El próximo 22 de octubre, la Caja Costarricense de Seguro Social estará cumpliendo 70 años. La Caja, como popularmente la conocemos, es una institución emblemática del Estado democrático costarricense, que desafortunadamente es cada vez menos democrático y menos social.
Las políticas de ajuste y neoliberales que han promovido los últimos gobiernos, han tenido un fuerte impacto en las políticas públicas de salud, educación, transporte, vivienda, inversión social, entre otras.
La Caja no ha sido nada ajena a esas exigencias neoliberales, que a pesar de la autonomía que tiene constitucionalmente reconocida, el Gobierno de la República entroniza sus políticas neoliberales a merced de la Presidencia Ejecutiva de la Junta Directiva -de nombramiento del Consejo de Gobierno – y la complicidad de los demás miembros de esa Junta, que se alinean y convierten en cadenas de transmisión gubernamental.
La intervención política tiene secuestrada la autonomía institucional, que es una de las primeras acciones que nos corresponde realizar, de manera inmediata: rescatar efectivamente la autonomía, lo cual haremos como sea.
El secuestro de la autonomía, el nombramiento de los gerentes con base en criterios político- partidarios, la corrupción que carcome la institución, los carteles que hacen sus negocios con la compra de medicamentos y servicios, las exorbitantes e impagables deudas de los patronos públicos y privados, encabezados por el Estado, son todos factores que tienen a la Caja en una situación de grave y profunda crisis, como nunca antes en los 70 años que tiene la institución.
La Junta Directiva lanzó una cortina de humo solicitando a todo el cuerpo gerencial su renuncia. Todos hemos entendido que con esta mediática y “_profiláctica_” medida, se tratar de desviar la atención, para tratar de salvar olímpicamente la propia responsabilidad que tiene esa Junta, las anteriores y los diferentes gobiernos de turno, incluìda la Administración actual.
La Junta Directiva de la Caja, asesorada desde Casa Presidencial, ofende la inteligencia del pueblo si cree que de esa manera nos tragaremos el anzuelo. Poco a poco, vamos entendiendo quienes son los verdaderos autores y responsables de la crisis, que desde afuera de la Caja y dentro de la propia institución, están urdiendo contra-reformas neoliberales, para tratar de quebrar, definitivamente, una de las instituciones sagradas de nuestro país.
Ya no creemos en comisiones de técnicos iluminados ensambladas en Zapote, en comisiones legislativas, que ya sabemos la leche que dan. Las promesas de los políticos sencillamente nos tienen hastiados.
¿Quién en nuestro país no está indignado por la ingrata suerte que está pasando la Seguridad Social? No hay un solo ciudadano (a) honesto que no esté indignado.
Porque somos muchos más los indignados, que los políticos y socios del cartel que se frotan las manos con la crisis –provocada- de la Caja y que no estamos dispuestos, ni vamos a permitir que se sacrifique más la salud y el bienestar del pueblo, estamos convocando a un Campamento que se realizará el 21 y 22 de este mes de octubre, en la Plaza de la Seguridad Social.
En este Campamento nos reuniremos y participaremos todas las personas y organizaciones sociales, comunales, campesinas, trabajadores, que estamos llenos de coraje por lo que le está pasando a nuestra querida institución. En el Campamento manifestaremos nuestro repudio a los políticos y asumiremos el compromiso de luchar por la defensa y rescate de la seguridad social.
El Campamento lleva el nombre del poeta costarricense porque su obra comprometida nos marca el camino de la lucha y la transformación social y porque Debravo fue un insigne trabajador de la Caja.