Para la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), la convocatoria formulada por la Presidenta de la República, Licda. Laura Chinchilla Miranda, a las principales agrupaciones laborales que representan los intereses económico-sociales y gremiales reivindicativos de quienes laboran para el sector Público, puede ser una oportunidad para abrir un diálogo con negociación efectiva.
Igualmente, la ANEP valora mucho los espacios sólidos de diálogo con el Gobierno que pudieran abrirse a partir de esta cita; especialmente porque hemos insistido en que la reiterada tesis del Poder Ejecutivo de que “_no hay plata_” merece una auscultación profunda que permita el surgimiento de posibilidades reales y efectivas de superar ese “_no hay plata_”, identificando las potenciales fuentes de recursos sanos y de ingresos frescos para el Estado, incluyendo hasta un proyecto de contingencia fiscal que podría contar con apoyos sociales importantes.
Obvio es que tal reunión se posibilita por la gigantesca movilización laboral del pasado miércoles 15 de febrero, la cual fue producto de una indignación generalizada en la Administración Pública por el “_decretazo_” salarial de los 5 mil pesos, canalizada por una importante unidad gremial y sindical que hay que fortalecer respetando las diversidades en su seno.
Además, debe tenerse presente que rechazamos, tajantemente, que a los empleados públicos y las empleadas públicas se les culpabilice del déficit fiscal porque este sector trabajador no roba impuestos: paga por deducción de planilla su impuesto sobre la renta y el de ventas al momento de cada compra. Igualito que hacen quienes laboran para el sector Privado. La indignación laboral manifestada el pasado miércoles 15 es precisamente porque la crisis fiscal no la deben pagar quienes no tienen la más mínima culpa por la misma.
La ANEP considera que es una pésima y peligrosa estrategia gubernamental confrontar las situaciones laborales-salariales existentes en el sector Público con las que se dan en el sector Privado; pues más bien lo que corresponde es que en éste último sector se impulsen decisiones que cambien la naturaleza perversa del escamoteo patronal de no aplicar el aumento semestral del salario mínimo alegando que el trabajador ya recibe un salario por encima del mismo.
Una justa política de distribución de la riqueza por la vía de los salarios y de los derechos laborales es incrementándolos sensiblemente en el sector Privado y no limitarlos o eliminarlos los que ya existen en el sector Público.
Pero aún en este sector, la ANEP aprovechará la indicada reunión con la Presidenta de la República para mencionarle varios de los casos de grupos laborales de la Administración Pública en situación salarial más precaria. Veamos:
• El personal raso de los policías de la Fuerza Pública que resienten la existencia de dos regímenes salariales en su interior: los que ganan muy bien (las jefaturas) y los que ganan muy mal: el policía de a pie.
• La deuda salarial pendiente de nueves meses del 2009 con la Policía Penitenciaria.
• El nuevo Manuel de Puestos para la Policía de Migración, postergado ya por mucho tiempo.
• La situación de los guardas de las instalaciones de escuelas y colegios que laboran para el MEP; lo mismo que los vigilantes de los parques nacionales a cargo del Minaet.
• La profesionalización del personal que labora para los CEN-CINAI
• Los bajos salarios de oficinistas, choferes, secretarias y personal operativo de los ministerios y entes adscritos a los mismos.
Finalmente, se ocupa de una gran tranquilidad laboral en la Administración Pública en torno a las pretendidas tesis tecnocrático-neoliberales del “_Salario Único_”, garantizándole al personal técnico y profesional del Estado que los pluses salariales que dignifican su empleo (como Dedicación Exclusiva, Prohibición, Disponibilidad), no serán eliminados con un proyecto de “_Empleo Público_” que jamás debe tramitarse parlamentaria como lo tienen pensado hacer.
San José, viernes 17 de febrero de 2012.
Albino Vargas Barrantes
Secretario General de la ANEP
Wálter Quesada Fernández
Secretario General Adjunto de la ANEP