Sindicato pide al Gobierno aclarar injerencias en último Plan del TLC

Gerardo Ruiz Ramón
gruiz@ diarioextra.com

Albino Vargas, secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), pidió al gobierno aclarar las injerencias externas al Congreso que se habrían dado en el trámite del proyecto que reforma y agrega varias normas en materia de propiedad intelectual, última iniciativa de la agenda de implementación del TLC con Estados Unidos que aun no ha sido aprobada.

Según Vargas, hubo muchas coincidencias en el trámite de ese último proyecto, situación que ANEP considera como una prueba de la serie de intereses políticos y económicos que hay sobre la inscripción de patentes, una vez que el tratado entre en vigencia a más tardar en tres meses.

DELATADOS

El representante gremial afirmó que la comunicación entre el abogado Luis Pal—siendo miembro del Registro Nacional y experto en la inscripción de patentes—y la diputada Andrea Morales, presidenta de la Comisión de Asuntos Jurídicos que tramitó el plan de propiedad intelectual, confirma que en la agenda de implementación del TLC se ha tratado de proteger los intereses particulares de grupos económicos allegados al gobierno.

“La denuncia que realizó este periódico es acertada, oportuna y necesaria porque viene a ratificar que el TLC y los proyectos de implementación están manchados por situaciones cuestionables y antijurídicas. Aquí ha habido tráfico de influencias para favorecer a determinados negocios de grupos poderosos”, sostuvo.

Albino Vargas continuó: “Nos llama poderosamente la atención la cadena de curiosidades que se han dado en el proceso de discusión del proyecto. Es muy curioso que el abogado Luis Pal, esposo de doña Mayi Antillón, sea parte de la Junta Administrativa de Registro Nacional, donde se inscriben las patentes. Igualmente es curioso que Pal sea representante de gigantescas farmacéuticas que pujan por la aprobación de leyes de propiedad intelectual que las favorezcan. Y la más extraordinaria de todas las curiosidades es que los funcionarios administrativos del Registro Nacional hayan ordenado que se desautorizara la posición de la Directora del Registro de Derechos de Autor, que es la persona con el criterio técnico más calificado en la materia y que se opuso a este último proyecto, tramitado en la comisión que, casualmente, presidente la diputada Andrea Morales, íntima amiga de doña Mayi y su marido”, declaró.

QUE SE REABRA INVESTIGACIÓN

El sindicalista concuerda con la teoría de que el Registro Nacional refutó el criterio del Registro de Derechos de Autor por presiones políticas derivadas de los intereses económicos de varios grupos empresariales. Vargas consideró imposible que la ministra de Justicia y vicepresidenta, Laura Chinchilla, no hubiera conocido el informe en contra del plan de propiedad intelectual planteado por una funcionaria del Registro experta en la materia.

“Nadie puede descartar, conociendo el poder de imperio, que es muy probable que haya habido hasta alguna directriz política, no puedo decir que de doña Laura Chinchilla, pero es evidente que hubo una orden política para que el Registro confeccionara otro informe sobre el proyecto. El presidente Óscar Arias dijo que no va a destituir a Luis Pal del Registro Nacional, bueno eso comprueba que le es fiel a sus amigotes en política”, concluyó Vargas.

El Secretario General de Anep recordó que en marzo de 2007 fue ese sindicato y el de Empleados de la Caja Costarricense del Seguro Social (Undeca), los que denunciaron a Luis Pal y Mayi Antillón ante la Procuraduría de la Ética, entidad que descartó la acusación por conflicto de intereses planteada en esa fecha.

No obstante, Albino Vargas cree que existen elementos nuevos para que el despacho que vela por la ética en la función pública reabra el caso complementándolo con los argumentos que Undeca y Anep presentaron hace año y medio.

DIARIO EXTRA intentó ayer en varias ocasiones comunicarse con la vicepresidenta y ministra de Justicia, Laura Chinchilla. Sin embargo, no atendió su teléfono celular. La solicitud para conocer el criterio de Chinchilla sobre los argumentos de la oposición al gobierno, tramitada a través del jefe de prensa de Casa Presidencial, Pablo Guerén, tampoco fructificó.

Fuente: Diario Extra, Sábado 4 de octubre de 2008

No hay nada que nos pueda unir tanto como las ideas

Está claro que sin unión no se logrará nada, y que menos aún sería posible emprender la gigantesca labor de rescatar el rumbo nacional. Pero ¿viene primero el huevo o la gallina?

Por un lado, dentro de ese enorme despertar ciudadano que llamamos Movimiento Patriótico, hay una masa grande que está desencantada, a veces hastiada, y un poco o mucho “encabronada” con las prácticas añejas de la política partidaria, que han caído en menos que politiquería.

Regularmente se oye y se siente el “nadie nos manda….., y la política y los políticos son…. (póngale usted el adjetivo que guste)”. Llevan bastante razón quienes así opinan, porque las decepciones, los engaños, las mentiras, las falsas poses, los “arribismos”, la corrupción, y las ilusiones traicionadas ya tantas veces han sido demasiadas. ¡Ya basta!

Sí, ya basta se dice, pero de ahí no se pasa. Incluso algunas personas piensan que esto no se arregla por las buenas, porque la ubre de la cual están pegados los vende-patrias es demasiado grande, y porque los cambios que se necesitan hacer no son solo de forma. Sin embargo se ve claramente que las condiciones no se han dado, al menos hasta ahora, para algo más allá que un cambio político. El cambio es urgente. Pero ni la abstención en el voto, ni el rehuir a la unión ciudadana y patriótica ofrecen ser solución.

Hay que entender que realísticamente ese cambio en este momento debe y solo puede ser político.

Entonces el hastío por la política, dentro de cada Patriota que así lo sienta, dentro de lo más profundo de su conciencia patriótica, debe cambiarse por acción decidida, como se hizo en el referéndum, dando el paso adelante en la nueva manera costarricense de hacer política: la democracia participativa. Esta revolución debe salir de nuestras bases, ser alimentada con ideas, peleada con organización política, y ganada con votos.

Por otro lado, están las y los Compañeros que ya han venido trabajando en organización política.

Saben bien que el único cambio de momento posible es el cambio político, y ven claramente que el tiempo se agota. Luchan a diario de manera tesonera y valiente contra ese enorme desencanto del costarricense con la política partidaria. No hay duda de su honestidad ni de sus buenas intenciones. Pero también en esa otra trinchera se debe entender que la manera de hacer política cambió.

