del Presidente Juan Rafael Mora Porras

COMPATRIOTAS:

¡A las armas! Ha llegado el momento que os anuncié. Marchemos a Nicaragua a destruir esa Falange impía que la ha reducido a la más oprobiosa esclavitud. Marchemos a combatir por la libertad de nuestros hermanos.

Ellos os llaman, ellos os esperan para alzarse contra sus tiranos. Su causa es nuestra causa. Los que hoy los vilipendian, roban y asesinan, nos desafían audazmente e intentan arrojar sobre nosotros las mismas ensangrentadas cadenas. Corramos a romper las de nuestros hermanos y a exterminar hasta el último de sus verdugos. No vamos a lidiar por un pedazo de tierra: no por adquirir efímeros poderes; no por alcanzar misérrimas conquistas, ni mucho menos por sacrílegos partidos. No, vamos a luchar por redimir a nuestros hermanos de la más inicua tiranía: vamos a ayudarlos en la obra fecunda de su regeneración, vamos a decirles: Hermanos de Nicaragua, levantaos: aniquilad a vuestros opresores. Aquí venimos a pelear a vuestro lado por vuestra libertad, por vuestra patria. Unión, nicaragüenses, unión. Inmolad para siempre vuestros enconos; no más partidos, no más discordias fraticidas. Paz, justicia y libertad para todos. Guerra sólo a los filibusteros.

A la lid pues, costarricenses. Yo marcho al frente del ejército nacional. Yo que me regocijo al ver hoy vuestro noble entusiasmo, que me enorgullezco al llamaros mis hijos, quiero compartir siempre con vosotros el peligro y la gloria. Vuestras madres, esposas, hermanos e hijos os animan. Sus patrióticas virtudes os harán invencibles. Al pelear por la salvación de vuestros hermanos, combatiremos también por ellos, por su honor, por su existencia, por nuestra patria idolatrada y la independencia hispanoamericana.

Todos los leales hijos de Guatemala, El Salvador y Honduras, marchan sobre esa horda de bandidos. Nuestra causa es santa, el triunfo es seguro. Dios nos dará la victoria y con ella la paz, la concordia, la libertad y la unión de la gran familia centroamericana.

Juan R. Mora. –San José, marzo 1° de 1856.

Fuente: Lorenzo Montúfar. “Walker en Centro América” (2 edición, corregida e ilustrada). Alajuela: Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. 2000.

Algunos logros importantes durante su gestión:

– Fortaleció la actividad cafetalera – Inauguró el sistema de alumbrado público en 1851 – Construyó el edificio de la Universidad de Santo Tomás – Construyó la Fábrica Nacional de Licores. – Durante su administración, el ingeniero Nicolás Gallegos levantó el primer plano de la ciudad de San José. – Durante su gobierno, Manuel María Gutiérrez compuso la música del Himno Nacional en 1852 – Se creó la diócesis de Costa Rica en 1850 – Se firmó el tratado Cañas-Jerez en 1858 – Estimuló el establecimiento de un Banco Nacional de capital mixto – Estimuló el desarrollo de Guanacaste – Dirigió con éxito la Campaña Nacional de 1856-1857 contra los filibusteros norteamericanos.

A 300 años de la rebelión indígena de Presbere y Comesala

28 de setiembre de 1709 – 28 de setiembre de 2009

Nuestros antepasados indígenas de Talamanca se resistieron siempre a la conquista española, que buscaba despojarlos de sus riquezas en oro, y de paso robarles sus tierras, y también su trabajo, al esclavizarlos y repartirlos entre los españoles.

En el año 1604, dos siglos después de la llegada de los europeos al continente americano, después de muchos intentos de dominar a los habitantes originales de esta zona, los invasores fundaron un asentamiento en el lugar, que llamaron Santiago de Talamanca, que llegó a tener alguna prosperidad.

Los indígenas se organizaron para enfrentar al conquistador español, logrando vencerlo, expulsarlo y destruir su asentamiento, en 1610.

