Al respecto la ANEP desea compartir con la honesta y digna población trabajadora de A y A, nuestra primera reacción al respecto. Con especial énfasis, queremos que la membresía anepista de A y A conozca nuestro pensamiento en esta especial situación.
En primer lugar hay que denunciar que la famosa crisis es culpa del modelo neoliberal mundial. En otras palabras, los grandes y codiciosos ricos fueron los culpables; pero, quienes pagaremos la crisis seremos los que no tenemos culpa de ello, los trabajadores, las trabajadoras y nuestras familias.
En segundo lugar, el señor Presidente Ejecutivo dijo a la prensa que había informado a los sindicatos en forma personal, de que tales medidas se impondrían. Al respecto es necesario aclarar que ANEP nunca fue invitada para una exposición de esas medidas, ni tampoco informada previamente por parte de la presidencia de A y A. Por tanto, el señor Sancho miente.
En tercer lugar, los trabajadores y las trabajadoras, así como sus organizaciones laborales somos parte fundamental del instituto. Día a día nos esforzamos por cumplir con el deber patriótico de ser los garantes de un recurso vital tan importante como lo es el agua, y así lograr que el pueblo goce de este servicio. Sin embargo, ante la supuesta crisis, en las determinaciones que se llevan adelante nunca se consideró el criterio de los trabajadores; pero, eso sí, nos piden que nos apretemos el cinturón en estos momentos de crisis, como si ya no lo tuviéramos bien apretado.
Responsablemente, la ANEP ve con buenos ojos aquellas medidas que potencialicen la labor que realizan todos los trabajadores, siempre y cuando sean racionales y no atenten contra los derechos y la justicia que deben tener la digna población laboral del A y A. Es por lo anterior que nos llena de dudas medidas como la variación de horario de ingreso y salida ya que, en nuestro criterio, no soluciona ni beneficia alguna labor que realice la Institución; por el contrario, generarán más presas y, consecuentemente, atrasos a la hora del ingreso al trabajo.
Por otra parte, estamos seguros del compromiso institucional de los trabajadores del A y A. No obstante la crisis nos encuentra en crisis. Mientras en otras instituciones públicas los salarios promedios permiten de alguna forma subsistir, nuestros salarios, aun con el nuevo manual de puestos, se encuentran por debajo del promedio salarial de otras instituciones públicas. Es más, en muchos casos e ilegalmente, ni siquiera llegamos a la par de los salarios mínimos establecidos. Es por ello que los trabajadores del AYA se encuentran en crisis dentro de la crisis.
Así entonces, el pasado martes 3 de febrero hicimos entrega formal a la Junta Directiva del A y A de la apelación a las bases salariales.
Esperamos una repuesta positiva y de no ser de esa manera, nos arrogamos el derecho de utilizar las formas de luchas necesarias para lograr las justas y legales bases salariales.
Como hemos señalado, algunas medidas las observamos positivamente, pero queremos aportar algunas otras que también generarían ahorro a la institución:
1- Reducir las consultorías a solamente aquellas estrictamente necesarias.
2- Suspender los viajes al exterior hasta lograr salir de la presente crisis.
3- Exigir el pago inmediato al Ministerio de Hacienda de la deuda de cuatro millones de dólares que mantiene con la institución.
4- Suspender la partida de gastos de representación.
5- Analizar racionalmente aquellos proyectos en donde el A y A invertiría. (Recordemos la catastrófica experiencia del acueducto de Sardinal que esperemos que no se repita).
Compañeros y compañeras del A y A: La crisis no es más que el robo de los grandes banqueros mundiales; y, en muchos casos, de los ricos nacionales que al amparo de medidas ilegales como la pretendida reducción del 50% de nuestros salarios y flexibilidad laboral nos la cargan. Exijamos que la responsabilidad recaiga sobre los culpables y no sobre el pueblo trabajador.
Por último les recordamos que sólo la organización y la movilización de los trabajadores es garantía de triunfo. Por ello, el próximo 17 de febrero debemos hacer sentir nuestra voz cuando se negocie la equiparación salarial para el sector no profesional en el Ministerio de Trabajo. Unidos lograremos que se nos haga justicia.