El fracaso más grande de la tan cansada mafiocracia que nos desgobierna ha sido su manera cavernícola de ejercer la política. Para ganar las elecciones hay que abrirse, con humildad, negociar sin claudicar principios, y unir. Para reinventar el país hay que primero reinventar la manera de hacer política. La organización política que busque recoger y cumplir las ilusiones de esa mayoría del “Ninguno” de las encuestas, de las y los desencantados, de la enorme fuerza patriótica del No al TLC, de esa mayoría nacional que forma de una manera u otra al Movimiento Patriótico, debe comenzar por cumplir antes de pedir el voto.

Debe cumplir demostrando apertura a la inclusión de todas y todos los Patriotas. Debe demostrar respeto por la diversidad, exigiendo a la vez compromiso absoluto con el interés de las mayorías.

Debe cumplir diciendo si respetará las voluntades de las bases en los procesos eleccionarios internos partidarios. Y debe, por sobre todo, cumplir sin cálculos ni agendas escondidas escuchando y exponiendo sus ideas para el rumbo correcto del desarrollo nacional. Se han escuchado las denuncias y las protestas contra el modelo imperante. Es hora de hacer los planteamientos. Nada es tan poderoso para lograr la unión como las ideas. No hay nada que nos pueda unir más que las ideas.

1 de Octubre 2008

Crisis en Estados Unidos: El robo más grande de la historia

Carta a la ciudadanía norteamericana

Amigos. Déjenme ir al grano. Mientras ustedes leen estas líneas se está llevando a cabo el robo más grande en la historia de este país.

Aunque no se están empleando armas, 300 millones de personas fueron tomadas como rehenes. No nos equivoquemos: después de cinco años de robarse medio trillón de dólares para llenar los bolsillos de sus aliados que se enriquecen con la guerra, después de forrar con dinero a los magnates petroleros con 100 mil millones de dólares en los pasados dos años, Bush y sus secuaces –que pronto dejarán vacante la Casa Blanca– están saqueando todos los dólares que se encuentran del Tesoro de Estados Unidos. Están barriendo con todos los cubiertos de plata que pueden mientras caminan rumbo a la puerta de salida.

No importa lo que digan, no importa cuántas palabras empleen para asustarlos; están recurriendo a las viejas triquiñuelas para fomentar el miedo y la confusión para mantenerse a sí mismos y a uno por ciento de la población asquerosamente rica. Sólo basta leer los primeros cuatro párrafos del reportaje principal del New York Times del pasado lunes para conocer de qué se trata todo este asunto:

“Aunque los legisladores trabajaron en los detalles del rescate de la industria financiera por 700 mil millones de dólares, Wall Street volvió a buscar la manera de lucrar con el plan.

“Las firmas financieras cabildearon para lograr la cobertura de todas las formas de inversiones problemáticas, no sólo las relacionadas con las hipotecas.

“Al mismo tiempo, las firmas de inversión maniobraron para supervisar todos los activos que el Tesoro planea eliminar de los registros de las instituciones financieras, una actividad que podría generarles cientos de millones de dólares al año en honorarios. Nadie quiere ser excluido de la propuesta del Tesoro para la compra de los activos de mala calidad.”

Increíble. Wall Street y sus partidarios fueron los artífices de este desorden y ahora pretenden limpiarlo como viles bandidos. Hasta Rudy

Giuliani está haciendo cabildeo con su consultoría para ser contratado (recibir sueldo) y brindar asesoría en el rescate.

El problema es que nadie sabe en verdad a qué se debe este “colapso”.

Aun el secretario del Tesoro, Paulson, admitió ignorar la cantidad exacta que se requiere (¡se le ocurrió de la nada la cifra de 700 mil millones!) El director de la oficina de presupuestos del Congreso afirma que no podía entenderlo ni explicarlo.

No obstante, dicen histéricos que ¡el final está cerca! ¡Pánico! ¡Recesión!

¡La Gran Depresión! ¡Y2K! ¡La gripe aviar! ¡Abejas asesinas! ¡Debemos aprobar la ley del rescate hoy mismo! ¡El cielo se está cayendo! ¡El cielo se está cayendo!

¿Cayéndosele a quién? No hay NADA en este paquete de “rescate” que baje el precio de la gasolina que debemos cargar en nuestros vehículos para ir al trabajo. NADA en esta iniciativa nos protegerá de perder nuestro hogar. NADA en esta iniciativa nos dará un seguro médico.

¿Seguro médico? Mike, ¿por qué hablas sobre ese tema? ¿Qué tiene que ver con el colapso de Wall Street?

Tiene mucho que ver. El supuesto “colapso” fue desencadenado por la moratoria y la pérdida de hogares de la gente con deudas hipotecarias.

¿Saben por qué tantos estadunidenses están perdiendo sus hogares? Los republicanos explicarían que se debe a que muchos idiotas de la clase trabajadora recibieron hipotecas que en realidad no podían pagar. Pero la verdad es ésta: la razón número uno por la cual la gente se declara en bancarrota es por el costo de sus cuentas médicas. Déjenme ponerlo de forma más simple: si tuviéramos un sistema universal de salud, esta crisis hipotecaria jamás habría sucedido.

El objetivo de este rescate es proteger la obscena acumulación de riqueza que ha sido amasada en los ocho años anteriores. Es para proteger a los accionistas que poseen y controlan a las corporaciones en Estados Unidos. Es para asegurarse que sus yates y mansiones y su “forma de vida” no sean interrumpidos mientras el resto de los estadunidenses sufren y luchan para pagar las cuentas. Dejemos que los ricos sufran al menos una vez. Que paguen el costo del rescate.

Estamos gastando 400 millones de dólares al día en la guerra de Irak.

¡Que acaben de una vez con la guerra y nos ahorraremos otro medio trillón de dólares!

Están protagonizando un golpe de Estado financiero en contra de nuestro país.

Esperan que el Congreso actúe rápido para evitar que piensen, antes de que tengamos la oportunidad de detenerlos. Así que dejen de leer esto y hagan algo ¡YA! Pueden poner manos a la obra de manera inmediata:

1. Llamen o envíen un correo al senador Barack Obama. Díganle que no necesita sentarse a ayudar a Bush y a Cheney y todo el desastre que han provocado. Díganle que tiene la inteligencia para detener el ritmo de los acontecimientos y encontrar cuál es el mejor camino a escoger. Digámosle que los ricos deben pagar por la ayuda que se les proporciona. Usemos la influencia que tenemos en estos momentos para insistir en una moratoria a todos los embargos e insistir en adoptar la cobertura universal de salud, y decirles que el pueblo necesita tomar las riendas de las decisiones económicas que afectan nuestras vidas, no a los barones de Wall Street.

