“Memoria inextinguible”, es la nueva columna que todos los viernes puedes leer en este sitio de ANEP. Adalberto Fonseca Esquivel, historiador y actor social, nos llevará al pasado, para no olvidar de donde venimos, y nos traerá al presente con las lecciones aprendidas para las nuevas luchas sociales por desarrollar.
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Ahora, un grupo de diputados de diferentes partidos políticos, busca devolverle lustre y dignidad a la figura de Federico Tinoco y sacarlo de las polvorientas bodegas para dignificar la figura, que a su juicio representa.
Federico y Joaquín, hermanos; el primero mandatario, el segundo general de armas, asumieron el poder por la azarosa vía del golpe de Estado. A partir de ese momento, se convirtieron en golpistas, traicionando la hidalguía y nobleza del entonces designado a la República don Alfredo González Flores. Fue un 27 de enero de 1917, el día del cuartelazo.
La administración de los Tinoco, no fue reconocida por el presidente Wilson de los Estados Unidos. Los hermanos, en su afán de congraciarse con la potencia extranjera, se atrevieron incluso declarar la guerra con Alemania, en el mes de mayo de l918. Aún así, los Estados Unidos no validaron su gestión.
La Administración Tinoquista, tuvo una fuerte reacción del pueblo costarricense. Muchas escaramuzas y levantamientos en diversas partes del territorio nacional: en la frontera norte la revolución del Sapoa, (con don Alfredo Volio al inicio y don Julio Acosta después) como sus líderes; la explosión dinamitera en la Penitenciaría Central, la insurrección nacional que culminó con la quema de los periódicos la “Prensa Libre” y la “Información”, testaferros de gobierno de facto; y desde luego, el fulminante asesinato de Joaquín Tinoco en el Barrio Amón: hecho aún diluido entre la historia y la leyenda.
Las muertes de insurrectos como Marcelino García Flamenco y Rogelio Fernández Güell, entre muchos otros, símbolos ejemplarizantes de la resistencia contra la tiranía, Y que decir de la figura del General Jorge Volio, emblema de un pueblo luchador, al que retrata como ninguno. En ceremonia de homenaje a los caídos en la revolución, Volio espetó:
“Qué fue el tinoquismo”
“Ese monstruo de dos cabezas y tres apetitos, lujuria, sangre y robo, que tanta sangre y lágrimas nos hizo derramar, no es más que el fruto exacto, la expresión natural y espontánea de esta corrompida sociedad josefina, de la fatídica argolla del Olimpo, la clase alta que viene pesando sobre el país desde hace 50 años “(citado por Oconitrillo Eduardo, Los Tinoco, 1917-1919, Pág. 236)
La muerte de Joaquín y la salida estrepitosa de Federico rumbo a Francia, país en el que termino sus días; fueron hechos que expresan mucho de la voluntad de lucha del pueblo costarricense contra la opresión. Es claro además, y así lo registra la historia, que la gestión de los Tinoco fue invalidada, con la ”Ley de Nulidades” de l920, dictada por la Asamblea Legislativa y resellada por ese primer poder de la República.
La dictadura de los Tinoco, en particular la de D. Federico, no debería ser recordada en el Salón de ex – Presidentes, no solo por la represión, la muerte y la avaricia, sino por un hecho que la nacionalidad no perdona, la TRAICION.
* Adalberto Fonseca Esquivel, Historiador.