Manuel Zelaya aseguró ayer que regresa a Honduras una vez que venza el plazo de 72 horas que estipuló el presidente Óscar Arias, mediador del conflicto, al gobierno transitorio para restituir el orden democrático. Que Zelaya va y que no va, y el suspenso sigue con ritmo de rumba.
En declaraciones a diversos medios Zelaya augura el estallido de una guerra civil y que si lo asesinan el jefe de las FFAA Romeo Vázquez sería el responsable. No descarta que esto pueda suceder fuera de Honduras. Micheletti a su vez expulsa a diplomáticos venezolanos.
La situación, quizás por ausencia de detalles en la información al público parece absurda. El que depone (Micheletti) restituye al depuesto (Zelaya). ¿Es tan así de fácil con las FFAA apoyando el carrusel del poder?
Lo mas dramático es el rol pasivo del hondureño que proyecta la prensa o un síntoma producto de la represión.
Honduras es campo de batalla de las profundas contradicciones de una desgastada oligarquía hondureña, protegida por las Fuerzas Armadas.
El viernes pasado las FFAA hondureñas por primera vez expresaron públicamente su posición subrayando que están sólidamente unidas rechazando la intervención extranjera y la intromisión en los asuntos de la institución.
Porco antes dos dirigentes de la agrupación Unificación Democrática eran asesinados, informa Argenpress, mientras los medios son presionados por escuadrones de seguridad. Si bien se levantó el toque de queda, el estado de excepción ha intensificado los mecanismos de control y represión.
Frente al caos aparente y las señales apocalípticas, el plan de Arias no es un fojas cero. Es la del consenso internacional aunque es la más compleja, porque es la rechazada por el gobierno de facto desde el comienzo.
Implica restituir a Manuel Zelaya en un gobierno de unidad nacional, hasta cumplir su mandato en enero de 2010. La elección de noviembre se adelanta a fines de octubre. El plan ha sido aceptado por Manuel Zelaya y rechazado por el gobierno de Roberto Micheletti.
En la coyuntura es útil recordar la primera misión del Secretario General de la OEA José Miguel Insulza a Tegucigalpa. Él fue a comunicar lo que Arias está proponiendo. Fue a estampar en los ojos de las nuevas autoridades las resoluciones multilaterales.
Manuel Zelaya ha demostrado apertura, y deseos de resolver al aceptar los siete puntos, desvirtuando la visión de sus apetitos autoritarios. Micheletti con su oposición ha quedado en la posición precaria.
La Casa Blanca apoya la gestión de Arias y no ha tenido otra opción que aceptar el plan de restitución de Zelaya por su apoyo inicial a las declaraciones de las asambleas de la ONU y la OEA exigiendo esa restitución.
Fuentes diplomáticas señalan de una activa participación del Departamento de Estado en las negociaciones, y que con la inmensa presión internacional ayer se sumó la presión económica de Comunidad Europea el gobierno de Micheletti debería ceder. Pero no cede. ¿Por qué?
Problemas de origen
Centralizar los servicios operativos de inteligencia en EEUU después de la invasión a Irak ha sido una pesadilla. Cuántas situaciones como la de Honduras andan revoloteando por el mundo que son vestigios de la llamada era Bush y que son planes en suspenso a punto de despegar.
Las primeras veces son importantes en política internacional, campo que se mueve a menudo con lentitud, mientras no ocurran explosiones de tensiones acumuladas. La resolución de la crisis en Honduras y el cómo se resuelva determinará el futuro en varias instancias. La OEA en primer lugar, el rol de EEUU y otros actores clave en la región.
En este sentido, es útil observar la conducta de EEUU hacia las crisis políticas en Irán y Honduras.
En la reacción de la Casa Blanca ante la represión en Irán a las manifestaciones hubo dos tiempos.
Primero, de moderación y equilibrio en el lenguaje para dejar claro que EEUU no intervenía en asuntos internos. Después, ejerció un lenguaje más incisivo incluyendo una explícita solicitud de respetar la expresión de los manifestantes que el régimen clerical interpretó como de intervención.
En Honduras igualmente ha habido también dos tiempos pero al revés. Primero de actitud proactiva en defensa del gobierno depuesto. Segundo, de extrema moderación para no presionar la caída del gobierno de facto. Recién en estos últimos días el Departamento de Estado se ha manifestado por la renuncia de Micheletti en apoyo al Plan Arias.
En ambas situaciones ha intervenido la oposición del neoconservadurismo dentro y fuera del gobierno para que EEUU reestructure su política exterior.
En el contexto de una cultura política plasmada por necesidades de supremacía que obliga intervenir externamente a favor de esa supremacía, no es fácil para Barack Obama y su gobierno construir una política exterior basada en el derecho, con principios de autonomía y no intervención en los países.
Este debate está abierto y habrá que observar cómo se enfrenta cada coyuntura. Es prematuro anticipar si realmente el cambio en política exterior se va a materializar en todos los planos y la crisis en Honduras es un espacio donde las dos escuelas de pensamiento se enfrentan, así como lo es Irán.
En el vaivén del tiempo, emerge la preocupación de crear un nuevo tipo de unidad internacional en pos de principios basados en derechos y justicia.
La crisis política y económica planetaria que se arrastra estaría demandando un “ahora nunca” para desmantelar el neoconservadurismo recalcitrante en alianza con oligarquías corruptas formando un motorcillo de esa crisis.
Fue uno de los temas del discurso de Obama en Ghana. La advertencia que hizo al gobierno de Irán de que “el mundo observa”, se aplica ahora en Honduras. Los ojos del mundo están puestos en lo que hagan los actores clave en Honduras.
Van a haber sorpresas desde Honduras y los hondureños, no de los negociadores. Otro dato: La Comunidad Europea ha estado a los ojos del público muy pasiva en esta crisis. Se necesita un poco de esa sabiduría para equilibrar el realismo mágico de la política en la región, siempre que Europa esté decidida a apoyar los nuevos aires del gobierno de Barack Obama.
*Especial para ARGENPRESS.info