2. Tomen las calles. Participen en cualquiera de las cientos de manifestaciones espontáneas que están brotando en todo el país (especialmente aquellas cerca de Wall Street y DC).

3. Llamen a sus representantes en el Congreso y en el Senado. Cuéntenles lo que le dijeron al senador Obama.

Cuando uno se equivoca en la vida, los errores se pagan en el infierno. Cada uno de ustedes que leen este texto, conocen esa lección elemental y ha pagado las consecuencias de sus actos en algún punto de su vida. En esta gran democracia no podemos permitir que exista un conjunto de reglas para la mayoría de los ciudadanos trabajadores y otras reglas para la elite, la cual, cuando se equivoca, recibe regalos en bandeja de plata. ¡No puede ser! ¡No de nuevo!

Suyo, Michael Moore

Los responsables de la crisis

También investiga a bancos que otorgaron créditos “maliciosos” y a los que negociaron esos títulos valores. Hasta ahora han formulado cargos penales contra 406 personas acusadas de maniobras fraudulentas para la concesión de créditos hipotecarios.

Pero los culpables de la debacle financiera usamericana no están únicamente en los bancos sino también en las instituciones gubernamentales donde los funcionarios públicos, por intereses personales o por razones ideológicas, no cumplieron su responsabilidad de regular y supervisar adecuadamente el mercado.

Dos de las principales entidades encargadas de la regulación financiera en Estados Unidos son el Departamento del Tesoro (Treasury Department) y la Securities and Exchange Commission, más conocida como SEC.

El Departamento del Tesoro es dirigido por el Secretario Henry M. Paulson, quien muestra como referencia una larga trayectoria en Goldman Sachs, una de las mayores corporaciones de inversiones del mundo, de la cual fue presidente por varios años. El subsecretario Robert M. Kimmitt también tiene un amplio historial previo como director de Lehman Brothers.

Una de las principales dependencias del Departamento del Tesoro (Domestic Finance), tiene como obligación “desarrollar las políticas, orientaciones y regulaciones para las instituciones financieras y los mercados de capital”. Dos de los más importantes funcionarios de esa oficina son Jeremiah Norton, subdirector, y Jeffrey Stoltzfoos, asesor principal. Tanto Norton como Stoltzfoos, antes de ocupar esos puestos fueron ejecutivos del banco J.P. Morgan y Merril Lynch, respectivamente.

¿Cómo entenderán y aplicarán la regulación y supervisión estas personas que vienen del mundo privado de las finanzas, que coyunturalmente tienen un puesto político en una institución del Estado encargada de regular a las empresas en las que ocuparon altos cargos y a las que posiblemente regresarán al concluir su tránsito por el gobierno?

Por su parte, la SEC tiene_ “la responsabilidad primordial de regular la industria de títulos valores y de hacer cumplir las leyes federales en esta materia”_. En 2002, cuando era presidida por Harvey Pitt se presentaron indicios de corrupción y de mano suave hacia las grandes corporaciones. Esto provocó su renuncia. En la actualidad el presidente de la Comisión es Christopher Cox, calificado como “amigo de las empresas y enemigo de imponer multas elevadas a las compañías que cometen fraudes en el mercado”. El candidato McCain ha amenazado con despedir a Cox y el propio inspector general de la SEC dijo que la institución “no ejecutó adecuadamente su misión de supervisar a Bear Stearns”

¿Es posible pensar en una verdadera regulación cuando reguladores y regulados comparten antecedentes, puntos de vista e intereses?

En Costa Rica lo hemos visto. Negociadores oficiales contratados por empresas transnacionales que se beneficiaron en la negociación. Jerarcas del gobierno que integran juntas directivas de empresas favorecidas por decisiones de su gestión pública.

La experiencia que se vive en Estados Unidos debe hacernos reflexionar. En nuestro país se están abriendo los mercado de seguros y de telecomunicaciones. ¿Podemos confiar en quienes están haciendo las normas para regular y supervisar esos mercados? O serán esas mismas personas las que mañana servirán como asesores y ejecutivos de las compañías que vendrán a aprovecharse de los portillos que queden abiertos en las leyes y los reglamentos.

Debemos estar vigilantes para evitarlo.

30/09/2008

Gobierno sin rumbo claro después del TLC

+Nota de Nuestro País

Encuesta completa en ARCHIVOS ADJUNTOS

ENCUESTA UCR
Costa Rica sin agenda política después de consulta del TLC

26 de Setiembre de 2008

San José (NP) – La mayoría de los costarricenses afirman que la agenda política de Costa Rica está vacía, tras el referéndum para aprobar el Tratado de Libre Comercio (TLC), con los Estados Unidos.

Así lo afirma la encuesta Estructuras de Opinión Pública 2008, realizada en junio anterior, por la Escuela de Matemáticas y el Centro de Investigaciones Matemáticas Puras y Aplicadas (CIMPA), de la Universidad de Costa Rica (UCR).

El Proyecto Estructuras de Opinión Pública ha realizado veintiuna
encuestas nacionales sobre las estructuras de opinión, de 1988 al 2008. Las encuestas se realizan sobre una muestra representativa de la
población nacional, usando el método de cuotas. Los tamaños de las
muestras varían de 1000 a 1500 individuos. Para el 2008 la muestra consta de mil entrevistas, lo que da un margen de error del 3%.

El resultado de la consulta, entregado el viernes del que Nuestro País ha
informado ampliamente, sostiene que 49,6% se pronunció favorable a la opinión de que no hay una agenda política después del referéndum del 7
de octubre del año anterior, mientras que el 24% dijo que sí.

Además, la mayoría (37,4%), considera que las negociaciones del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea no serán transparentes ante el pueblo, mientras 25,8% respondió que sí.

El director de la Encuesta, Jorge Poltronieri, explicó que cuando se le preguntó a la ciudadanía si la consulta del TLC reafirmó la democracia, el 44,4% consideró que no, pero el 38,3 % dijo lo contrario.

La consulta a cada uno de los entrevistados sobre si cambió la decisión de intención de voto días antes del referéndum y un 12, 6% respondió que sí, mientras un 85,8% respondió que no.

Presiones

Los que cambiaron su posición, justificaron su actitud de la siguiente
manera: un 3,7% dijo que por convencimiento del grupo contrario, un 2,1% por temor a quedar fuera del TLC, un 1,5% por temor a represalias de Estados Unidos, un 1,3% por temor a una debacle económica, un 0,3% por temor a represalias en el trabajo y por otras razones un 1,4%.

