Pues bien, empieza por fin la Contraloría a revelar los rincones fétidos en el ICT y en especial en su proyecto estrella: Papagayo. Esto lo podemos ver en un tímido informe denominado DFOE-ED-2008, que es producto de una investigación solicitada a ese organismo sobre el Proyecto Turístico Golfo de Papagayo, del ICT.
Para resumir, el documento evidencia parte del desorden administrativo, donde, por ejemplo, hay concesiones de más de quince años que nunca han pagado al ICT el costo por metro cuadrado de la concesión, con lo cual no formalizaron su condición y evadieron años de impuestos municipales. Se señalan graves contradicciones entre lo dispuesto en el plan maestro del Proyecto Papagayo y los proyectos construidos en la actualidad, que en buena medida no obedecen al objetivo estratégico del proyecto y se reafirma algo denunciado hace años: el hecho inaudito e inmoral de que existan concesiones con más de 12 años de aprobadas y en las que no se ha hecho absolutamente nada; es decir, que las tienen ganando plusvalía para después venderlas. Quedan claros actos propios de la decadencia moral de estos gobiernos de la oligarquía, que condujeron a dañar de forma radical la ecología de casi todas las zonas naturales en el territorio del Proyecto Papagayo y lo convirtieron en una solución de viviendas de lujo para millonarios, desviándose totalmente de la idea de un proyecto turístico.
Un aspecto medular, que sin embargo se analiza muy débilmente en el informe, señala la “existencia de debilidades en el sistema de control interno alrededor del Proyecto”. Más bien debieron decir fallas garrafales en los mecanismos de control y auditoría en torno a este proyecto. La Contraloría debe ser claramente autocrítica, pues de otra manera sólo estará contribuyendo a empeorar las cosas. No es posible que el informe concluya con la necesidad de concluir las obras de los proyectos, si está demostrado que estos han cambiado radicalmente el sentido original del Plan Maestro. Además, si hay asuntos penales que deberían ir directos al Ministerio Público, no es posible que pida investigaciones al Consejo de Papagayo y a la Junta Directiva del ICT. ¿Qué resultado puede obtenerse de una investigación del ICT, si la mayor parte de las anomalías descritas por la Contraloría en su informe corresponden a funciones de su Junta Directiva, de su Consejo de Papagayo, su auditoría, su gerencia y demás direcciones?
Lamentablemente, es triste es ver cómo los actos inmorales e ilegales han sido revelados en una investigación oficial cuando ya los daños se han consumado y cuando algunos de esos delitos ya prescribieron; cuando los delincuentes han tenido tiempo suficiente para hacerle un daño grave a la economía, la moral y la ecología de nuestro país; cuando ya han burlado a Hacienda, a SETENA, a la Procuraduría, al Ministerio Público y a la misma Contraloría. Pero es más triste todavía ver que no se actúa sino hasta ahora, cuando consta en el historial de la prensa nacional, principalmente en el excelente y popular Diario Extra, las denuncias que hizo al respecto desde hace más de 6 años la Seccional de ANEP en el ICT. En aquel entonces, sin miedos burocráticos o temores a las consecuencias de la denuncia, los compañeros de ANEP en esa institución, solidariamente acompañados en todo momento por Albino Vargas Barrantes, Secretario General de ANEP, interpusimos denuncias y demandas ante casi todos los órganos contralores, auditores y de vigilancia, evidenciando desde entonces y con detalles la piñata descarada que se estaba gestando en Papagayo y, por extensión, en todas nuestras costas.
Aunque se dice popularmente que es mejor tarde que nunca, no nos ilusionemos mucho con este informe de la Contraloría, pues refleja apenas la punta del Iceberg de la podredumbre y puede ser usado como cortina de humo para ocultar el avance incontenible del saqueo de la zona marítimo terrestre en todo el país, que en la actualidad alcanza los máximos grados de impudicia y arbitrariedad.
Debemos tener claro que el problema de la irresponsabilidad en el manejo del patrimonio costero no está sólo en Papagayo, pues los depredadores de la Patria andan por todo lado, corrompiendo las entidades municipales y las dependencias regionales del Estado e incitando a la venta de sus tierras a los propietarios campesinos que tienen poca posibilidades y muchas necesidades en este mundo que globaliza la pobreza rural.
Señores y señoras de la Contraloría, del Ministerio Público y de la Procuraduría: ustedes que aman su Patria, hagan lo propio, pues en este momento peligra la costa Caribe, específicamente Puerto Viejo, con una espada de Damocles que apunta desde Zapote; peligra la península de Osa y su maravilloso Golfo Dulce y peligran todas las montañas, en especial las que tienen nacientes de agua y “ocean view”. Ya todas estas tierras están siendo subastadas en Internet y forman parte de “planes de desarrollo regionales” o “planes maestros” armados y aprobados por testaferros del gobierno al gusto de empresas extranjeras o de la oligarquía nacional.
Señoras y señores, ¡Actúen ya, es su obligación!