Desde entonces y hasta 1619 la rebelión fue en aumento, pero tras varios ataques exitosos contra los soldados españoles, finalmente fueron vencidos, ahorcando a los líderes y repartiendo a los demás indios rebeldes entre los españoles. A pesar de ello, este levantamiento logró que la corona dejara sus planes de conquista militar, y optar por la conquista ideológica, fortaleciendo la presencia de misioneros. Fue así, que décadas después, en 1683, llegaron a Talamanca los frailes Antonio Margil y Melchor López, quienes tenían un gran prestigio por su labor en Guatemala, no obstante, poco tiempo duró su trabajo evangelizador en la región, pues fueron llamados de nuevo a Guatemala, quedando prácticamente abandonada Talamanca por varios años, pues los sucesores de Margil y de López no soportaron las condiciones de la selva talamanqueña, hasta que en 1695 llegaron los frailes Francisco de San José y Pablo de Rebullida, quienes solicitaron una fuerza de 30 soldados, pues el abandono evangelizador había hecho que los indígenas organizaran de nuevo la resistencia a la presencia de foráneos.

Los soldados llegaron hasta 1703, lo que generó gran desconfianza entre los indígenas. Dos años después volvió, también de manera efímera, Margil, acompañado de fray Antonio de Andrade, con 30 soldados, y otros 30 que quedaron esperando órdenes en Cartago. Las intenciones eran no solo evangelizar, sino además, trasladar las poblaciones hacia nuevos asentamientos en la vertiente pacífica de Talamanca, para despojarlos de sus tierras y reducirlos para facilitar su control y explotación como mano de obra encomendada, que era la forma legal de llamar a la esclavitud indígena durante la colonia.

De esta operación quedaron a cargo los frailes Andrade y Rebullida, y su propia pluma es la que devela sus intenciones: “(…) y aun para poblar españoles era necesario el retirar indios a otra parte, para que en sus tierras buenas de zacatales pusiéramos el ganado que había de procrear para su manutención”.

Los indígenas talamanqueños, a pesar de no leer, y hasta de hablar poco el idioma del conquistador, comprendieron las intenciones de los religiosos y su complicidad con las autoridades coloniales de Cartago.

Por lo que Comesala (o Comezalá), líder religioso indígena de la comunidad de Santo Domingo (en Talamanca); y Pablo Presbere (o Presberi), también líder religioso en San José Cabécar, organizaron bajo las propias narices de los soldados y frailes españoles, todo un movimiento de liberación dirigido a expulsar a los invasores de sus dominios.

Presbere llamó a la lucha a todos los indígenas desde Chirripó hasta la Bahía de Almirante, en Panamá, y el 28 de setiembre de 1709, hoy hace exactamente 300 años, atacó el convento de Urinama, en donde murieron Rebullida y dos soldados de su guardia. Posteriormente, marcharon sobre Chirripó, en donde murieron fray Antonio de Zamora y otros dos soldados, así como la esposa e hijo de uno de ellos. Luego atacaron al grueso de la tropa, asentada en Cabécar, en donde murieron 5 soldados, y pusieron en fuga a los restantes 19, junto el padre Andrade.

Presbere y sus hombres quemaron 14 iglesias, los conventos y los cabildos.

La represión de los españoles no fue inmediata, pero fue implacable. Desde Guatemala enviaron las armas y municiones que pidió el gobernador de Costa Rica.

Ingresaron dos columnas de soldados que lograron capturar a 700 indígenas, entre ellos el líder Presbere, aunque no a Comesala.

Volvieron los soldados a Cartago con 500 prisioneros, pues 200 habían muerto o huido de camino.

“Los indios cautivos fueron repartidos por el Gobernador a los oficiales y soldados que tomaron parte en la campaña y se procesó a los caudillos de la sublevación. El cacique Presberi dio pruebas de una gran fortaleza de alma, negándose a denunciar a ninguno de sus cómplices, cuando todos lo acusaban a él. El gobernador lo condenó a la pena capital y murió arcabuceado (muerto por tiros de arcabuz) en Cartago el 4 de julio de 1710.”

Según concluyen prestigiosos historiadores nacionales: “es evidente que la represión organizada contra las poblaciones indígenas de Talamanca tuvo como principal objetivo, no tanto reprimir la rebelión, sino aprovechar el apoyo financiero y el envío de armamentos suministrado por la Audiencia de Guatemala, con el fin de capturar mano de obra indígena y trasladarla hacia las explotaciones agropecuarias de los españoles en el Valle Central. Debido a las duras condiciones a las que fueron sometidos los indígenas sacados de Talamanca, muchos de ellos murieron. Nueve años más tarde de los quinientos que habían llegado a Cartago, solo quedaban doscientos.”