Ante la pregunta ¿antes del referéndum del TLC con Estados Unidos, usted o algún familiar fue acosado, forzado o recibió amenazas por parte de su patrono, compañeros de trabajo, sindicatos, cooperativistas, etc., para hacerlo cambiar el voto sobre el TLC?, un 86,7% respondió que no frente a un 9,6% que dijo que sí.

Entre las personas que respondieron que sí, la mayoría (3%) dijo que recibió presiones del patrono, un 2,5% de una organización social, un 1,4% de los compañeros de trabajo, un 0,7% de los sindicatos y un 4% de otros.

La mayoría de los costarricenses (54,8%) considera que el gobierno de
Estados Unidos, a través de sus representantes, voceros, políticos o medios de comunicación, influyó en los costarricenses para que votaran a favor del TLC. Un 38,5% de las personas encuestadas expresaron lo contrario.

El Tribunal Supremo de Elecciones salió bien parado del reto que implicó la organización del referéndum, ya que un 45,2% consideró que actuó de
manera imparcial y un 25% cree que fue parcial.

La hora de la alternativa

Seguramente no tendremos que llegar al límite de destrucción, descomposición y tragedia que vivieron diversos países latinoamericanos antes de las victorias populares, si el viraje necesario se produce, acumulando fuerzas desde la lucha diaria, en la próxima cita con las urnas.

Murió de éxito, podría ser finalmente el epitafio de una administración que paradójicamente cavó su sepultura en la campaña del TLC. Ganar echando mano de un plan maestro de la delincuencia política, fue celebrado hasta la impudicia, pero la mancha de la mentira y del deshonor quedó ahí, indeleble, y no ha hecho más que extenderse desde entonces. Incluso el eco bíblico de la culpa y del pecado parece perseguir al señor Arias y a sus cofrades.

El balance empieza a ser de liquidación y cierre del negocio por quiebra. Con la inflación más alta de la década y la crisis conjugándose en todas sus acepciones: financiera, alimentaria, ambiental, ética, política, son unos pocos los que todavía se siguen llenando los bolsillos, a costa del crecimiento de la desigualdad y de la pobreza.

La hora de la alternativa, que viene gestándose en un largo proceso de resistencia a las políticas neoliberales y de construcción de fuerzas sociales y políticas significativas para el cambio, ha llegado, pero no caerá como fruta madura. La alternativa se abrirá paso con ideas, con programa, pero fundamentalmente con voluntad, generosidad e inteligencia para la constitución de una fuerza política unitaria, en la que podamos encontrarnos todos los hombres y mujeres de nuestra patria que ya no aguantamos este estado de cosas.

La alternativa no es un simple cambio de gobierno, es un proyecto de transformación para construir una Costa Rica solidaria e incluyente, cuyo eje rector es el bien común y su objetivo es una patria en que quepamos todos y todas, naturaleza incluida. Un proceso en suma de larga duración, en el que la conquista del gobierno no es un fin en sí mismo, sino una herramienta necesaria para modificar por la vía democrática la correlación de fuerzas en presencia, a favor siempre de los explotados y de los excluidos. Por eso decimos que el viraje será a la izquierda o no será. Llegar al gobierno para seguir gestionando las mismas políticas neoliberales con algunos maquillajes, sería una traición a la misma idea de la alternativa.

Desde el Frente Amplio defendemos y promovemos la alternativa con diversos esfuerzos y planteamientos.

Estamos, en primer lugar, trabajando duramente por lograr la inscripción nacional del partido. Tenemos que cumplir exigencias que están en el Código Electoral. Estamos en desacuerdo con muchas de ellas, impuestas por el corrupto y moribundo bipartidismo, pero no estamos simplemente plegándonos a sus reglas del juego. Tratamos de convertir el proceso de inscripción, y lo estamos logrando, en un reto para la construcción de una fuerza política con fuerte arraigo en las luchas populares y con vínculos estrechos y solidarios con los movimientos sociales más combativos y consecuentes; es una construcción esencialmente desde abajo, a la que se han integrado ya cientos de compañeras y de compañeros con militancia política, social, cultural y ambiental. La presencia en la vida nacional de una fuerza política autónoma como la nuestra, con una clara vocación de izquierda democrática, patriótica y socialista, y con un indeclinable compromiso con el conjunto de fuerzas del trabajo y de la cultura, creemos que es una necesidad para avanzar sin claudicar, junto a todas las fuerzas patrióticas del país.

La construcción de nuestro partido no la vemos como antagónica con los esfuerzos por construir la más amplia unidad. Al contrario, la visualizamos como un esfuerzo complementario que enriquece la unidad en la diversidad. Es buena y necesaria la existencia de fuerzas políticas y sociales reales, consolidadas, que desde su autonomía entiendan la necesidad de construir y de habitar solidariamente una casa común. El Frente Amplio considera que esa casa común de las fuerzas patrióticas se levanta desde ideas, programas y luchas que se han venido articulando desde hace años y que se expresaron con extraordinaria vitalidad en toda la oposición al TLC. Electoralmente pensamos que la casa común puede tener la forma de coalición patriótica, en la que nos encontremos y nos unamos alrededor de un programa básico de gobierno y candidaturas comunes al menos para la presidencia de la República, partidos políticos, organizaciones sociales y ciudadanía independiente.

La coalición de fuerzas no será una fusión. Cada uno de sus partícipes mantiene su identidad, pero compartimos un espacio de articulación que nos permitirá unir fuerzas para luchar por la justicia y conquistar el gobierno en las próximas elecciones. Eso es posible y muy necesario y urgente, ante la crisis que vive el poder neoliberal en escala global, y también regional y nacional. Ese espacio de lucha, puede convertirse en el espacio de esperanza que reclama nuestro pueblo.

El Frente Amplio llama a sus militantes y amigos a redoblar los esfuerzos para culminar con éxito la inscripción nacional del partido. Necesitamos la ayuda de todos los compañeros y compañeras. No vamos a defraudar. Un Frente Amplio fuerte para la lucha y para la unidad, con vocación de resistencia y de alternativa. En eso estamos, un proyecto alternativo es un proyecto de justicia social, necesitamos unidad y fraternidad: si en la unidad radica nuestra fuerza, en la fraternidad está nuestro futuro.

