El próximo 30 de setiembre se cumplen 150 años (el sesquicentenario), de uno de los crímenes políticos más impactantes de la historia nacional: el asesinato del ilustre costarricense, don Juan Rafael Mora Porras, popularmente conocido como don Juanito Mora, cuya trayectoria de vida al servicio del país y el impacto de su legado, al punto de perder la vida por fusilamiento, apenas empieza a dimensionarse, tanto tiempo después.
Desafortunadamente, somos un pueblo al que, intencionadamente, se nos ha robado, escondido, tergiversado, invisibilizado, negado, trascendentales episodios de nuestra historia. Así ha sucedido con la etapa anterior al 15 de setiembre de 1821, pero más marcadamente luego de esta fecha, que es cuando se decreta la independencia nacional de España, en la entonces Capitanía General de Guatemala, precisamente en un día como hoy, hace ya 189 años.
Uno de esos episodios “_ocultos_” que más fuertemente debemos analizar, auscultar, estudiar, resignificar y dimensionar, tiene que ver con lo que en la escuela y en el colegio se nos dice de la “_Campaña Nacional_”, 1856-1857, cuando el país tuvo que enfrentarse a los “_filibusteros_” encabezados por el gringo William Walker, destacándose la participación del “_tamborcillo_” alajuelense, el soldado Juan Santamaría, Héroe Nacional. Sencillito, sencillito. Así fuimos “_educados_” sobre la comprensión y el significado de esta parte de la historia costarricense. En esencia, eso era todo lo que se nos decía.
Sin embargo, a la par de la figura gigante de nuestro Héroe Nacional, hubo otras también trascendentales para que nuestro país, a tan solo 35 años de la independencia de España, no fuera engullido, absorbido, nuevamente colonizado; por las primeras manifestaciones de carácter expansionista (e imperialista después), de los sectores dominantes de la naciente potencia estadounidense surgida en 1776 y que tenía tan solo 80 años de su existencia para ese gran momento nacional (1856).
Una de esas figuras gigantes, a la que se ha tratado con gran injusticia, es la de don Juan Rafael Mora Porras, quien era el Presidente de Costa Rica al momento de enfrentar la invasión “_filibustera_”, de los “_forajidos_”, de los “_aventureros_”, de los “_desalmados_” gringos encabezados por Mr. Walker.
La historia oficial con la que se nos formó, se nos “_educó_” al respecto, nos metió la creencia de que por nuestra querida Patria, lo que llegó fue una banda de maleantes, una pandilla de malhechores, quienes sin Dios ni ley pretendían robar las tierras de nuestros campesinos de entonces. Nada más tergiversado y manipulado a lo largo de los años.
Cuando don Juanito Mora alertó a los y a las costarricenses de entonces, cuando les llamó a las armas, es porque estaba dimensionando los graves peligros para la joven Costa Rica de que fuera, por segunda vez, colonizada; y, en este caso, por el que luego sería uno de los imperios más sangrientos y genocidas de la historia de la Humanidad: el estadounidense.
La epopeya tica de ese entonces, esa Gran Guerra Patria, encabezada por don Juanito, tuvo un significado político más profundo que la propia independencia de España (la que nos llegó por correo, “_regalada_”, y que hoy conmemoramos); pero que palidece, se minimiza, se demerita, ante el impacto que representó para nuestra propia nacionalidad y nuestra propia identidad, la acción cívica del pueblo costarricense encabezado por ese insigne costarricense.
Afortunadamente, parece que empezamos a corregir, como Patria, tan grave error en contra de la figura de don Juanito Mora. Cuatro libros que plantean su papel en la historia nacional (cuya lectura recomendamos), serán analizados en las aulas costarricenses, gracias a una sabia decisión del Consejo Superior de Educación, a partir del curso lectivo del 2011.
Los y las jóvenes estudiantes deberán leer “_Clarín Patriótico_”, de Juan Rafael Quesada Camacho; “_Juan Rafael Mora Porras y la guerra contra los filibusteros_”, de Armando Rodríguez Porras; “_Los soldados de la campaña nacional_”, de Raúl Arias Sánchez; y, “_El lado oculto del Presidente Mora_”, de Armando Vargas Araya.
¿Polémicos entre sí? A lo mejor. Pero por algo se empieza. A 150 años de su ejecución por fusilamiento, don Juanito Mora ¡vive!