_____________________________________________________
Tomado de: 1) Fallas P., Carlos y Jiménez Heidy. Evangelización indígena en Talamanca, Costa Rica y Petén, Guatemala 1685-1710. inédito. 2005.

2) Fonseca Corrales, Elizabeth; Alvarenga Venutolo, Patricia y Solórzano Fonseca, Juan Carlos. Costa Rica en el Siglo XVIII. San José, Editorial de la Universidad de Costa Rica. 1ª reimpresión, 2002.

A 36 años de su asesinato, Salvador Allende, Vive en la Memoria de los Pueblos

Salvador Allende ante las Naciones Unidas

______________________________________________

Allende hoy

____________________________________________

Creo que a través del_ “recordar y rememorar”_, le volvemos a dar sentido a la vida. Nuestra memoria reproduce y recuerda. Recordamos para contrarestar lo perdido, mientras hablamos del pasado, este sigue vivo y nos permite proyectarnos. Hoy quiero recordar a las y los que ofrendaron su vida por construir en Chile una patria más justa y socialista. A todos y todas las compañeras que dignamente enfrentaron la prisión y la tortura, la muerte y por cierto, a quienes viven hoy todavía en el exilio….Por eso hoy recuerdo a mis abuelos y a todas y todos los que lucharon y nos dieron ejemplo de compromiso por la construcción de un mundo mejor. Hoy también quiero saludar a todas las mujeres y hombres que desde sus espacios de vida, no olvidan y cuentan la historia, a mi madre que no me permite olvidar, ni perdonar y que me da fuerzas para luchar.

Mi homenaje, mi recuerdo para el compañero Allende, que fue capaz de doblegar la supremacía transitoria de la fuerza con su propia muerte y dejar grabado su mensaje en la conciencia de todas las mujeres y hombres que en el mundo luchamos diariamente por la libertad, la justicia social y el socialismo.

Transcribimos las palabras de Salvador Allende, su último mensaje, que atravesó el humo de los bombardeos y tendió una bandera roja de esperanza sobre la sangre de los masacrados.

” Yo soy un hombre que solo fue intérprete de grandes anhelos de justicia. Que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la Ley y así lo hice. Es este momento definitivo, el último en que me voy a dirigir a ustedes. Pero que aproveche la lección: el capital foráneo , el imperialismo, unido a la reacción, creó el clímax para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñó el general Schneider victima del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena la conquista del poder para seguir defendiendo granjerías y sus privilegios.

Me dirijo sobre todo a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la obrera que trabajó contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clase para defender también las ventajas que la sociedad capitalista les brinda a unos pocos.

Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron, que entregaron su alegría en medio de la lucha. Me dirijo al hombre, al obrero, al campesino, al intelectual. A aquellos que serán perseguidos , porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo los oleoductos y los gasoductos.

La historia los juzgará. Seguramente Radio Magallanes será callada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa.

El pueblo debe defenderse pero no sacrificarse; el pueblo no debe dejarse matar ni acribillar, pero tampoco puede huir.

Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición puede imponerse.

Sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pasa el hombre libre para construir una sociedad mejor.

! Viva Chile !
! Viva el Pueblo!
!Vivan los trabajadores!

Estas fueron mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que por lo menos será una lección moral que castigará las felonías, la cobardía y la traición.”

____________________________________________________

ALLENDE

Mario Benedetti

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que concretar todos los odios
y además los aviones y los tanques
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama
porque el hombre de la paz era una fortaleza
para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar más para seguir matando
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza
para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa
una armada una hueste una brigada
tuvieron que creer que era otro ejército
pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo
y tenía en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios más tanques más rencores
más bombas más aviones más oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse son el pueblo.

UNASUR, ALBA y los pueblos

Más sobre Nuestra América AQUI
_______________________________________________________

La sola existencia de UNASUR, debe ser considerada como un avance significativo para los intereses de nuestra región, aunque solo fuera un espacio para el debate.