COMITÉ COORDINADOR DEL PARTIDO FRENTE AMPLIO

San José, Costa Rica, 1 de octubre de 2008

El fin de una era del capitalismo financiero

El desplome de Wall Street es comparable, en la esfera financiera, a lo que representó, en el ámbito geopolítico, la caída del muro de Berlín. Un cambio de mundo y un giro copernicano. Lo afirma Paul Samuelson, premio Nobel de economía : «Esta debacle es para el capitalismo lo que la caída de la URSS fue para el comunismo.» Se termina el período abierto en 1981 con la fórmula de Ronald Reagan: «El Estado no es la solución, es el problema.» Durante treinta años, los fundamentalistas del mercado repitieron que éste siempre tenía razón, que la globalización era sinónimo de felicidad, y que el capitalismo financiero edificaba el paraíso terrenal para todos. Se equivocaron.

La «edad de oro» de Wall Street se acabó. Y también una etapa de exuberancia y despilfarro representada por una aristocracia de banqueros de inversión, «amos del universo» denunciados por Tom Wolfe en La Hoguera de las vanidades (1987). Poseídos por una lógica de rentabilidad a corto plazo. Por la búsqueda de beneficios exorbitantes.

Dispuestos a todo para sacar ganancias: ventas en corto abusivas, manipulaciones, invención de instrumentos opacos, titulización de activos, contratos de cobertura de riesgos, hedge funds… La fiebre del provecho fácil se contagió a todo el planeta. Los mercados se sobrecalentaron, alimentados por un exceso de financiación que facilitó el alza de los precios.

La globalización condujo la economía mundial a tomar la forma de una economía de papel, virtual, inmaterial. La esfera financiera llegó a representar más de 250 billones de euros, o sea seis veces el montante de la riqueza real mundial. Y de golpe, esa gigantesca «burbuja» reventó. El desastre es de dimensiones apocalípticas. Más de 200 mil millones de euros se han esfumado. La banca de inversión ha sido borrada del mapa. Las cinco mayores entidades se desmoronaron: Lehman Brothers en bancarrota; Bear Stearns comprado, con la ayuda de la Reserva Federal (Fed), por Morgan Chase; Merril Lynch adquirido por Bank of America; y los dos últimos, Goldman Sachs y Morgan Stanley (en parte comprado por el japonés Mitsubishi UFJ), reconvertidos en simples bancos comerciales.

Toda la cadena de funcionamiento del aparato financiero ha colapsado. No sólo la banca de inversión, sino los bancos centrales, los sistemas de regulación, los bancos comerciales, las cajas de ahorros, las compañías de seguros, las agencias de calificación de riesgos (Standard&Poors, Moody’s, Fitch) y hasta las auditorías contables (Deloitte, Ernst&Young, PwC).

El naufragio no puede sorprender a nadie. El escándalo de las «hipotecas basura» era sabido de todos. Igual que el exceso de liquidez orientado a la especulación, y la explosión delirante de los precios de la vivienda. Todo esto ha sido denunciado –en estas columnas – desde hace tiempo. Sin que nadie se inmutase. Porque el crimen beneficiaba a muchos. Y se siguió afirmando que la empresa privada y el mercado lo arreglaban todo.

La administración del Presidente George W. Bush ha tenido que renegar de ese principio y recurrir, masivamente, a la intervención del Estado. Las principales entidades de crédito inmobiliario, Fannie Mae y Freddy Mac, han sido nacionalizadas. También lo ha sido el American International Group (AIG), la mayor compañia de seguros del mundo. Y el Secretario del Tesoro, Henry Paulson (expresidente de la banca Goldman Sachs…) ha propuesto un plan de rescate de las acciones «tóxicas» procedentes de las «hipotecas basura» (subprime) por un valor de unos 500 mil millones de euros, que también adelantará el Estado, o sea los contribuyentes.

Prueba del fracaso del sistema, estas intervenciones del Estado –las mayores, en volumen, de la historia económica- demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad. Además, se confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas. Se hace pagar a los pobres las excentricidades irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso de que se nieguen a pagar, con empobrecerlos aún más.

Las autoridades norteamericanas acuden al rescate de los «banksters» (_«banquero gangster»_) a expensas de los ciudadanos. Hace unos meses, el Presidente Bush se negó a firmar una ley que ofrecía una cobertura médica a nueve millones de niños pobres por un costo de 4 mil millones de euros. Lo consideró un gasto inutil. Ahora, para salvar a los rufianes de Wall Street nada le parece suficiente. Socialismo para los ricos, y capitalismo salvaje para los pobres.

Este desastre ocurre en un momento de vacío teórico de las izquierdas. Las cuales no tienen «plan B» para sacar provecho del descalabro. En particular las de Europa, agarrotadas por el choque de la crisis. Cuando sería tiempo de refundación y de audacia.

¿Cuanto durará la crisis? «Veinte años si tenemos suerte, o menos de diez si las autoridades actúan con mano firme.» vaticina el editorialista neoliberal Martin Wolf (1). Si existiese una lógica política, este contexto debería favorecer la elección del demócrata Barack Obama (si no es asesinado) a la presidencia de Estados Unidos el 4 de noviembre próximo. Es probable que, como Franklin D. Roosevelt en 1930, el joven Presidente lance un nuevo «New Deal» basado en un neokeynesianismo que confirmará el retorno del Estado en la esfera económica. Y aportará por fin mayor justicia social a los ciudadanos. Se irá hacia un nuevo Bretton Woods. La etapa más salvaje e irracional de la globalización neoliberal habrá terminado.

Nota 1) Financial Times, Londres, 23 de septiembre de 2008
()* Ignacio Ramonet es periodista y fundador de ATTAC

La unidad patriótica y ciudadana

27 de Septiembre 2008

El asunto está puesto sobre la mesa. Desde hace meses es preocupación que agita la conciencia de la ciudadanía organizada, ansiosa de encontrar la fórmula que permita reconstruir la unidad que, en su momento, se gestó alrededor de la lucha contra el TLC. Cosa paradójica: tanto que lo deseamos y tan difícil que se nos ha hecho lograrla. El llamado de Eugenio Trejos recoge con notable fidelidad ese sentir. Pero, igual, siguen proliferando las objeciones.

1) Y, bueno, ¿qué pasa?

Repasemos. Tenemos el bagaje acumulado de una rica experiencia de organización y educación ciudadana desplegada a lo largo de la lucha contra el TLC. Aunque algo disminuida, esa organización sigue viva y palpitante. Tenemos, también, una inquietud que, cada vez más clara, echa raíces: la de reconstruir la unidad del movimiento progresista y potenciarlo como una alternativa viable frente al neoliberalismo.

