Semanario Universidad
Javier Córdoba Morales
Redactor
La Iglesia Luterana de Costa Rica (ILCO) celebró recientemente la consagración de su primer obispo, designación que recayó en el teólogo y sociólogo Melvin Jiménez, un evento de suma importancia para este movimiento.
Jiménez fue figura activa en la lucha del movimiento social contra el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, y ahora como obispo, analizó para UNIVERSIDAD algunos detalles de su designación, así como grandes temas que relacionan a los grupos religiosos con la actualidad nacional e internacional.
La Iglesia Luterana es el primer grupo protestante que surgió de la “Reforma” planteada por Martín Lutero hace poco más de 500 años; mientras que su presencia activa en Costa Rica data de la década de 1940.
¿Qué caracteriza a la Iglesia Luterana de entre otros grupos religiosos?
-La obra luterana se ha caracterizado por no tener una preocupación por hacer adeptos sino por servir. Hay dos concepciones básicas: todo luterano cree que si Dios ha hecho algo en su vida por amor, debe hacerlo a los demás. De ahí el trabajo que nuestra iglesia hace con campesinos, indígenas, migrantes, etc; es decir, un trabajo de derechos humanos.
Es una iglesia abierta para quien quiera celebrar, litúrgicamente, es muy similar a la de la Iglesia Católica, porque Lutero nunca quiso separarse de la Iglesia Católica; lo que Lutero promovió fue un movimiento de reforma, fueron otros intereses teológicos y políticos los que propiciaron la separación.
¿Cómo se da su designación como primer obispo luterano?
-Nuestra asamblea se constituye con delegados de las congregaciones y misiones, no es una iglesia que definen los pastores, sino los laicos junto a los pastores que toman las decisiones de la vida de la iglesia. Esta asamblea decidió que había un desarrollo de la obra en Costa Rica, y que se necesitaba una persona que fuera el que supervisara, acompañara y fuera voz de esa obra. Hace varios años se abrió el proceso de reestructuración, y en octubre pasado se tomó la decisión de que la iglesia tenga un obispo, lo cual recayó sobre mi persona.
Vimos a la ILCO y a usted particularmente, muy activos en la lucha contra el TLC con Estados Unidos, ¿cómo ven los luteranos este tipo de tratados?
-Para nosotros cualquier tratado, no solo este en particular, debe ser un instrumento promotor de justicia; y sobre todo para aquellos que son más desfavorecidos. Lo que sucede es que los mismos especialistas de los tratados, tanto con Estados Unidos como con Europa, reconocen que hay perdedores en un tratado y nosotros sostuvimos siempre que así como Jesús abandona a las 99 ovejas por proteger a una que está perdida, no podíamos estar a favor de un tratado que nunca diseñó cómo iba a crear medidas que ayuden a superar las grandes injusticias y desventajas que muchos sectores van a sufrir.
Igual ahora estamos en estudio del tratado con la Unión Europea, nos preocupa que los acuerdos comerciales sean firmados con la amplia participación de los grupos políticos y empresariales más poderosos, y la poca participación de los grupos más desfavorecidos.
¿Qué piensa de la posición de la jerarquía de la Iglesia Católica sobre el TLC?
– Nosotros hemos sido muy críticos, porque las iglesias debemos estar con posición de ser solidarios, de ser acompañantes y ser soporte de los más necesitados. Cuestionamos mucho la posición de la Iglesia Católica, que en un primer momento fue muy positiva en las pastorales sociales, pero luego se entrabó y cayeron en un silencio; el cual por suerte rompieron los obispos eméritos, diciendo “también somos parte de la iglesia”.
¿Cómo es la participación de la mujer en la Iglesia Luterana?
– Tanto los obispos como los pastores y pastoras nos casamos y tenemos iguales posibilidad de asumir el ministerio. Incluso nuestra Iglesia tiene una política muy fuerte en materia de género y por eso, muchos de nuestros programas están profundamente dirigidas a elevar la capacidad productiva, organizativa e intelectual de las mujeres, porque no se trata solamente de decir que se puede ordenar mujeres sino de qué condiciones les damos, sabiendo que hay una doble o triple explotación de las mujeres en la sociedad.
¿Si los sacerdotes se casaran bajarían los casos de abusos sexuales?
– La estructura sacerdotal no es diferente al resto de la sociedad, el cual tiene abusadores y tiene gente que se aprovecha de la misma estructura. Creo que si la Iglesia Católica quitara la obligación del celibato, daría un elemento de mayor estabilidad y mayor permanencia en el tiempo de muchos sacerdotes. Hay una gran cantidad de sacerdotes que se salen de él, amando el ministerio, y no por abusos o problemas, sino porque sienten que llegó el momento en que ellos quieren compartir la vida con una pareja.
La reciente visita de Benedicto XVI a Estados Unidos, el tema de los abusos fue importante. ¿Cómo analiza esta reacción del Papa?
– Me pareció muy atinado que no lo escondiera, que se reuniera con las víctimas, que reconociera el abuso. Ahora, en la Iglesia Luterana también ha habido abusos, pero hay una estructura en la que la víctima va a un proceso en el que se comprueba que fue abusado y la iglesia queda comprometida con la víctima en un acompañamiento psicológico y pastoral, y también económico como lo determinen las leyes civiles. Pero me parece un paso importante del Papa.
Las iglesias tienen peso importante en la educación sexual; ¿Cuál es la postura de ustedes?