Pero, seríamos ingenuos, si creyéramos que las fuerzas neoliberales, cipayas, oligárquicas están derrotadas. Siempre es bueno recordar aquella frase del gran revolucionario ruso, Lenin, cuando señalaba:_ “Si los explotadores son derrotados solamente en un país, y éste es, naturalmente, el caso típico, porque la revolución simultánea en varios países constituye una excepción rara, seguirán siendo, no obstante, más fuertes que los explotados”_. En Sudamérica se ha dado el caso de que los explotadores están siendo derrotados en sólo tres países (Venezuela, Ecuador y Bolivia); en el resto, en mayor o menor medida, siguen ejerciendo su poder hegemónico.

UNASUR es un campo de batalla. Es el terreno elegido por nosotros para confrontar, en mejores condiciones, en condiciones de unidad y de cara a los pueblos, contra los enemigos externos e internos. La favorable correlación de fuerzas alcanzada en los últimos años, el tejido de complejas alianzas y la habilidad de los conductores para implementar la estrategia, logró atraer al enemigo a un escenario desventajoso para sus intereses. De esto son concientes, tanto el imperialismo como las oligarquías nativas, y de ahí su accionar para salir de su actual posición adversa, vale decir, provocar el fracaso de UNASUR.

UNASUR es un espacio ganado en la lucha contra el imperialismo para agrupar fuerzas y conformar un bloque de poder sudamericano autónomo. El tema de la independencia y la unidad de Nuestra América, como requisito insoslayable para alcanzar la liberación nacional, es lo que está en juego. Es por ello, que el gobierno estadounidense y sus socios locales buscan anular a UNASUR.

“No olvidemos nunca, que el enemigo principal de la Revolución es el imperialismo yanqui”, ha manifestado en muchas oportunidades el comandante Hugo Chávez; y esta verdad tiene que ser puesta en el foco de nuestro análisis. UNASUR es un escollo para las pretensiones imperialistas, más aún cuando varios de sus principales protagonistas son los mismos gobiernos que enterraron el ALCA, en la recordada cumbre de Mar del Plata.

Sin unidad de los pueblos latinoamericanos caribeños, derrotar al imperialismo es una quimera. Y esa unidad deberá ser construida en una lucha tenaz y constante contra ese enemigo principal y sus fuerzas aliadas. La tarea histórica, la de conformar una verdadera Confederación de Repúblicas Latinoamericana-Caribeñas, sigue vigente hoy más que nunca, y en esa dirección la creación de UNASUR es un paso importante.

Composición de fuerzas en UNASUR

Los gobiernos de Colombia y Perú son los principales voceros de los intereses imperialistas y oligárquicos de la región, sobre este punto no cabe ninguna duda. Los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia son los que representan con decisión las posiciones patrióticas, revolucionarias y antiimperialistas. Entre medio de estos dos polos se ubica el resto. Las poderosas burguesías de Argentina, Brasil y Chile pendulan de acuerdo a sus intereses particulares. Paraguay, Surinam y Uruguay se debaten tomando posición en cada momento, según la correlación de fuerzas existente.

Una vez más, el tema de la cuestión nacional latinoamericana-caribeña está en el centro del debate, como asimismo la identificación de clase e intereses que cada uno de los gobiernos en particular representa.

Podemos afirmar que los gobiernos revolucionarios representan los diferentes intereses de una alianza popular, conformada por la sumatoria de las clases y sectores sociales perjudicados por las políticas neoliberales, de sumisión a la expoliación imperialista. Allí confluyen obreros, campesinos, pequeños productores del campo y la ciudad, desocupados, pequeña burguesía vinculada al mercado interno, un sector de las clases medias profesionales no colonizadas mentalmente (incluye a los militares), clase media en general, empleados comunes, cuentapropistas, etcétera. Los presidentes Chávez, Correa y Morales han mantenido inquebrantablemente el discurso antiimperialista y nuestroamericano, en coherencia absoluta con los intereses de las clases y sectores sociales que ellos representan.

Desde el polo opuesto, los gobiernos de Colombia y Perú, han sido fieles voceros de las políticas imperialistas y de las oligarquías nativas. Las multinacionales, las burguesías trasnacionales con sus gerentes y empleados jerarquizados, los terratenientes, una franja significativa de técnicos y profesionales colonizados (incluye a los militares), la alta jerarquía de la Iglesia, un sector de la burguesía criolla y las clases medias acomodadas, son representados cabalmente por los discursos de Alan García y Álvaro Uribe.