Son parte de estas fuerzas progresistas los comités patrióticos, las organizaciones ambientalistas, comunales, de mujeres, de diversidad sexual, de jóvenes, las cooperativas, los sindicatos, los académicos, las organizaciones de artistas o de agricultores. También los partidos y organizaciones políticas que enarbolan un ideario progresista: el Frente Amplio, el Frente Socialdemócrata, la Alianza Patriótica y otras organizaciones. Se supone que también el PAC.

En el terreno de la oposición al neoliberalismo, el PAC es obviamente el partido más grande y el mejor organizado Además su programa resulta relativamente progresista en lo económico, aunque se queda algo corto en lo político, social y cultural. En todo caso, resulta difícil pensar la unidad patriótica sin el PAC.

Pero esto tiene cierta similitud con una relación de pareja. O ambos quieren o la cosa no funciona. Y parece que, en general, el PAC se mantiene remiso frente a la posibilidad de abrirse a un proceso de diálogo mediante el cual construir esa alianza amplia, a la vez político-partidaria y cívico-ciudadana.

A lo que sé, y hasta donde me consta, este partido ha dado dos respuestas:

• la unidad debe construirse al interior del PAC: por ser el partido más grande, los demás partidos y organizaciones ciudadanas deberían colocarse, sin más trámite, bajo su paraguas.

• el PAC solo dialoga y negocia con sus iguales. En una interpretación extrema esto implicaría una cosa: el PAC no dialogará con nadie; unos porque son partidos más pequeños (no son sus iguales); otros porque no son partidos (tampoco son iguales).

La primera de estas respuestas lleva implícito un supuesto muy fuerte: la de que el PAC realmente tiene poder de convocatoria para generar ese consenso de voluntades a su alrededor. Eso es completamente irreal y es fácil demostrarlo. Pero, además, sale de aquí una conclusión preocupante: la de que el PAC no tiene ni la humildad ni el desprendimiento necesarios para establecer procesos de diálogo respetuoso con otras organizaciones, tanto ciudadanas como políticas o partidarias. La segunda de las respuestas enumeradas, simplemente reafirmaría incluso con mucha crudeza tal conclusión.

2) ¿Cuáles son las posibilidades reales del PAC?

Pareciera, pues, que el PAC quiere caminar solo. Su capacidad de innovación de la política que tuvo un impacto considerable en 2002 ha quedado ya totalmente sobrepasada. Después de la luminosa gesta ciudadana de lucha contra el TLC, y con el acervo de educación política y madurez ciudadana atesorado al cabo de ese proceso, los elementos de novedad aportados por este partido su relativa austeridad, sus llamados encuentros ciudadanos, la intención de hacer campaña de ideas, etc. devienen propuestas muy limitadas.

Una alianza progresista es cosa mucho más rica. Se basa en la implicación ciudadana directa, libre y autónoma. Aporta, entonces, el poder de innovación, propuesta y movilización de esa ciudadanía organizada, pero, por ello mismo, exige de los partidos participantes un replanteamiento profundo en sus concepciones políticas y en su praxis. Implica un esfuerzo sustantivo por reinventar la política y, por esa vía, reinventar la democracia, y abrirse y llevar adelante un proyecto político que transforme a profundidad este país nuestro.

Por su parte, el propósito del PAC de avanzar solo, plantea dos preguntas de crucial importancia.

La primera: ¿Realmente el PAC puede ganar las elecciones librado tan solo a sus posibilidades? Contesto con la siguiente hipótesis: en general, creo que el PAC no está en capacidad de enfrentar por sí solo, en el terreno electoral, la poderosa maquinaria de la oligarquía, pero admito que podría darse alguna muy inusual combinación de factores que hagan factible su triunfo. Abundante evidencia se acumula a favor de la tesis de que la oligarquía está efectivamente dividida. Supongamos que la alianza intra-oligárquica no logra recomponerse y la división se mantiene hasta el proceso eleccionario. Agreguemos un contexto de crisis económica y descontento social agudizado. Imaginemos que tampoco se logra fraguar una unidad patriótica al margen del PAC. Sumemos el supuesto de que el PAC hace muy bien las cosas al punto de lograr atraer cierto apoyo del mismo movimiento ciudadano con el que actualmente se niega a dialogar. Quizá entonces podría ganar. Pero hasta en el mejor de los casos será un triunfo muy frágil, sin mayoría legislativa, justo porque el movimiento social progresista fragmentará su voto para diputados, aun si generosamente decide votar por el PAC para presidente bajo el criterio una vez más del menos malo.

La segunda pregunta: supuesto que el PAC pudiese ganar ¿podría gobernar y lograr cambios de alguna significación teniendo que gobernar solo? Si antes admití alguna posibilidad a su favor, en este segundo caso la descarto por completo. Para empezar, el solo triunfo electoral del PAC actuaría, inmediatamente, como factor de cohesión de las oligarquías. Y de ahí en adelante, cada intento por gobernar con un mínimo de compromiso progresista sería bombardeado sistemáticamente desde todas las atalayas del poder oligárquico. Ha quedado bien demostrada, tan solo para poner un ejemplo, la fragilidad del PAC frente a la opinión que vierten la prensa comercial. ¿Se imaginan ustedes a un gobierno del PAC enfrentado a las corporaciones mediáticas, las cámaras empresariales, la embajada gringa, las ONG de la derecha…? Sencillísimo: o hace lo que ellos exigen o se lo traen abajo.

Los colosales recursos de poder que maneja la oligarquía, constituyen un hecho fundamental y absolutamente contundente que aconseja construir una amplia alianza social. Porque, entre otras, uno de los objetivos de esa alianza será crear contrapoderes, así como nuevos espacios e instrumentos de poder, para desafiar, con alguna posibilidad de éxito, a la oligarquía. Para lograrlo es necesario implicar a todos los partidos progresistas, pero en el entendido de que la base esencial de esta alianza la proporciona la ciudadanía organizada.

Todavía hay tiempo para que el PAC recapacite. Tiene la palabra.

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Unidad Patriótica y Ciudadana… una vez más

Luis Paulino Vargas Solís
29 de Septiembre 2008

¿Quién llevó adelante la lucha contra el TLC con Estados Unidos? ¿Quién enfrentó, palmo a palmo, el poder colosal de la más formidable y monolítica coalición oligárquica que Costa Rica ha conocido en su historia? ¿Quién inventó un millón de formas distintas para enfrentar ese poder, romper el bloqueo a la información, crear nuevas formas organizativas, nuevas vías para coordinarse y cooperar, nuevas posibilidades para la educación popular y la participación ciudadana? ¿Quién, finalmente, puso en jaque a esa monstruosa coalición oligárquica?