– Nosotros tenemos una política muy fuerte de educación sexual. Nosotros creemos que el condón es un derecho humano, ahí discrepamos con otras iglesias, porque creemos que son decisiones humanas que salvan vidas, que evitan problemas y que la persona tiene que estar madura para tomar esa decisión.
Algunos analistas piensan que esta visita del Papa a Estados Unidos no es solo pastoral, sino que llegó a fortalecer la imagen de la administración Bush y del Partido Republicano de cara a los procesos electorales, sobre todo para atraer el voto hispano. ¿Usted cómo analiza esta visita?
– Es muy difícil leer la visita de un Papa en una coyuntura solo política. En cualquier contexto las visitas tienen su matiz político, pero hay temas cruciales que no son tan sencillos. Por ejemplo, el tema de los abusos sexuales y que el Papa haya visitado a las víctimas no es tan asimilable para el voto de los republicanos. El tema de las Naciones Unidas, cuando el Papa hace un llamado para que no se intervenga en el mundo fuera del consenso de las Naciones Unidas, este es un tema clave que nadie ha querido cargar en los últimos ocho o diez años; es muy difícil hablar así en esta coyuntura, diciendo “cuidado con meterse en la locura de otra guerra”. Uno podría decir que se atrae el voto hispano, pero hay que ser más amplio en el análisis…
¿Cómo analiza la elección del exobispo católico Fernando Lugo en Paraguay como presidente?
– Con mucha alegría, no solo por ser obispo, sino por el proceso que vivió el pueblo paraguayo. Lo más interesante de Lugo es que no es un candidatura que sale de arriba, es una candidatura que sale del movimiento social y de pronto es llamado como figura necesaria para el proceso de cambio en Paraguay.
Me agradó mucho, un concepto que ha expresado cuando dice “ahora Paraguay es mi parroquia”, pues indica que está en otra dimensión del ministerio; lo que quiere decir que los cristianos, obispos o no, tenemos una función que cumplir desde donde estemos, si queremos practicar el amor de Dios, no solo hay que hacerlo solo en la Iglesia.
¿Qué piensa de la labor del diputado evangélico Guyón Masey?
– Me preocupa, porque yo pensé que él podía tener una visión más equilibrada, más amplia y más profética; y desgraciadamente tenemos interpretaciones diversas, pues cada vez que recibo comunicados de él sobre temas como el TLC, o la sexualidad, pues me asusta; para mí pierde la visión de estar con el sufriente, con el que va a perder. A mí me desilusionó bastante y por eso nosotros salimos a decir “aquí hay otros evangélicos que piensan diferente”.
¿Qué significa para los luteranos la designación de un primer obispo en Costa Rica?
– Es importante la consagración del obispo porque los visitarán varias iglesias de diversas partes y vamos a decir que somos una sola iglesia en el mundo, para seguir la obra de Lutero, en la que no solo debemos protestar por lo que hacen las iglesias, sino protestarle a la sociedad y a todo lo que está mal en ella.
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ANEP felicita al nuevo Obispo de la Iglesia Luterana Costarricense
ANEP renueva su compromiso de seguir caminando con la Iglesia Luterana Costarricense en el esfuerzo compartido de aportar granitos de arena hacia la nueva Costa Rica inclusiva y solidaria que anhelamos cientos y cientos y miles y miles de compatriotas.
San José, 28 de abril del 2008.
S.G. 07-09-0467-08
Señor
Obispo Melvin Jiménez
Iglesia Luterana Costarricense
Presente
Fax No. 2227 1984
Estimado y respetado señor Obispo:
La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), le expresa su más calurosa felicitación por la consagración de su digna autoridad, como el primer obispo de la Iglesia Luterana Costarricense, lo cual constituye, sin duda alguna, un trascendental paso para la renovación de una nueva práctica de la fe cristiana en nuestro país; algo más que necesario en estos tiempos de promoción de la exclusión social, de la deshumanización y de la antisolidaridad, el egoísmo y la concentración repulsiva de la riqueza.
Al tener la ANEP la posibilidad de ir estrechando sus lazos de relacionamiento, cooperación y reflexión compartida con la Iglesia Luterana Costarricense, a través de su figura, sentimos el desarrollo de un crecimiento en nuestra capacidad de comprensión de la serie de fenómenos psicosociales y sociopolíticos que entran en juego, en aras de construir caminos compartidos que abonen el terreno para un nuevo florecimento de supremos valores como la equidad, la movilidad social y la justicia sana en la reparticipación de la riqueza generada por la sociedad.
Realmente nos alegramos de su consagración como el primer obispo de la Iglesia Luterana Costarricense y reconocemos su amplia trayectoria de servicio transparente, dedicado y solidario para el posicionamiento nacional de una fe cristiana revitalizada y que desde la perspectiva de su iglesia, fundamenta más la creencia en la esperanza del camino que dejó trazado nuestro Señor Jesucristo.
ANEP renueva su compromiso de seguir caminando con la Iglesia Luterana Costarricense en el esfuerzo compartido de aportar granitos de arena hacia la nueva Costa Rica inclusiva y solidaria que anhelamos cientos y cientos y miles y miles de compatriotas.
Sinceramente y con respeto,
Albino Vargas Barrantes
Secretario General
Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto
C.c.
Junta Directiva Nacional de ANEP.
Movimiento social costarricense.
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