Durante los últimos gobiernos, la ANEP ha sostenido, terca y reiteradamente, que el problema nacional número uno de nuestra sociedad de hoy, es el crecimiento de la desigualdad. El decimoctavo informe del Estado de la Nación, dado a conocer en esta fecha, ¡nos da la razón!:
Ese crecimiento de la desigualdad que hemos señalado por años, se manifiesta en estos momentos y según tal estudio en:
1) Creció el coeficiente de Gini (el 20% de la población de más ingresos, se hizo más rico);
2) los pobres dentro de los pobres, se empobrecieron más: sus “ingresos” cayeron en un 7.2%;
3) los derechos laborales son fuertemente violados en el sector privado de la economía;
4) las personas en condición de pobreza, son cada vez más.
La actual política macroeconómica, de corte sistémico por haberse mantenido sin grandes variaciones a lo largo de los últimos gobiernos, es la culpable esencial de una sociedad que sigue viajando hacia la polarización más desconocida de las últimas décadas: la de la concentración abusiva de la riqueza.
Surgen, al menos, tres aspectos fundamentalmente estratégicos para atender si se quisiera, realmente, empezar a cambiar el rumbo excluyente que lleva la Costa Rica de hoy:
- Una transformación tributaria estructural.
- Una elevación general, de corte estructural, del nivel actual del salario mínimo.
- La aprobación definitiva de la Reforma Procesal Laboral para una justicia más pronta contra las violaciones a los derechos laborales.
No hay duda: Si para cada 2 de 3 costarricenses, la sensación es de que estamos en un país “sin rumbo”, es porque, efectivamente, 2 de cada 3 costarricenses, se están y se sienten en la pobreza, o viajando hacia ella.