¿Fueron acaso los partidos políticos? ¿Fue, quizá, un partido político en lo particular? ¿Acaso el “más grande” y el “mejor organizado” de tales partidos opuestos al neoliberalismo?

Dejémonos de vainas. En toda esa lucha los partidos incluso el más grande jugaron un papel tan importante como el de muchas, muchas otras organizaciones de otro tipo. No menos pero tampoco más. Sus dirigentes aportaron tanto como cualquier otro dirigente, dentro de un movimiento que gestó por sí mismo, en forma dinámica y creativa, sus propios liderazgos.

La verdad es que esa lucha la hizo la ciudadanía organizada, es decir, el sector líder del pueblo de Costa Rica. Una ciudadanía que se dejó de pendejaditas de centros indefinibles y nublados del día por aclarar. Se echó al hombro la lucha con convicción y coraje, para defender un proyecto de país, una aspiración de democracia, de justicia, soberanía y participación.

Entender esto y, a la par, entender la tremenda magnitud del poder que concentra la oligarquía, es indispensable para, a su vez, entender la importancia de la unidad patriótica y ciudadana con base en la cual enfrentar las elecciones de 2010 y, mucho más importante, avanzar con firmeza en el proceso de reconstrucción, saneamiento y transformación de la sociedad costarricense.

En esta unidad los partidos han de jugar un papel importante, puesto que les compete ser las estructuras formales por cuyo medio participar en las elecciones y elegir representantes y responsables de los asuntos públicos. Pero los partidos no tendrán a su disposición más que unas muy limitadas posibilidades, si no cuentan con la base social necesaria. Y esta base social no la tiene ningún partido, como tampoco ningún partido posee, por sí solo, la capacidad para convocar y movilizar a su favor la fuerza de la ciudadanía organizada, sin la cual esa base social simplemente deja de existir. Pretender lo contrario es tan solo un fútil ejercicio de voluntarismo sin fundamento.

En general, esa ciudadanía organizada de Costa Rica no le va a dar un cheque en blanco a ningún partido ¿Por qué cuesta tanto entender eso tan básico?

Para enfrentar a la oligarquía con alguna posibilidad de éxito es necesaria la coalición de los distintos partidos. Claro que sí. De paso, esa coalición debería construirse con base en mucho diálogo y, por supuesto, respetando las diferencias, incluyendo el hecho evidente de que hay un partido que, efectivamente (nadie lo niega), es el más grande y organizado. Pero, la verdad, la coalición de partidos, con todo y ser un buen avance, es tan solo un primer paso.

El detalle realmente clave es lograr reconstruir la unidad del movimiento ciudadano y poner así en marcha, de nuevo, todo su potencial creativo, de movilización, educación, información, propuesta y transformación.

Es obvio que nadie por sí solo representa ni puede hablar a nombre del conjunto del movimiento ciudadano, toda vez que éste es diverso, autónomo y descentralizado. De lo que se trata es de generar las propuestas y motivaciones que lo aglutinen y movilicen nuevamente. Ahí los partidos coaligados, en diálogo abierto con organizaciones y representantes ciudadanos, pueden gestar mensajes que convoquen.

Creo que tres elementos son aquí importantes:

• La realización de una amplia convención nacional patriótica para la elección de candidatos y candidatas. Deberá ser un proceso de gran altura, sobrio y austero; asentado en el debate inteligente y respetuoso; basado en mecanismos totalmente democráticos, transparentes y participativos, verdaderamente innovadores.

• La formulación consensuada de un programa básico que recoja las grandes aspiraciones compartidas, las cuales, dichosamente, son realmente muchas.

• La apertura, a nivel nacional, de un proceso muy amplio y participativo de debate y reflexión, que permitan enriquecer ese programa.

Nada de esto es fácil. Exige posponer aspiraciones y ambiciones personales; someterlas al veredicto popular y, por supuesto dialogar con mucha amplitud y respeto a fin de establecer los acuerdos programáticos básicos.

Y si algún partido acaso el más grande y organizado decide no participar de este proceso ¿Qué hacer entonces? Pues que le vaya bien, aunque así solito no ha de llegar muy lejos. Por nuestra parte, sigamos adelante en el proceso de construcción de nuestro proyecto unitario. Puede que, entonces, 2010 no sea el momento para nuestra revolución pacífica y democrática. Aunque sea algo más tarde, esa revolución llegará. Pero para eso es indispensable consolidar nuestra unidad patriótica y ciudadana.

La Cámara de Representantes le dijo NO a Bush

Los mercados en Wall Street comenzaron a desplomarse incluso antes que la cámara baja del Capitolio rechazara la ley por 228 votos contra 205, en medio de la mayor crisis financiera en Estados Unidos desde la Gran Depresión, en 1929, y a cinco semanas de las elecciones presidenciales y parlamentarias.

Pese a las presiones de los líderes de sus partidos, muchos legisladores del oficialismo republicano y de la oposición demócrata no se mostraron dispuestos a dar el sí al impopular proyecto y correr así el riesgo de sufrir un voto castigo el próximo 4 de noviembre, según estimaron analistas.

El plan había sido respaldado, con reservas, por los candidatos presidenciales y senadores demócrata, Barack Obama, y republicano, John McCain.

Más de dos tercios de los republicanos y un 40 por ciento de los demócratas votaron contra la norma, pese a que líderes de ambos bloques habían anunciado ayer un principio de acuerdo para aprobar hoy la ley después de más de una semana de arduas negociaciones.

El proyecto, que preveía la mayor intervención estatal de Washington en los mercados en casi un siglo, hubiera otorgado al gobierno manejo casi ilimitado de 700.000 millones de dólares para comprar la “deuda tóxica” de instituciones bancarias afectadas por crisis de los préstamos inmobiliarios de alto riesgo.

La pregunta entre los legisladores en Washington era qué pasos seguir ahora. El Congreso tenía pensado llamar a un receso para que los representantes puedan volver a sus circunscripciones a hacer campaña, pero no quedó inmediatamente claro si los líderes de los partidos les pedirán quedarse en Washington.

Un vocero de la Casa Blanca dijo que Bush estaba “muy decepcionado”, según informó la cadena de noticias CNN.

