Ecuador: Ganó con su Carta Magna

Rafael Correa logró su promesa. La Constitución promovida por el presidente ecuatoriano desde su campaña electoral se impuso en el referéndum de ayer con un margen ampliamente superior al que predecían las encuestas previas, según sondeos de boca de urna. “Hoy Ecuador ha decidido un nuevo país, las viejas estructuras fueron derrotadas. Esta es la confirmación de esa Revolución Ciudadana que ofrecimos al pueblo en el año 2006”, sostuvo el mandatario. En tanto, el líder de la campaña por el No y alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, reconoció el triunfo del oficialismo y dijo estar abierto al diálogo.

“Ha triunfado aplastantemente la nueva Constitución. Es un momento histórico que trasciende por mucho a las personas que hemos estado más visibles en este proceso que es de todo un pueblo”, dijo Correa desde Guayaquil, visiblemente emocionado, tras hacer un llamado a la unidad del país. Con la votación de ayer, el mandatario se anotó la tercera victoria electoral desde que asumió la presidencia en enero de 2007.

Para ser aprobada, la nueva Constitución requería de la mitad más uno de los votos de los 9,7 millones de ecuatorianos que estaban habilitados para votar. Y la traspasó con resto. Según un sondeo realizado por la empresa Cedatos, el Sí alcanzó el 66,4 por ciento a nivel nacional, mientras que para la consultora SP la aprobación fue del 70 por ciento y del 63 por ciento para Participación Ciudadana. Las tres encuestadoras atribuyeron al No entre el 25 y el 29 por ciento de los sufragios, mientras que los votos nulos y blancos rondaron entre el 1 y el 7 por ciento. Desde el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tenían previsto difundir los datos oficiales de al menos el 50 por ciento de los votos a última hora de ayer. El resto de los resultados se conocerá hoy.

La votación marcó la sanción de la vigésima Carta Magna en la historia de Ecuador. El nuevo texto refuerza el papel del Estado en la economía, desarrolla mecanismos de participación directa y reserva al sector estatal el manejo de los recursos naturales. Además, se concibe como instrumento político para la instalación de un nuevo modelo económico y de desarrollo, bajo las pautas del llamado “socialismo del siglo XXI” (ver aparte). El próximo paso previsto en la Constitución será convocar elecciones legislativas y presidenciales. Correa podrá volver a ser candidato y hasta aspirar a la reelección cuatro años después, sin que se le computen el año y 10 meses que lleva en el gobierno.

Pese a haber logrado más votos, los números no le alcanzaron al oficialismo para llegar a más del 50 por ciento en Guayaquil, bastión de la oposición. Si bien por la mañana se había mostrado seguro sobre el triunfo del No en su ciudad, Nebot reconoció el triunfo del presidente. “El (Correa) ha hecho una propuesta, su partido ha hecho una propuesta, que es la que acaba de triunfar, y yo respeto ese triunfo”, declaró a la televisión local Teleamazonas. El alcalde opositor hizo esas declaraciones después de que Correa, tras conocer los resultados de boca de urna, abriese la posibilidad de dialogar con él. “Soy un hombre civilizado”, aclaró Nebot, y dijo que si lo invitan está abierto al diálogo.

Durante la campaña el alcalde había criticado con dureza el texto constitucional, argumentando que su aprobación debilitaría las autonomías de las ciudades y la descentralización. Por su parte, Correa venía sosteniendo que un revés en Guayaquil convertiría a la ciudad en un “foco de permanente desestabilización”, al que había comparado con la boliviana Santa Cruz.

Apenas unos minutos después de las 17 hora local, el TSE dio por clausurados los comicios y difundió una breve evaluación en la que afirmó que la consulta se desarrolló sin que se registraran disturbios. Durante el día varias misiones extranjeras de observadores habían hecho comentarios similares. “Es una votación normal, como ha ocurrido en los anteriores procesos electorales en Ecuador. Es muy buena la organización con que nos hemos encontrado. Hay mayores desarrollos tecnológicos para certificar la autenticidad del voto y asegurar el escrutinio”, aseguró el jefe de la delegación de la OEA, el chileno Enrique Correa.

Temprano por la mañana, en medio de un importante operativo de seguridad y de los vítores de sus seguidores, Correa votó en un colegio en Quito. Vestido con su ya clásica camisa de cuello alto con motivos indígenas, el mandatario aseguró que la eventual victoria del Sí implicaría un triunfo de todo el país antes que de su gobierno. “Lo más importante es que se vive una democracia plena, que el pueblo toma en sus manos su propio destino, su futuro”, sostuvo.

Tras abrir la jornada electoral, el presidente se comprometió a respetar y hacer respetar los resultados de la consulta. “Serán una orden que cumpliremos con responsabilidad histórica”, dijo. Y subrayó que en estos comicios no se vota a favor o en contra de un gobierno o de un alcalde. “La decisión de hoy definirá el modelo de sociedad en que viviremos los ecuatorianos”, sentenció.

Notoriamente contento y relajado, con la seguridad de que las encuestas previas le auguraban una victoria cercana al 60 por ciento, el mandatario llamó a la población a tener una jornada en paz y en orden. Luego, flanqueado por el vicepresidente, Lenin Moreno, y varios ministros, se fue a esperar los resultados a Guayaquil, su ciudad natal.

Durante la jornada electoral la Policía movilizó alrededor de 30 mil efectivos por todo el territorio nacional, para resguardar los exteriores de los colegios electorales. Para vigilar el interior y custodiar las urnas, las Fuerzas Armadas asignaron a 28 mil soldados. Pero no fueron los únicos que vigilaron. Más de dos mil personas controlaron el desarrollo del referéndum como integrantes de la docena de misiones de observación electoral de organismos nacionales o extranjeros.

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