En la década de los años cuarenta nuestro país dio pasos trascendentales en cuanto a sus conquistas sociales. Fue en ese período que se promulgaron las Garantías Sociales con el Código de Trabajo y la Caja Costarricense de Seguro Social y también se creó la Universidad de Costa Rica. En un segundo impulso reformador, se abolió el ejército, se crearon instituciones estatales que favorecieron un modelo de estado desarrollista que permitió la consolidación del Estado Social de Derecho y transformó positivamente la vida del país en beneficio de las grandes mayorías. Paralelamente, amparado en ese modelo surgió y se desarrolló un sector empresarial que desde entonces y aún hoy, se beneficia de los recursos del Estado.
Como consecuencia de las políticas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), el modelo de estado desarrollista y solidario se empezó a deteriorar a principios de los años ochenta con la imposición de los Programas de Ajuste Estructural, que implicaban el sacrificio del Estado solidario y favorecían la privatización y el desmantelamiento de las instituciones públicas, con una serie de reformas que empezaron a desarmar el régimen de seguridad social y otras conquistas.
En la coyuntura actual, esas políticas se pretenden profundizar con el Tratado de Libre Comercio (TLC), cuya negociación está por concluir entre el gobierno que responde a los intereses neoliberales (que han contribuido a financiar las campañas políticas con donaciones de dudosa procedencia) y Estados Unidos, en condiciones abiertamente desfavorables para los intereses nacionales. El TLC conducirá a una polarización social y económica por cuanto concentrará aún más la riqueza en pocas manos, con grandes segmentos sociales empobrecidos por las políticas de un capitalismo salvaje y depredador que privilegia el capital y el libre mercado sobre el trabajo.
Producto de esa negociación, para favorecer al TLC y a las grandes empresas transnacionales, se impulsa el deterioro de las condiciones laborales en el país afectando los salarios, las pensiones, los beneficios de los trabajadores pactados en instrumentos colectivos, promoviendo los empleos precarios en condiciones paupérrimas, lo que llevará al país hacia la desaparición de las Garantías Sociales. Ese TLC conducirá al desmantelamiento de la institucionalidad, la seguridad social, la calidad de vida de los costarricenses, la salud, la educación y el Estado solidario.
Por las experiencias de otros países como México y Canadá podemos afirmar que este TLC es un acuerdo sumamente agresivo, el cual afecta servicios muy sensibles. En materia de salud pública los precios de los medicamentos se incrementarán poniendo en riesgo la salud de los costarricenses. Igualmente el TLC promueve la privatización de las telecomunicaciones por medio de la apertura del mercado lo cual se traducirá en un incremento inmediato de las tarifas. Lo mismo sucederá con la anunciada apertura de los seguros y de otros servicios esenciales para el desarrollo nacional.
La aprobación de ese TLC se convertiría en el tiro de gracia para nuestros agricultores, pequeños y medianos productores y de algunos empresarios nacionales. La importación de productos agrícolas subsidiados de Estados Unidos significará una amenaza real de desempleo rural y de inestabilidad social sin precedentes en nuestro país tal y como ocurre hoy en México, donde millones de campesinos han tenido que abandonar sus tierras para engrosar la gran masa de desocupados de América Latina.
Por todo lo anterior, el MOVIMIENTO SINDICAL DE COSTA RICA hace un llamado al pueblo costarricense para que cierre filas en defensa del Estado solidario y de las conquistas sociales alcanzadas por nuestro pueblo y de nuestra institucionalidad hoy seriamente amenazada por el TLC, que pretende convertirse en una constitución supranacional que comprometerá a las actuales y futuras generaciones de costarricenses. Cerremos filas en defensa de nuestros agricultores y campesinos, los pequeños y medianos productores, los empresarios nacionales y los derechos laborales como salarios justos, nuestro sistema de pensiones y convenciones colectivas. Le exigimos al gobierno que dé a conocer inmediatamente los textos pactados e igualmente le exigimos a los diputados que no aprueben este TLC negociado en el más absoluto secreto. acemos un llamado a la unidad nacional contra el TLC y a nuestro pueblo a organizarse en los barrios, las comunidades, iglesias, centros educativos y de trabajo para constituir un sólido Frente Nacional en defensa de nuestra Patria y de la soberanía nacional.
Desde ya responsabilizamos al gobierno de Abel Pacheco y los sectores de la derecha por las consecuencias sociales y políticas que se puedan derivar de la firma de ese TLC que hipoteca el futuro de nuestra nación y la somete a las políticas hegemónicas, de dominación y de seguridad de los Estados Unidos, en un vil ejercicio de incondicionalidad y vasallaje.
¡Todos por la defensa de la Patria!
¡Paremos el TLC!
Movimiento Sindical de Costa Rica
Magisterio Nacional