La denuncia que aparece hoy, martes 1 de junio de 2010, en importantes medios de prensa escrita, acerca de un grave faltante de leche para la población beneficiaria de los CEN-CINAI, es un duro golpe a la propuesta de la Red de Cuido que tan ardorosamente le ha ofrecido al país la señora Presidenta de la República, doña Laura Chinchilla Miranda; si consideramos la “olímpica” salida de la señora Ministra de Salud, la doctora María Luisa Ávila Agüero, de que tal problema se debe a que “no hay forma de hacer previsiones”.
Nos preguntamos: ¿en quién, entonces, podrá confiar la máxima autoridad ejecutiva del país, la señora Presidenta, para implementar su programa de Redes de Cuido, si el mismo tendría su base estratégica en los CEN-CINAI y si la máxima jerarca de éstos afirma de que “no hay forma de hacer previsiones”.
Se ofende la inteligencia ciudadana al afirmarse de que el grave faltante de leche en los Centros de Educación y Nutrición (CEN), como en los Centros Infantiles de Nutrición y Atención Integral (CINAI), se debe a “los tiempos de la Administración Pública” y a “barreras burocráticas”; cuando bien se sabe que, prácticamente, hay un único gran proveedor nacional de leche, la Dos Pinos; y que, por otro lado, una buena planificación de compras permite, si se hace bajo una dirección política eficiente, formas de hacer previsiones.
Como la máxima autoridad política nacional de los CEN-CINAI, la Ministra Ávila deja mucho que desear con su burda explicación de que “no hay forma de hacer previsiones”. Sería mucho más sano, por un lado, reconocer autocríticamente que sí se podían hacer previsiones adecuadas y se falló en ello; por otro, ordenar una amplia explicación transparente y contundente a sus colaboradoras más estrechas, especialmente a la “zarina” del programa, la funcionaria Sonia Camacho.
Bien haría la señora Presidenta de la República, doña Laura Chinchilla Miranda, en tener mucho cuidado en cuanto a que su atinada y necesaria idea de las Redes de Cuido, no nazca muerta porque “no hay forma de hacer previsiones”.
Finalmente, valga para la propia ANEP (que no es sindicato faldero de la señora Ministra Ávila), una autocrítica pública porque ya estábamos enterados de este problema, a través de una importante cantidad de llamadas telefónicas que se recibieron en los últimos días. Es evidente que nos faltó agilidad y eficiencia en formular la denuncia pública del caso.
San José, 1 de junio de 2010.
Albino Vargas Barrantes
Secretario General
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)