Hasta ahí la cuestión esta clará, y lo hemos visto, en “vivo y en directo”, en la Cumbre de Bariloche. Pero, ¿a qué intereses responden los gobiernos de Lula da Silva, Cristina Fernández de Kirchner y Michelle Bachelet? Este es el tema clave para entender las posiciones ambivalentes o “moderadas” de los gobiernos de Argentina, Brasil y Chile.

Promediando la década de los ‘50, los gobiernos de Argentina, Brasil y Chile, presididos por el general Juan Domingo Perón, Getulio Vargas y el general Carlos Ibañez respectivamente, bocetaron la idea de constituir un acuerdo de integración denominado ABC. El proyecto era claro, analizándolo desde la perspectiva de cada uno de estos gobiernos: ampliar los mercados para un capitalismo nacional en pleno crecimiento y fortalecer a una incipiente burguesía local que aprovechaba el período de sustitución de importaciones, bajo el tutelaje de gobiernos nacionalistas con marcado respaldo popular.

Pero ese viejo proyecto de avanzar hacia un capitalismo autónomo, bajo el liderazgo de una conducción que asumía las tareas históricas de la burguesía nacional aún invertebrada, y utilizando el Estado como locomotora de desarrollo, fracasó ante la presión de la alianza oligárquico-imperialista y de la misma claudicante burguesía autóctona. El “Estado Novo” y le “Argentina Potencia”, al no trascender los límites históricos del proyecto nacional burgués, colapsaron ante la arremetida de las clases tradicionales y el imperialismo. El modelo endógeno burgués de la periferia, no podía seguir los mismos pasos que el de las burguesías metropolitanas en su ascenso al poder. La política del desarrollo desigual y combinado impuesta al mundo por el imperialismo, no daba espacio para la liberación de los países coloniales y semicoloniales por la vía del capitalismo autónomo. El ciclo de las revoluciones burguesas había concluido y los movimientos nacionalistas en el Tercer Mundo, si no trascendían los límites del democratismo burgués, sucumbían indefectiblemente.

Tras las infames décadas de neoliberalismo, en toda Nuestra América se incrementó la presencia del capital extranjero, pero también, un sector de la burguesía criolla, aliada a las dictaduras militares que azotaron la región, logró escalar posiciones en detrimento de las empresas estatales. Las privatizaciones no sólo fueron aprovechadas por el capital imperialista, sino también por una franja de capitalistas nacionales que se apoderó del patrimonio de importantes empresas públicas. Es así que llegamos al siglo XXI con la existencia de unas burguesías locales ya asociadas al capital foráneo, mayoritariamente exportadoras, con ciertos niveles de competividad, pero dependientes de las ventajas que pueda otorgarles el Estado a la hora de hacer negocios. De ahí el carácter contradictorio de ese empresariado, ya que se presenta como nacional, en tanto el Estado facilite su expansión económica, y antinacional, en cuanto en nada está interesado en el bienestar de la población, como tampoco en defender la soberanía en otras ramas que no sean aquellas que facilitan la expansión de sus capitales.

El ala nacionalista de las fuerzas políticas de los países en cuestión, por falta de ideas, por desconfianza al pueblo, por negarse a confrontar con el imperialismo y las oligarquías vendepatrias o simplemente por cobarde pragmatismo, han preferido optar por los intereses de sus respectivas burguesías –históricamente capituladoras-, que a comprometerse consecuentemente con los intereses de la Nación. Una suerte de teoría del “derrame de la copa de champagne”, pero endógena, ha caracterizado sus políticas. “Si nuestro empresariado crece y se desarrolla, el resto de las clases sociales del país se verá beneficiado”, observan los nacionalistas socialdemócratas. En esa dirección se ubica tanto el kirchnerismo de Argentina, la Concertación de Chile, como el PT de Brasil.

La caracterización de los gobiernos de Argentina, Brasil y Chile (con diferentes matices, sin duda), responde a los intereses de esas burguesías “nacionales”, díscolas con el imperialismo cuando los negocios se contraponen, o dóciles aliadas cuando el pueblo lucha por la distribución equitativa de las riquezas, las implementación de políticas sociales o la defensa irrestricta de la soberanía.

