Sin asombro porque nada sorprende y porque “nada nuevo bajo el sol” se nos está mostrando, hemos estado observando las designaciones fundamentales del gabinete ministerial de la señora Presidenta Electa, doña Laura Chinchilla Miranda.
Completamente lógico. No creemos que desde la amplísima diversidad organizativa de los sectores sociales cívico-patrióticos, en sus más variadas expresiones, a alguien se le hubiera ocurrido que la “esencia” del gabinete de doña Laura fuera otra cosa.
Que nunca antes en la historia nacional, como lo dijo la ilustre futura mandataria, sean tres mujeres las que tengan a cargo la gestión fundamental de política pública que involucra al 80 % de la producción nacional, efectivamente es relevante.
Sin embargo, en, al menos, dos de esos casos, las correspondientes trayectorias de esas distinguidas mujeres no auguran nada bueno en materia de gestión gubernativa a favor de los productores nacionales, para relanzar su rol protagónico en la sociedad.
En materia de empleo (sobre todo para cumplir varios ofrecimientos de campaña), la cosa parece complicarse. La nueva autoridad hacendaria ha dicho que es al sector Privado, no al Público, al que le corresponde la tarea de generación de empleo, lo cual abre demasiadas interrogantes.
Está más que harto demostrado que a las cámaras empresariales del sector Privado ligadas a algunas de las renombradas figuras del próximo gabinete, le interesa generar aquel empleo que rinda el máximo de ganancia y al menor costo posible; y, con tal lógica neoliberal, entre menos trabajos decentes, mayores ganancias… y ojalá, menos derechos laborales.
El “duelo” del poderoso sector financiero-mediático por la salida de su actual gestor de la banca central, no durará mucho. “Muerto el rey, viva el rey”. Quien se perfila como su sucesor, ha sido un protagonista insigne de la consolidación del poder político de tal sector; consolidación basada precisamente en el impulso al proceso concentrador de riqueza.
Y si por la víspera se saca el día, para la clase trabajadora, sobre toda la asalariada, podría darse la circunstancia de que la cartera ministerial homónima, le sea entregada a una ciudadana exsocialcristiana, baluarte en el parlamento saliente de la construcción del camino del ascenso de la hegemonía del capital en la acción política cotidiana.
Está absolutamente claro: El poder de la oligarquía financiera y sus socios ligados al sector importador y exportador avanza en su consolidación. Algunas gestiones de grandes negocios a partir de patrimonios públicos ofrecidos al capital privado transnacional y sus socios nacionales, en la ya casi extinta gestión gubernativa de los hermanos Arias Sánchez, parece que tendrán buen recaudo en la gestión que entra. Si no que lo diga la “movilidad” jerárquica de JAPDEVA al MOPT.
Ya lo señalaba un prestigioso caricaturista político de la realidad nacional, partidario de la señora Presidenta Electa, al indicarnos que se otorgaba a sí mismo, su clásica “cajita blanca” al creer que no habría “solución de continuidad” entre “los que se van” y “los que están llegando”.
Pese al cuadro político de la entrante administración que ya está prácticamente perfilado, los desafíos de la integración social para el desarrollo cualitativo de nuestra democracia, posicionan el diálogo social y el diálogo político como estrategias nacionales de primer orden; solamente, de nuestro lado, con dos variantes que le puede dar solidez a toda prueba.
Por un lado, seguir apostando y profundizando la articulación social y productiva entre la diversidad existente de los sectores sociales, tal y como lo es el proceso de las “Diez medidas para enfrentar la crisis económica con inclusión social y productiva”. Por otro, apostar a la movilización de la gente según las circunstancias y en todas sus dimensiones. Es indudablemente que en tales dos aspectos debemos poner todo nuestro empeño.
San José, miércoles 17 de marzo de 2010.
Albino Vargas Barrantes
Secretario General ANEP
Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto ANEP