El nuevo carro del señor Rector de la UNA: Ética, gasto publico y «prados»

Colegas universitario/as:

Este jueves tuvimos la ocasión de asistir a la lección inaugural del año lectivo 2009, impartida por el profesor argentino Bernardo Kliksberg. En ella abordó, entre otros aspectos, el tema de la actual crisis que afecta al mundo y sus consecuencias para América Latina. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue su énfasis en que la crisis económica es consecuencia de otra crisis más profunda: la ética.

Valoró crudamente las acciones de quienes por ambición, codicia y avidez desmedidas tomaron decisiones en el ámbito financiero norteamericano que han llevado al descalabro de múltiples instituciones y al empobrecimiento de miles y miles de personas.

Habló de ellos como verdaderos pillos que incluso utilizaron dineros de los fondos que les entregó el gobierno para financiarse lujos en sus oficinas y jets privados.

Se refirió a la responsabilidad social empresarial, a a responsabilidad social de las instituciones, y en lo que a nosotros concierne, de las universidades públicas, de cuya importancia y papel social habló ampliamente. Siguiendo la lógica de su exposición, aparte de la necesidad de ofrecer un modelo de probidad, moralidad y búsqueda de la eficiencia académica, debemos sobre todo dar muestras de escrupulosidad y esmero en la manera que, en el marco de la profunda crisis que vivimos, hacemos uso de los dineros que recibimos de los impuestos que pagan todos los costarricenses. Es un asunto no solo económico sino también ético y moral.

De esa reflexión general pasamos a una situación concreta en nuestra Universidad. En la sesión del Consejo Universitario celebrada precisamente ese mismo jueves en que se ofreció la conferencia inaugural, el señor Rector, a una pregunta que se le dirigió sobre la situación presupuestaria para este año, respondió textualmente: “sí se sale este año, pero hay que hacer recortes en todo lado”.

Y sin embargo, en medio de la situación económica por la que pasa nuestro país y la socada de faja que tendremos que darnos todos en la Universidad, señor Rector inició el 2009 con un Prado nuevo y más lujoso. Parece que ya no le era suficiente el que estrenó hace dos años, cuando él también apenas se estrenaba como Rector.

Obama criticó fuertemente a esa clase ejecutiva de los bancos por los gastos extravagantes que hacían con el dinero que les daba el gobierno. ¿En esencia, no está haciendo don Olman lo mismo? De paso, el Prado “viejito” de hace dos años fue heredado a un Vicerrector como vehículo de uso discrecional.

Parece ser que estamos frente a personas que llegaron a puestos de autoridad universitaria no para servir, sino para servirse, y no almuerzos sino Prados. ¿Prioridad de la extensión y sus necesidades, útiles para la investigación, mejores condiciones para la docencia, compromiso social de la Universidad Nacional?

Colegas, simplemente he querido compartir con ustedes esta reflexión porque consideré que no decir nada me hacía cómplice de una acción y de un modo de gestión que la Universidad Nacional no se merece.

Albino Chacón

Dejar una respuesta