No obstante, existe un ejercicio que anualmente realiza la CEPAL que resulta sugerente por las políticas económicas y sociales que los países de América Latina y el Caribe ponen en práctica y que podría ser útil considerar en el caso de Costa Rica. Me refiero al “Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe (ALC)”, que se publica en el mes de diciembre. A continuación se analizan algunos indicadores de ese Balance.
En primer lugar, se destaca que la crisis iniciada en forma más visible desde el desde el tercer trimestre del 2008, fue precedida para el conjunto de los países de la ALC por un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) por habitante por encima del 3% anual (periodo 2004-2008), un superávit de la cuenta corriente de la balanza de pagos y un aumento del superávit primario que condujo a una reducción significativa del déficit global de las finanzas públicas.
Por otra parte, la CEPAL opina que “La crisis, debido a su gran magnitud, afectó a todas las regiones del mundo y ALC no fue una excepción…Desde mediados de 2008 hasta el primer trimestre de 2009, la actividad industrial se contrajo un 11,6% a nivel mundial y más intensamente en los países desarrollados (16,4%), mientras que el volumen del comercio mundial se redujo alrededor del 19%. Dado que la crisis se hizo sentir con fuerza en el primer semestre de 2009, el producto mundial caería un 2,2% en el año.”
En segundo lugar, concretamente en relación con el año 2009, se resalta que Costa Rica, de una muestra de 20 países de la ALC, ocupa el treceavo lugar en cuanto a crecimiento económico durante el año 2009. Países como Bolivia, República Dominicana, Panamá, Haití, Uruguay, Cuba, Perú, Argentina, Brasil y Colombia tuvieron una tasa de crecimiento positiva. Costa Rica tendría una reducción del crecimiento del -1,2% del PIB en el 2009. México sería el país con el peor desempeño de ALC (-8,3%). Lo anterior, se argumenta, por su cercanía con la economía de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU. No así en los países sudamericanos donde el mercado interno es más relevante.
El indicador del Producto Interno Bruto por Habitante (PIB/N) de Costa Rica –que tiene sus limitaciones como indicador de desarrollo, estaría en el orden del -2,5%, lo que pone en evidencia un descenso del bienestar de la población. El indicador Formación Bruta de Capital (inversión) como porcentaje del PIB estaría en el orden del 20%, tasa que es inferior a diez países de la ALC.
En tercer lugar, se menciona que se registró una caída de las exportaciones de los países de ALC de alrededor del 9,5% en 2009. Este es un resultado del menor crecimiento del PIB en los países industrializados y de sus menores importaciones. Adicionalmente, se redujeron los precios de los productos básicos; asimismo, el turismo tuvo una marcada reducción en los países del Caribe y Centroamérica: entre un 5% y un 10%.
En el caso de Costa Rica, las exportaciones se estarían reduciendo al menos en un 7%, precisamente en el primer año del TLC con Estados Unidos. No obstante, la reducción de las importaciones ha sido mayor con lo que la balanza de la Cuenta Corriente se ha mejorado aunque sigue siendo negativa. La mayoría de los países de ALC tienen una mejor situación que nuestro país.
En cuarto lugar, la inversión extranjera directa de los países de ALC presentaría una reducción de alrededor del 37%. En el caso de nuestro país, se estima una reducción del 30%.
En relación con la política monetaria y cambiaria, la CEPAL resalta que los bancos centrales adoptaron medidas con el propósito de impulsar la “recuperación, el mantenimiento de la liquidez de los mercados financieros locales, o ambos. La disminución generalizada de la tasa de inflación facilitó la flexibilización de la política monetaria…”. Brasil, Chile, Colombia, México y Perú han venido reduciendo las tasas de interés durante todo el año 2009 y no como Costa Rica que la reducción de las tasas de interés se impulsó en meses muy recientes, afectando la recuperación de la economía. En una muestra de 32 países de ALC, nuestro país solo es superado por Jamaica y Brasil en cuanto al alto nivel de las “tasas de interés activas representativas”.