“No hay duda de que el país enfrenta una crisis difícil que necesita afrontarse”, dijo el portavoz Tony Fratto, quien agregó que el mandatario se reunirá con su equipo más tarde “para determinar los siguientes pasos”.

“Obviamente que estamos muy decepcionados por este resultado”, dijo Fratto a periodistas. Bush en persona había pedido esta mañana la aprobación urgente del paquete, en su enésima aparición pública desde que comenzó la catarata de quiebra de bancos y desplomes bursátiles que de Estados Unidos se propagó a todo el mundo.

“El Congreso debe enviar una señal firme a los mercados aprobando el proyecto”, dijo el mandatario en su infructuosa exhortación en cadena nacional desde la Casa Blanca. según informó la cadena de noticias CNN.

Fuente: Página 12, Argentina

Ecuador: Ganó con su Carta Magna

Rafael Correa logró su promesa. La Constitución promovida por el presidente ecuatoriano desde su campaña electoral se impuso en el referéndum de ayer con un margen ampliamente superior al que predecían las encuestas previas, según sondeos de boca de urna. “Hoy Ecuador ha decidido un nuevo país, las viejas estructuras fueron derrotadas. Esta es la confirmación de esa Revolución Ciudadana que ofrecimos al pueblo en el año 2006”, sostuvo el mandatario. En tanto, el líder de la campaña por el No y alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, reconoció el triunfo del oficialismo y dijo estar abierto al diálogo.

“Ha triunfado aplastantemente la nueva Constitución. Es un momento histórico que trasciende por mucho a las personas que hemos estado más visibles en este proceso que es de todo un pueblo”, dijo Correa desde Guayaquil, visiblemente emocionado, tras hacer un llamado a la unidad del país. Con la votación de ayer, el mandatario se anotó la tercera victoria electoral desde que asumió la presidencia en enero de 2007.

Para ser aprobada, la nueva Constitución requería de la mitad más uno de los votos de los 9,7 millones de ecuatorianos que estaban habilitados para votar. Y la traspasó con resto. Según un sondeo realizado por la empresa Cedatos, el Sí alcanzó el 66,4 por ciento a nivel nacional, mientras que para la consultora SP la aprobación fue del 70 por ciento y del 63 por ciento para Participación Ciudadana. Las tres encuestadoras atribuyeron al No entre el 25 y el 29 por ciento de los sufragios, mientras que los votos nulos y blancos rondaron entre el 1 y el 7 por ciento. Desde el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tenían previsto difundir los datos oficiales de al menos el 50 por ciento de los votos a última hora de ayer. El resto de los resultados se conocerá hoy.

La votación marcó la sanción de la vigésima Carta Magna en la historia de Ecuador. El nuevo texto refuerza el papel del Estado en la economía, desarrolla mecanismos de participación directa y reserva al sector estatal el manejo de los recursos naturales. Además, se concibe como instrumento político para la instalación de un nuevo modelo económico y de desarrollo, bajo las pautas del llamado “socialismo del siglo XXI” (ver aparte). El próximo paso previsto en la Constitución será convocar elecciones legislativas y presidenciales. Correa podrá volver a ser candidato y hasta aspirar a la reelección cuatro años después, sin que se le computen el año y 10 meses que lleva en el gobierno.

Pese a haber logrado más votos, los números no le alcanzaron al oficialismo para llegar a más del 50 por ciento en Guayaquil, bastión de la oposición. Si bien por la mañana se había mostrado seguro sobre el triunfo del No en su ciudad, Nebot reconoció el triunfo del presidente. “El (Correa) ha hecho una propuesta, su partido ha hecho una propuesta, que es la que acaba de triunfar, y yo respeto ese triunfo”, declaró a la televisión local Teleamazonas. El alcalde opositor hizo esas declaraciones después de que Correa, tras conocer los resultados de boca de urna, abriese la posibilidad de dialogar con él. “Soy un hombre civilizado”, aclaró Nebot, y dijo que si lo invitan está abierto al diálogo.

Durante la campaña el alcalde había criticado con dureza el texto constitucional, argumentando que su aprobación debilitaría las autonomías de las ciudades y la descentralización. Por su parte, Correa venía sosteniendo que un revés en Guayaquil convertiría a la ciudad en un “foco de permanente desestabilización”, al que había comparado con la boliviana Santa Cruz.

Apenas unos minutos después de las 17 hora local, el TSE dio por clausurados los comicios y difundió una breve evaluación en la que afirmó que la consulta se desarrolló sin que se registraran disturbios. Durante el día varias misiones extranjeras de observadores habían hecho comentarios similares. “Es una votación normal, como ha ocurrido en los anteriores procesos electorales en Ecuador. Es muy buena la organización con que nos hemos encontrado. Hay mayores desarrollos tecnológicos para certificar la autenticidad del voto y asegurar el escrutinio”, aseguró el jefe de la delegación de la OEA, el chileno Enrique Correa.

Temprano por la mañana, en medio de un importante operativo de seguridad y de los vítores de sus seguidores, Correa votó en un colegio en Quito. Vestido con su ya clásica camisa de cuello alto con motivos indígenas, el mandatario aseguró que la eventual victoria del Sí implicaría un triunfo de todo el país antes que de su gobierno. “Lo más importante es que se vive una democracia plena, que el pueblo toma en sus manos su propio destino, su futuro”, sostuvo.

Tras abrir la jornada electoral, el presidente se comprometió a respetar y hacer respetar los resultados de la consulta. “Serán una orden que cumpliremos con responsabilidad histórica”, dijo. Y subrayó que en estos comicios no se vota a favor o en contra de un gobierno o de un alcalde. “La decisión de hoy definirá el modelo de sociedad en que viviremos los ecuatorianos”, sentenció.

Notoriamente contento y relajado, con la seguridad de que las encuestas previas le auguraban una victoria cercana al 60 por ciento, el mandatario llamó a la población a tener una jornada en paz y en orden. Luego, flanqueado por el vicepresidente, Lenin Moreno, y varios ministros, se fue a esperar los resultados a Guayaquil, su ciudad natal.

Durante la jornada electoral la Policía movilizó alrededor de 30 mil efectivos por todo el territorio nacional, para resguardar los exteriores de los colegios electorales. Para vigilar el interior y custodiar las urnas, las Fuerzas Armadas asignaron a 28 mil soldados. Pero no fueron los únicos que vigilaron. Más de dos mil personas controlaron el desarrollo del referéndum como integrantes de la docena de misiones de observación electoral de organismos nacionales o extranjeros.