El frío de Bariloche

Esta caracterización se vio reflejada claramente en la última Cumbre de UNASUR. Había una coincidencia entre los polos enfrentados: que los debates sean televisados en directo. Tanto los representantes de la derecha pro-imperialista como los de la izquierda patriótica, claros y definidos en sus posiciones, no manifestaron inconvenientes en la transmisión en vivo del evento. Sin embargo, el principal representante de los intereses de la burguesía “nacional”, el presidente Lula da Silva, sí señaló su disgusto y e inconveniencia en dar discusión a puertas abiertas, argumentando inclusive los beneficios de debatir sin la molesta presencia de las cámaras de TV.

Esta actitud del presidente Lula es un testimonio de la forma en que el empresariado latinoamericano prefiere discutir: de espaldas al pueblo, priorizando sus negocios antes que los intereses de las mayorías. La molestia del primer mandatario brasileño es una expresión de su ambivalente posición: defender los intereses de la región sin confrontar con el agresor imperialista, garantizar el “orden” y el “progreso” para facilitar el campo de negocios del empresariado, poner límites a la voracidad imperialista, pero siempre en el marco del diálogo institucional y de las reglas de juego que impone la diplomacia capitalista internacional.

No obstante, es importante comprender que, a nivel gubernamental, los principales aliados de los países con gobiernos revolucionarios son precisamente Brasil y Argentina, como también Uruguay y Paraguay. Nada peor para nuestros pueblos que no dar la batalla para ganar a estos países, hacia posiciones antiimperialistas cada vez más decididas, como asimismo saber manejar la alianza, entendiendo los límites que la naturaleza de clase impone a cada actor.

¿Ganó Uribe en Bariloche?, ¿ganó el bloque revolucionario?, ¿ganó el sector moderado? Creemos que fue una contienda en la que no hubo ganadores ni perdedores, más bien hubo maniobras y tanteos preparatorios para otros escenarios.

La contraofensiva imperialista.

La contraofensiva imperialista ha martillado en los últimos meses con contundencia. El golpe de Estado en Honduras y la instalación de las bases gringas en Colombia son parte de la estrategia tejida desde el Pentágono para debilitar la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. El imperialismo acusó recibo del poder de fuego del ALBA en la Cumbre de Trinidad.

Allí, en la isla caribeña aliada a los Estados Unidos y ante la presencia del presidente Barak Obama, los gobernantes del ALBA impusieron la agenda. El tema de la ausencia de Cuba, esgrimido por Chávez, Evo, Ortega, Zelaya y Correa, previa reunión del ALBA y acompañados por la mayoría de los países, arrinconó a los representantes del imperialismo como pocas veces se había visto en estos eventos internacionales. En San Pedro Sula el gobierno estadounidense tuvo que dar otro paso atrás. La OEA misma se sentó en el banquillo de los acusados y sus días de sobrevivencia parecían contados. La OELAC (Organización de Estados Latinoamericanos y Caribeños) surgía como una posibilidad real para trascender al Grupo Río, con Cuba como miembro activo y creando un espacio genuinamente nuestramericano, sin la presencia perturbadora de Estados Unidos y Canadá.

Pero el golpe de Estado en Honduras reactivó a la OEA (uno de los principales objetivos del imperialismo), y la instalación de las bases estadounidenses en Colombia se adelantó a la conformación y funcionamiento del Consejo de Defensa Sudamericano de UNASUR.

El ALBA tendría que haberse reunido con antelación al evento de la UNASUR, para mantener una posición unitaria entre sus miembros, no solamente en el repudio a la injerencia estadounidense, sino también en la formulación de propuestas ante el hecho consumado de instalación de las bases que presentaba Colombia.

El Grupo de Río era el espacio para discutir el tema de las bases militares yanquis, ya que la amenaza no es solamente para los países sudamericanos, sino que involucra a toda la región. La provocación no es solo para Venezuela y Ecuador, sino también para Nicaragua y Cuba (hay que recordar que Nicaragua mantiene un conflicto limítrofe con Colombia). A su vez, en el Grupo de Río se hubiera podido desarrollar con mayor precisión la relación directa existente entre el Golpe en Honduras y la instalación de las bases militares estadounidenses en Colombia, como asimismo darle continuidad a la reunión realizada en Santo Domingo, tras el bombardeo colombiano en territorio ecuatoriano.