El crédito, por su parte, tuvo una contracción significativa, principalmente en aquellos países donde la banca privada tiene más importancia. Esto es una llamada de atención a Costa Rica donde la banca privada ha venido recibiendo una serie de beneficios injustificados e injustos, tal como han explicado Jiménez y Guardia recientemente, y aún se anuncian otros más.
CEPAL resalta que hubo dos elementos que contribuyeron a la atenuación de la crisis y que se relacionan estrechamente con otras políticas económicas y las condiciones externas a los países de ALC. Por un lado, los recursos fiscales obtenidos en años anteriores y la reducción de la tasa de inflación.
La CEPAL señala: “Principalmente a fines de 2008 y comienzos de 2009 se observó un deterioro generalizado de las expectativas de los consumidores y los empresarios…De hecho… solo el consumo público registró variaciones positivas en la primera parte del año, gracias a que muchos de los países de la región contaron en esta oportunidad con alguna capacidad para implementar políticas contracíclicas que compensaron parcialmente la evolución negativa de los restantes componentes de la demanda interna …”.
Por otra parte, la tasa de inflación regional pasaría del 8,3% en el año 2008 al 4,5% en 2009. “La desaceleración inflacionaria obedeció al doble efecto del impacto de la recesión global y la caída del comercio en los precios de los alimentos y la energía por una parte, y de la ampliación de la brecha entre el PIB observado y el PIB potencial…”. En una muestra de 27 países de ALC, nuestro país ocupa la posición 19 de los que tendrían menos inflación.
En relación con los efectos de la crisis, dos aspectos resultan relevantes: la disminución de la tasa de empleo, que se reflejó en una tasa de desocupación del 8,3%, y la desmejora en la calidad del empleo –reducción del empleo formal-. En el caso concreto de Costa Rica, en el 2009 el número de desempleados subió a 165.944 personas y 466.130 no tienen trabajos decentes (subempleados). Esto no da un total de 632.074 personas sin trabajo o con trabajos no decentes. Uno de cada 3 costarricenses. Adicionalmente, esta situación se ha dado en el contexto de una creciente desigualdad.
Reflexión Final
La situación internacional apunta a una recuperación lenta y limitada, por lo que habría que descartar, por lo menos para el 2010, una recuperación sostenida y un mejoramiento en las condiciones de empleo.
Los indicadores que Costa Rica ostenta, lejos de atribuirse a las políticas implementadas por la actual Administración, han sido, en su mayor parte, el resultado de las condiciones externas previas a la crisis y a la recuperación de la economía en EE.UU. y por tanto de sus importaciones, y a las menores presiones sobre los precios de los productos básicos, entre otros. La comparación con otros países de ALC nos hace prestar atención que estamos por debajo de indicadores en materia de crecimiento, turismo, inflación y tasas de interés. Si a esto se agrega, una mayor concentración del ingreso y los efectos de la crisis en materia de empleo, se tiene un panorama muy diferente del lenguaje gubernamental.
Nuestro país ha enfrentado la crisis con una visión y capacidad muy limitada. Muchas de las acciones programadas (Plan Escudo) no se han ejecutado, otras ya estaban en ejecución y no han tenido mayor impacto y otras corresponden a programas ya iniciados, que aunque necesarios, han sido insuficientes para paliar en forma mucho más efectiva los efectos sociales.
En consecuencia, Costa Rica debe enfrentar grandes retos en un mundo diferente y caracterizado por una tasa de crecimiento más reducida de los países desarrollados y una mayor participación de los países emergentes en el crecimiento mundial y en las decisiones sobre el funcionamiento de la globalización. Ello probablemente significará sistemas financieros con mayores regulaciones y supervisiones más estrictas, que incidirá en un menor dinamismo de los mercados de crédito y mayores tasas de interés. Asimismo, se prevé un aumento en los niveles de proteccionismo de las economías centrales y una redefinición de la importancia de la presencia del Estado en la economía, entre otros temas relevantes. Estos aspectos en su conjunto significarán dar un nuevo rumbo a las políticas económicas y sociales y particularmente a la política de empleo que hasta ahora ha sido inexistente.
7 enero de 2010