La mutilación genital femenina sigue siendo una práctica habitual para más de 70 millones de mujeres en el mundo. Además de África y el Yemen, cuya población femenina es la más vulnerable, las cifras de mujeres circuncidadas están aumentando también en Europa, Australia, Canadá y los Estados Unidos, a causa de la inmigración procedente de África y Asia Sud-occidental.
La también conocida como ablación, supone la extirpación total o parcial de los genitales externos de las niñas, que padecerán durante toda su vida problemas de salud irreversibles. Esta práctica está radicalmente conectada con la situación de discriminación y desigualdad que vive la mujer a nivel mundial.