Esta falta de reflejos “agrandó” al presidente Uribe, que sí realizó una gira sudamericana para llegar a Bariloche con un previo tanteo de la situación. No es casual que el peón del imperio haya aceptado las inspecciones de las bases militares, pero con la presencia de la OEA.

¿Cómo desequilibrar a favor de los pueblos?

En el avance hacia la unidad nuestramericana, las fuerzas revolucionarias cuentan con una herramienta de gran potencialidad: el ALBA. Pero esta herramienta debe ser utilizada con mayor precisión.

Decía León Trotsky que no bastaba con tener una buena espada para combatir; era necesario que ésta estuviera bien afilada. Y que tampoco era suficiente que estuviera bien afilada, sino que también, para que resultara útil, había que saber usarla.

El ALBA es el arma principal con que cuentan los gobiernos revolucionarios para avanzar en la lucha por la unidad de Nuestra América, siendo ésta una verdadera preocupación para los intereses imperialistas. Pero esta herramienta, como la espada de Trotsky, debe estar bien afilada y en poder de manos hábiles.

Un motor está plenamente encendido en la Alianza, el de los gobiernos revolucionarios. Pero falta, con urgencia, encender el otro motor que le dará al ALBA una potencia superlativa: el motor del pueblo.

La constitución del Consejo de Movimientos Sociales del ALBA es un paso trascendental que la Alianza debe dar en lo inmediato. Allí radica la fuerza desequilibrante de este espacio regional y el apoyo insustituible para los presidentes revolucionarios.

Por primera vez en la historia de Nuestra América se ha conformado un espacio de unidad, una verdadera alianza entre países que avanzan hacia el socialismo. Socialismo martiano, bolivariano, alfarista, tupacatarista, sandinista… socialismo latinoamericano caribeño. Sólo por la vía del socialismo, con los pueblos como principales protagonistas, alcanzaremos la unidad y la independencia de América Latina y el Caribe. Las burguesías_ “nacionales”_ o sus representantes de turno, ya han demostrado que son incapaces de llevar hasta las últimas consecuencias la lucha antiimperialista. Es entonces que solo una salida anticapitalista, popular y democrática podrá hacer cumplir la obra inconclusa de los Libertadores.

Y ahí radica, con justa razón, la peligrosidad que representa el ALBA para el gobierno estadounidense y sus socios criollos. No es UNASUR, ni el de Grupo Río, ni el MERCOSUR quienes desvelan al Imperio. Sí es el ALBA. Porque los otros espacios se fortalecen y pasan a ser conflictivos en tanto el ALBA esté presente a través de algunos de los países que lo integran. De otra manera, se convierten en cumbres estériles.

Una característica esencial del ALBA es su espíritu constructivo, solidario e irreductible, esto lo ubica necesariamente a la ofensiva. Ante las agresiones contrarrevolucionarias, inmediatamente debe surgir la respuesta adecuada.

Y una respuesta adecuada ante la actual agresión yanqui sugiere el encendido del segundo motor. Hay que retomar la ofensiva impregnando al ALBA de pueblo. Abriendo el ALBA a las organizaciones sociales y políticas revolucionarias de toda nuestra América e invitando a los gobiernos locales que lo deseen a sumarse a la propuesta unionista. El movimiento popular de los países del ALBA deberá de manera urgente constituir el Consejo de Movimientos Sociales, incorporarse a las Mesas Técnicas, como asimismo realizar una masiva campaña de propaganda sobre el ALBA y la unidad latinoamericana caribeña.

Como decía Mariátegui: “Los brindis pacatos de la diplomacia no unirán a estos pueblos. Los unirán en el porvenir, los votos históricos de las muchedumbres”.

Retorno a los orígenes

La partida de nacimiento de la izquierda moderna fue la fundación de la Primera Internacional en 1864. En aquella oportunidad se trató de un encuentro de personalidades y no una reunión de partidos. Entonces, a pesar de la abundancia de matices, hubo consenso en la crítica al capitalismo salvaje, expresada en el discurso inaugural y en los estatutos, ambos redactados por Carlos Marx, el primer ideólogo de la izquierda y el primer líder socialista a escala europea.

