Un medio de comunicación como el nuestro, dedicado por entero a examinar la realidad nacional desde el ángulo de los valores y principios del patriotismo y la solidaridad, construidos por nuestro pueblo en un prolongado proceso histórico, no puede dejar pasar inadvertidos estos cambios y señalar que de su reversión, depende por entero el futuro del país. Puede sonar paradójico, pero de esa marcha atrás del modelo insolidario y entreguista que se nos impone a marchas forzadas, dependerá nuestra capacidad para avanzar, dentro de las fronteras de un país predominantemente humanista y justiciero.
La primera gran batalla estuvo constituida por el llamado “combo del ICE”, que nuestro pueblo ganó pero que no supo rematar. La segunda gran batalla fue la del Referéndum y la aprobación del TLC. En ese combate el neoliberalismo, capitaneado por los Arias, salió airoso, aunque tuvo que recurrir a los procedimientos más deleznables y ruines. Con esos métodos espurios, con el empleo de la amenaza, el miedo y el chantaje impuestos a miles de trabajadores, obtuvieron la victoria en el Referéndum. Aún así, de nada les habría valido si las fuerzas del NO hubiesen conservado su sentido de unidad y su visión de futuro.
Ahora estamos en un nuevo campo de batalla. Se llama CRUCITAS. No hablamos de una mina de oro a cielo abierto, como en Macacona o en Miramar, o de un simple tajo para extraer materiales, como quieren presentarlo los publicistas de la mina. Crucitas es un violento punto de inflexión entre la preservación de esa Patria-naturaleza providencial que alberga el 5% de la biodiversidad del mundo, y un intento rapaz por herirla y sobrepasar la última trinchera de lo poco que nos queda de orgullo y dignidad nacional.
Como se trata de un proyecto en el que están los Arias de por medio, estamos advertidos y sabidos de que no se detendrán ante nada. Porque si algo debemos reconocerles, además de su astucia y un manejo belicoso y empecinado del poder, es que no desisten ni desistirán por el hecho de que alguien les haga resistencia.
Están bien posicionados. Han vuelto a servirse de la Sala IV y ya asumieron el control de los argumentos del gobierno. De ese modo, pusieron a un intelectual honorable, el primer Vicepresidente, Dr. Alfio Piva, a expresar, con inaudita simpleza, el monto alucinante de la eventual indemnización que supuestamente le costaría al gobierno la rescisión del contrato. Los que hicieron ese cálculo y usaron al Dr. Piva para difundirlo, son sicarios jurídicos y económicos de la mina y no funcionarios del Gobierno Nacional.
Del triunfo del pueblo de Costa Rica en la batalla de Crucitas, depende mucho más que un inventario de árboles y especies afectadas. Si se logra detener Crucitas, la redención de la Patria asomará en el horizonte.
Fuente: elpais.cr