Decretar una moratoria inmediata, en el proceso de negociaciones del tratado de libre comercio con los estados unidos

Este tratado, dada la importancia de EE.UU. como nuestro primer “socio comercial”, estará definiendo para los próximos cincuenta años, el destino de nuestras economías y, por tanto, el futuro de nuestros pueblos.

Consideramos que estos tratados de libre comercio, sustentados también en las disposiciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), han servido, principalmente, para abrir los mercados en beneficio del capital transnacional a costa del estrangulamiento de nuestras economías nacionales y el constante deterioro de la calidad de vida de nuestros pueblos; afectando sensiblemente, el empleo, la salud, educación, agricultura y la biodiversidad.

Adicionalmente, el proceso de “negociación” de este tratado se ha manejado de forma oculta. A las organizaciones sociales y sindicales, no se nos ha mostrado ningún documento de los que hasta ahora se han venido elaborando, que nos permita tener claridad de la clase de compromisos que se han venido asumiendo.

La transparencia ha sido la gran ausente en todo este proceso y si se nos ha llamado a alguna mesa, ha sido con el único objetivo de hacernos parecer ante la opinión pública, como partícipes, de algo que se nos ha negado conocer.

Por tanto, este proceso, tal y como se ha manejado, reviste la más perniciosa visión antidemocrática, renegando de la real y sana partición que los sectores sociales de nuestros países, responsablemente, hemos venido reclamando.

El Gobierno de los Estados Unidos sigue insistiendo en una mayor desregulación y liberalización de la economía; insisten en la privatización de las instituciones y empresas públicas; en la flexibilización de las normas del trabajo; en profundizar los instrumentos jurídicos para proteger la propiedad intelectual; en fin, asegurarse el control productivo y jurídico de nuestras economías.

Ante esta situación creemos, firmemente, que ha llegado la hora de reconocer lo nefasto y pernicioso que resulta para nuestros pueblos y concomías ese tipo de comercio.

Urge que nuestros gobernantes, visionaria y dignamente, reemplacen este sistema anexionista, inequitativo e injusto a que nos obliga el Gobierno de los EE.UU., por un nuevo concepto de comercio; que se base en la cooperación, el respeto y el justo intercambio entre las naciones y en función del bienestar social y el desarrollo económico de todos los pueblos.

Para darnos la oportunidad de plantearnos un nuevo concepto de intercambio comercial, se hace necesario que nuestros gobiernos, decreten sin demora, una moratoria en las actuales negociaciones del TLC; permitiendo así a la ciudadanía y a sus organizaciones conocer, analizar y participar en la definición de los contenidos de las diversas propuestas de negociación, como insumo base para la toma decisiones.

Desde nuestra visión, necesitamos avanzar hacia un modelo de integración regional que tenga como objetivo construir sociedades verdaderamente sustentables: donde se satisfagan las necesidades de las generaciones presentes y futuras, en un contexto de respeto de los ciclos y ritmos de la naturaleza.

Necesitamos proteger la diversidad cultural, biológica, económica y social; introducir políticas que prioricen las economías y el comercio local; asegurar el respeto a los derechos económicos, sociales, culturales y laborales internacionalmente reconocidos; y, reclamar la soberanía de los pueblos, así como la vigencia de procesos democráticos de toma de decisiones a nivel regional, nacional y local.

Para lograrlo debemos definir nuevas reglas basadas en los principios de control y gestión democráticos de los recursos, de la sustentabilidad ecológica, de la equidad, de la cooperación regional e internacional.

Con fundamento en lo arriba mencionado, exponemos las siguientes demandas a nuestros gobiernos:

Decretar una moratoria al presente proceso de negociaciones, que permita conocer los documentos de fondo para el análisis y posterior toma de posición de cada sector frente a esta negociación. Luego deberá abrirse un espacio para la definición de posiciones nacionales y, posteriormente, poner en práctica un mecanismo democrático de rendición de cuentas.

Reiteramos nuestra oposición a la forma antidemocrática en que este proceso se conduce. Nuestros pueblos han luchado con mucho dolor por construir sociedades verdaderamente democráticas, para lo cual se requiere transparencia, participación, rendición de cuentas y absoluta libertad de información.

Exigimos que los derechos sociales y ambientales no sean supeditados a los intereses y reglas comerciales. Por lo tanto, las negociaciones no deben aplicarse a los aspectos fundamentales del bienestar humano y del equilibrio ecológico de nuestra región.

Consideramos que áreas como salud, educación, propiedad intelectual, seguros, finanzas, energía, telecomunicaciones, agroindustria, pequeña y mediana industria y otros servicios básicos prestados por el Estado, no deben ser sometidos a las actuales reglas internacionales de comercio.

Demandamos que haya un suministro continuo de información y, en primera instancia, se deben facilitar los documentos de fondo sobre los contenidos de las negociaciones y que los gobiernos a través de sus respectivos ministerios de Comercio Exterior y otros, apoyen un amplio proceso de discusión, tanto al nivel nacional como local.

Consideramos que el TLC tal y como está planteado, no es más que el fortalecimiento y consumación del paradigma conservador y neoliberal que hoy socava a nuestra América Latina. Aceptar este paradigma de modelo desarrollo que encarna el TLC que se nos propone, no es más que condenar a nuestros pueblos y territorios a la explotación del capitalismo salvaje y, por tanto, condenarlos a la miseria, a la exclusión social.

Reiteramos nuestro compromiso para lograr un sistema de comercio sustentable, social y ambientalmente justo, en un marco participación y rendición democrática de cuentas.

Por lo tanto, como primer paso, demandamos a nuestros gobiernos declarar la moratoria a estas “negociaciones” y llevar a cabo lo exigido en este documento, para erradicar la forma oculta y antidemocrática, como hasta ahora se ha manejado este proceso.

Señores Presidentes, nuestra región, nuestras comunidades y pueblos bien se merecen una oportunidad.

Atentamente,

Ciudad de Guatemala, 20 de setiembre del 2003.
—-
c.: Parlamentos de las Repúblicas Centroamericanas.
c.:Parlamento Centroamericano.
c.:Organizaciones Sociales Hermanas.
c.:Medios de Comunicación Colectiva de las Repúblicas Centroamericanas.
c.:Trabajadores y trabajadoras de nuestros pueblos.
c.:Juntas Directivas de nuestros sindicatos.

Dejar una respuesta