Aquella matriz única alimentó las coincidencias esenciales que dieron lugar a la fundación de partidos de izquierda, bautizados por el propio Carlos Marx como socialdemócratas y que adoptaron el socialismo como opción para enfrentar al capitalismo. El primero de aquellos partidos fundadores nació en Alemania en 1869 y el último en Rusia en 1898 y, a pesar de la hostilidad de la reacción, en varios países europeos alcanzaron una enorme influencia política. Lenin, Rosa Luxemburgo, Karl Kautsky, Fernando Lassalle, Jean Jaurés, estuvieron entre los líderes de las formaciones iniciales.

Antes que partidos políticos, el marxismo, la socialdemocracia, el anarquismo e incluso la doctrina socialcristiana, fueron expresiones del pensamiento político avanzado, nacidas de reflexiones que formaron una especie de tronco común y compañeras de viaje hasta que, a principios del siglo XX, por coyunturas asociadas a la Primera Guerra Mundial, se distanciaron. La guerra terminó, más la desunión en la izquierda persistió, entre otras cosas porque Stalin entró en la escena.

La fractura de aquella coherencia virtual en la izquierda europea comenzó cuando varios partidos adoptaron posturas reformistas. El hecho de que en 1899 Alexandre Millerand, un socialista francés ocupara un cargo de ministro que pudo ser un suceso positivo se convirtió en un factor de ruptura, agudizado cuando ese mismo año, Eduard Bernstein propuso la alianza con otras fuerzas para alcanzar metas socialistas. El crack definitivo llegó cuando los partidos integrantes de la II Internacional se dividieron en torno a la aprobación de los créditos de guerra en los respectivos parlamentos, hecho calificado por Lenin de traición y que precipitó la bancarrota de la primera organización socialista europea.

Por una coincidencia histórica, a raíz de aquella polémica, triunfó la revolución bolchevique de cuyo liderazgo emanó el proyecto de crear una organización internacional sustitutiva para la difusión de las ideas marxista y para impulsar la revolución mundial que entonces se creía inminente. En 1919 nació la III Internacional que auspició la creación de partidos comunistas en todo el mundo. En 1920 la Internacional adoptó las 21 condiciones que excluían cualquier alianza de los comunistas con otras fuerzas políticas locales, cercenaba la libertad de acción de los partidos y codificaba la obediencia a Moscú.

Ayer como hoy ninguna fuerza, partido o líder político, por más partidario que sea de una corriente ideológica mundial, puede sustraerse de los entornos nacionales en los cuales actúa, donde se encuentran sus bases sociales, se definen sus tareas y prevalecen los factores que condicionan su actuación y determinan sus alianzas. La idea de convertir las coincidencias políticas, en metas estratégicas comunes y de hacer del “Movimiento Comunista Internacional” una entidad orgánica, regida desde Moscú, fue primero una quimera y luego una suma de errores, especialmente costosos al aplicarse a la realidad latinoamericana.

Es probable que una vez concluida la guerra civil y derrotada la intervención extranjera, Lenin y Trotski, partidarios de la Nueva Política Económica que incluía el propósito de atraer el capital extranjero, habrían incentivado los esfuerzos para insertar al Estado soviético en los ambientes europeos, proceso que inevitablemente hubiera conllevado a una aproximación a la izquierda socialdemócrata que había elevado considerablemente su protagonismo político e incluso participaba en el gobierno en varios países.

Esa posibilidad fue cancelada con la muerte de Lenin, la defenestración de Trotski y el acceso de Stalin al poder, hecho que crearon un abismo ideológico y político entre los comunistas y la izquierda socialdemócrata que luego, bajo la ocupación nazi, en muchos países fue virtualmente exterminada.

Ahora, cuando ningún líder y ninguna fuerza aspira a la hegemonía, renace la pluralidad y unas corrientes progresistas no excomulgan a otras, en América Latina la izquierda renace, formando un arco iris de fuerzas sociales cohesionadas por el interés en el cambio social y por el compromiso con las causas populares. En ese ambiente, el marxismo genuino, sin imposiciones, dogmas ni sectarismo, retoma su lugar como uno de los elementos, no el único en la ideología y la práctica de la izquierda renacida que retorna a sus orígenes plurales.